Ciertamente cuidar que la revolución avance hacia sus objetivos es responsabilidad de todo el pueblo y de quienes nos sentimos revolucionarios en primer lugar. En este sentido es importante que entendamos la lógica del sistema capitalista y sus mecanismos como única posibilidad para derrotarlo y construir el socialismo. Para comprenderlo en toda su magnitud, es imperativo que analicemos las situaciones particulares y específicas de su accionar en nuestra vida diaria. Los grandes males que padecemos todos los días tienen su raíz en que aún el propio sistema domina a nuestra sociedad. Si no utilizamos las herramientas adecuadas para ese análisis de cada situación concreta, podemos terminar poniéndonos el cuchillo en nuestra garganta y contribuyendo – sin quererlo – a nuestra propia destrucción. A eso se refería Bolívar con palabras que tienen más actualidad hoy que antes: “un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”.
Como contribución a ese análisis, desde la realidad que me ha tocado vivir en estos últimos años, quisiera compartir con el lector una reflexión.
En los años que van del 2005 al 2009 en PDVSA han ingresado 479.229 millones de dólares (PDVSA – INFORME DE GESTIÓN ANUAL 2009), de los cuales 136.847.000.000 $ se han entregado al país como aportes al fisco. La diferencia entre estas dos cantidades es de 342.382 millones de dólares, que entiendo se gastan en mantener operativa a PDVSA, es decir reproducir y ampliar su producción.
¿Qué ha hecho el estado venezolano con esta masa de dinero?, ¿Cómo la ha gastado PDVSA? ¿Dónde han ido a parar esta inmensa cantidad de dinero?
La primer pregunta se me hace fácil responderla porque soy actor y testigo de las misiones, los mercales, los pdvales, los barrio adentro, las líneas férreas en construcción, las plantas agroindustriales, entre otras tantas realizaciones del Estado en estos años. Se haría muy extensa la lista de realizaciones que en favor de las grandes mayorías del pueblo ha hecho esta Revolución en muy corto tiempo.
En cuanto a la segunda pregunta, puedo decir que aproximadamente un 20% se invierte en sueldos y salarios y el 80 % restante se gasta en mantenimiento de instalaciones, nuevas inversiones y todos los servicios asociados y necesarios para sostener responsablemente la producción.
Es en la respuesta al tercer interrogante sobre lo cual quiero llamar poderosamente la atención. A los revolucionarios y a las revolucionarias en primer lugar y junto a ellos esta reflexión va dirigida principalmente a aquellos que no albergan en su mente y en su corazón los intereses de la clase burguesa explotadora, es decir a la gran mayoría del pueblo humilde y los dirigentes honestos de esta Revolución Bolivariana.
No pretendo, ingenuamente, que aquellos que ideológicamente son obstinados defensores de los valores capitalistas, del individualismo a ultranza, es decir que tienen bien definida su posición de clase y que por lo tanto nunca admitirán que la única alternativa posible frente a la grave crisis que cruza a todo el mundo capitalista es el socialismo, asuman la preocupación por las contradicciones y debilidades que aún enfrenta nuestra Revolución. Aunque algunos de ellos, por oportunismo o conveniencia, ahora se vistan de rojo rojito hasta la ropa interior, al igual que ¡no le metería la mano a una culebra, para luego pedirle que no me mordiera! No definitivamente ¡ no!,
Al revisar desde mi entorno, pude observar que hasta los trabajadores más conscientes terminamos transfiriendo al sector privado gran parte de nuestros ingresos, en muchos casos porque el sector productivo socialista, ya sean empresas de Propiedad Social o Estatales, no ofrecen alternativas.
Por otro lado, tanto PDVSA así como otros entes del Estado, hasta ahora desarrollan sus obras, en un alto porcentaje de los casos, contratando con empresas privadas nacionales y transnacionales, aún en obras sencillas o la más simple ejecución de servicios. Por lo cual podemos concluir que gran parte del ingreso petrolero que entra a nuestro país por la vía de nuestra empresa, termina reciclado en manos del sector privado de la economía, es decir de la burguesía, que obviamente no está interesada en el socialismo.
Entonces nos cabe otra pregunta: ¿qué hace o ha hecho el privado con esta inmensa masa de recursos petroleros?, ¡muy superior a la masa de recursos que quedan en manos del Estado! Para responder a este planteamiento, debemos revisar el comportamiento del mercado financiero mundial y nacional y para ello utilizaré como referencia al estudio de tesis doctoral del Profesor Asociado de la Universidad Nacional de Colombia César Giraldo, realizado bajo la dirección del economista marxista Pierre Salama, denominado “Financiarización: Nuevo Orden Social y Político”…
Financiarización, nos explica el autor, significa que en el proceso económico, la lógica financiera se sobrepone a la lógica productiva. Es un fenómeno que se puede apreciar tanto desde el punto de vista cuantitativo como del cualitativo. Desde el punto de vista cuantitativo, por el aumento sin precedentes de las transacciones de carácter financiero a nivel mundial. Del cualitativo se manifiesta bajo dos aspectos: de un lado, el comportamiento individual de empresarios y de tenedores de capital, que se dirigen más a realizar sus inversiones en el sector financiero, buscando allí sus rentas financieras, que inversiones en el proceso productivo, que es la forma tradicional del capitalismo, para extraer de allí sus ganancias. El otro aspecto se manifiesta porque la política económica privilegia la obtención de equilibrios macrofinancieros, a través de programas de ajuste, que se orientan a crear un excedente en la balanza comercial de cada país. Con esto último se busca generar las divisas necesarias para hacer las transferencias a los acreedores financieros, pero al mismo tiempo se sacrifican los objetivos sociales que debe tener la economía, entre ellos nada menos que el crecimiento económico, fuente elemental de trabajo para toda sociedad.
Paradójicamente, es el mismo capital financiero, que reclama los equilibrios macrofinancieros, el que propicia los desequilibrios macroeconómicos, al estimular burbujas especulativas que golpean a los países, con efectos sociales y económicos negativos. Es el caso de América Latina en las dos últimas décadas - y de países europeos como Grecia en este momento-.
El ascenso del capital financiero como poder económico y político va a la par con la disminución de la soberanía económica y política de los Estados nacionales.
Después de esta referencia al trabajo del Profesor Giraldo, quisiera parafrasear al comandante Chávez cuando nos dice que Dios habla mediante las matemáticas, idea que comparto plenamente, por lo que me gustaría citar algunas cifras sacadas del trabajo mencionado:
“ Con todo, en general, el volumen de transacciones de divisas tiende a aumentar y se estima que a 2002, el valor de las mismas fue 60 veces superior al intercambio internacional de bienes y servicios. De manera que por cada 60 dólares que se transan en el mercado de divisas, 59 financian operaciones financieras y sólo 1 (uno), operaciones comerciales reales. La mayoría de las transacciones en divisas tiene un horizonte muy corto: más del 80% de las transacciones dan lugar a una operación en sentido inverso en menos de una semana. Todo esto permite ver el carácter especulativo de este mercado (Plihon 2003, 71).”
Esto nos permite afirmar que lo que más le importa al sector privado capitalista es la ganancia y mientras más rápido y con menos esfuerzo mejor. Ahondando un poco más en esta tendencia mundial y revisando en diarios nacionales y paginas web de la derecha venezolana, reconocida como tal, encontramos informaciones como esta: “Todo lo cual indica que en los últimos tres años (2005: 8.121; 2006: 4.553; 2007: 16.495) los empresarios y banqueros han aprovechado la papayita del anclaje en el tipo de cambio para sacar del país US$30.000 millones.” (http://economia.noticias24.com/noticia/130/ ).
Esta es la cantidad que ellos admiten, pero sabemos que el monto debe ser mucho mayor a pesar del control de cambios impuesto por el gobierno para evitar este fenómeno que evidentemente perjudica a la gran mayoría del pueblo venezolano. Otro artículo encontrado que me llamo la atención fue el siguiente “La Comisión Nacional de Valores ratificó hoy que existen pruebas de que Econoinvest usurpó la identidad de varias personas para adquirir bonos de la deuda pública y realizar operaciones ilegales” (EL UNIVERSAL Caracas, viernes 16 de julio, 2010).
De aquí podemos decir que los deseos de ganancia son tan desmedidos que no dudan en incurrir en delitos con tal de lograr su fin, en perjuicio de la sociedad toda. Quisiera que esto se entendiera bien, por lo cual me voy a formular algunas preguntas ¿Cómo perjudica al pueblo llano el que los privados inviertan la mayor cantidad de recursos en papeles?, ¿Qué hubiese pasado en Venezuela, sí esos 30.000 millones de dólares, se hubieran invertido en viviendas? A 100.000 Bs cada una significarían 1.290.000 casas, ¿Cuántos empleos se hubieran generado con esto?, de manera muy somera podemos estimar que una casa genera algunos 4,5 empleos directos con el método constructivo tradicional, lo cual nos da 5.805.000 puestos de trabajo (mientras dure la obra), además del estímulo a las otras ramas de la economía.
En lo local puedo referir que en noviembre del 2010, en el Distrito Punta de Mata de EyP Oriente se sacó un contrato para limpieza de áreas verdes por un monto de Bs 17.400.000, con el mismo se generaron 425 empleos por un lapso menor de tres meses. Los ganadores del contrato se quedaron en este corto tiempo con una ganancia aproximada de no menos Bs 11.000.000 (11.000 millones de los viejos), ¿Qué hará o que hizo el privado con esta ganancia?, ciertamente no puedo asegurar lo que estas empresas hicieron o van a hacer con estos recursos, pero si puedo contarles de un episodio vivido durante la ejecución del contrato.
Un día los trabajadores estaban reclamando el pago de un dinero que se les debía por concepto de cesta ticket, bono de asistencia y una semana que tenían atrasada, a lo cual la empresa alegaba que el atraso era porque PDVSA no les había cancelado y por lo tanto ellos tenían problemas con el flujo de caja, pero que estaban esperando unos recursos que les venían de Panamá. Esta vivencia y otras similares nos hizo recordar la tesis del Prof. Giraldo y la noticia de economía 24 horas, donde se hablaba de transacciones en el mercado de divisas y de fuga de capitales. ¿Cuántas casas se hubieran podido construir con este excedente que se llevaron estas empresas capitalistas?, ¿A cuántos módulos de barrio adentro se les pudo haber hecho mantenimiento con este recurso?, ¿Cuántos empleos se hubieran generado?. Todo esto demuestra, una vez más, la falta de responsabilidad del sector privado para con la sociedad donde vive.
¿Qué tenemos que hacer? o ¿qué podemos hacer? Por supuesto aquí me refiero a los revolucionarios. Los que viven de la Revolución como un negocio, debemos estar claros que no harán nada para que esta situación cambie, es más, serán ¡enemigos a muerte! de aquellos que intentemos impulsar estos cambios, que ciertamente beneficiarían a la mayoría del pueblo, en contra de los intereses de este sector parasitario de la sociedad.
Lo primero es tomar conciencia de la situación real y emprender un trabajo serio para llevar esta discusión al seno del pueblo, hacer caso de las instrucciones del Presidente Comandante, quien indicó el 22 de marzo en la graduación de la UBV “debemos crear una red de Empresas de Propiedad Social a partir de las actividades petroleras” ; impulsar la gran misión trabajo que muy sabiamente sacó a relucir el comandante Chávez el 1º de mayo de 2011; generar la organización de base popular desde el hecho productivo; impulsar con más fuerza el desarrollo concreto de las normativas de la Ley Orgánica Del Sistema Económico Comunal (EPS); impulsar una reforma a la Ley Orgánica de Contrataciones Públicas que facilite contratar directamente al Estado y sus entes y organismos con las nacientes Empresas de Propiedad Social directa, comunal; identificar las necesidades del pueblo y de la industria petrolera, llevando el debate al seno del PSUV; identificar equipos promotores dentro de la industria, los consejos comunales y las instituciones del Estado, siempre con el cuidado de identificar sobre todo en el accionar a los que tienen puestos de dirección dentro de nuestra revolución y trabajar incansablemente en pos de la unidad revolucionaria, acumulando las fuerzas necesarias para derrotar a la derecha (incluida la derecha disfrazada de bolivariana) en favor de las grandes mayorías.
Además debemos estar muy conscientes que esta será una lucha donde los que tienen intereses personales harán, todo lo posible y lo imposible para que esta iniciativa fracase y preservar así sus privilegios, porque la lucha es entre dos modos de vida irreconciliables. Asumamos nuestra posición, al lado de los pobres o al lado de la burguesía, decidamos entre Socialismo o barbarie.
Desde aquí en el estado Monagas, venimos trabajando al lado del pueblo un programa denominado “26 Empresas de Propiedad Social en Alianza con Misión Ribas y los Consejos Comunales del Eje oeste del Estado Monagas”, con algunos resultados alentadores, a pesar de la fuerte lucha y de las condiciones concretas de nuestra realidad. Sin embargo podemos decir que hoy los niños de Mangotín, Casupal, Punta Gorda y el Samán (dignificados de la carretera vieja Caracas la Guaira) cuentan con un transporte escolar de calidad, oportuno y sin ningún costo ni para el Estado, ni para los padres, porque al igual que mis hijos (soy trabajador petrolero), los transporta una Empresa de Propiedad Social, que pertenece a nueve consejos comunales de la zona, porque es su responsabilidad política y es su deber social. A pesar de las muchas fallas que aún tenemos, estamos seguros que este es el camino.
Nos lo decía el comandante Chávez: “Sí queremos acabar con la pobreza, entonces démosle poder a los pobres” y él mismo explicaba que “querer no es necesariamente poder, aún cuando para poder hay que primero querer, más, esto no es suficiente, para poder, el pueblo debe poder poner según Dussel y – agregaría yo al arañero de Sabaneta – el pueblo debe poder disponer de los medios de producción para satisfacer sus necesidades más sentidas”.
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