Últimamente resulta frecuente escuchar anuncios de expertos, analistas e instituciones financieras señalando el fin de la crisis económica. El rebote de los principales índices bursátiles, al igual que los índices de las materias primas, sugieren que la crisis ha tocado fondo, pero, ¿hasta que punto el repunte de estos indicadores puede significar el fin de la crisis?.
A continuación analizamos los factores que están promoviendo el repunte de los mercados financieros y el impacto que esto pudiera tener sobre la recuperación de la economía global.
¿POR QUE SUBE EL PETRÓLEO (Y DEMÁS MATERIAS PRIMAS)?
En el último trimestre el precio del WTI experimentó un incremento de 41%, su mayor aumento trimestral en los últimos 19 años, alcanzando valores superiores a los 70 US$/bbl. Esta cifra resulta inconsistente con los fundamentos del mercado, que indican un incremento de los inventarios a su nivel más alto en los últimos 5 años, ante el sobre abastecimiento originado por la contracción de la demanda mundial de crudo.
De la misma manera que ocurre con el petróleo, ocurre con los precios de todas las materias primas, incluyendo los alimentos. La razón detrás de este rebote es el dinero inyectado al sector financiero por la vía de los rescates que ha ido a parar directamente a los mercados de futuros, incrementando la actividad especulativa y dando comienzo a otra burbuja financiera. Esta escalada de los precios, al contrario de lo anunciado por los “expertos”, desestimula la producción industrial y frena la recuperación económica.
EL DEBATE DEL PAPEL DEL ESTADO EN LA REACTIVACIÓN DE LA ECONOMÍA.
La estrategia de reactivación económica de los Estados Unidos ha constituido el centro del debate en la alta dirigencia política de ese país. Meses previos a la elección del presidente Obama, ya se discutía el tema en el seno del Congreso, en donde la visión liberal, comandada por el partido Republicano se enfrentaba a la visión Demócrata que defendía la participación del Estado en la economía como elemento motor para su reactivación.
El interpretar los rescates financieros como una intervención del gobierno en los asuntos económicos, no constituye una victoria de la visión Demócrata, debido a que de los 12 Mil Millardos de US$ que se han inyectado a la economía, la gran mayoría han ido a parar al sector financiero y muy pocos recursos han sido destinados al sector productivo, contradiciendo la política keynesiana defendida por los Demócratas de invertir en la economía real para generar puestos de trabajo, fomentar el consumo y recuperar la producción industrial.
Estas decisiones ya empiezan a afectar a la sociedad norteamericana, como lo demuestra el plan anunciado por el Congreso de los EEUU de recortar un millardo de dólares a los servicios de salud para las personas de la tercera edad y de bajos ingresos (Medicare y Medicaid), lo que limita el acceso a la salud a más de 41 millones de personas. De la misma manera viene ocurriendo en Europa, donde se aprovecha la crisis para continuar con el desmontaje del estado de bienestar bajo el pretexto de hacer más competitiva su economía.
Este tipo de medidas demuestran como estos gobiernos actúan en contra de las mayorías legalizando el robo de los beneficios sociales de los trabajadores, en vez de legislar a favor de la regulación de los mercados financieros y la banca internacional, única responsable de la actual crisis mundial.
ATRAPADOS EN LA CRISIS
Los líderes norteamericanos conocen perfectamente que la salida de la crisis está en reactivar su producción y mejorar la competitividad de su industria frente al resto de las economías desarrolladas, sin embargo, pareciera que les resulta más fácil ensayar atajos políticos que concentrarse en políticas de fomento a la inversión productiva. Un ejemplo de esto lo representa la visita que recientemente dispensara a la China el Secretario del Tesoro de los EEUU Timothy Geithner, en la que exhortaba al gigante asiático a cambiar el milenario hábito del ahorro por la “moderna” conciencia del consumo.
De la misma manera que intentaron inundar Latinoamérica para reactivar su aparto industrial, hoy intentan la estrategia de alentar a más de 1.400 millones de chinos a copiar su modelo consumista, lo que implicaría el retiro de la mercancía Made in China de los mercados internacionales para dejar libre el camino a la producción Made in USA.
Mientras los líderes políticos de esa nación no se concentren en el fomento de economía productiva jamás podrán recuperarse de esta crisis. El incremento de los índices bursátiles y de las materias primas sobre la base de la especulación con fondos públicos, sólo contribuye al incremento de la pobreza y representa una apuesta arriesgada a la estabilidad interna, lo que podría conducir a esa nación a su quiebra definitiva.
(rhingquim2@hotmail.com)