“Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentares para el resto de su vida”.
Proverbio Chino…
Una de las consecuencias del desencanto en el chavismo no militante que supo congregarse alrededor del liderazgo natural de Hugo Chávez Frías, en un complejo cuerpo ideológico y doctrinario, es el ver convertida la revolución bolivariana en un calabozo en donde sólo caben lugares para unos lideres que no se sabe, cuando se les ve hablar por la televisión sin son de izquierda, socialdemócrata, guevaristas, maoístas, de la derecha liberal, o entreguistas de la soberanía nacional.
Lo cierto es que en esta revolución que nos dicen es protagónica, participativa, y de un estado social de justicia y derecho, democrático, y que en el futuro con el llamado gobierno comunal, y de calle será más equitativo, y en el que algunos incrédulos creen, pero que nadie ve, y otras necedades por el estilo. Lo que se está es desintegrando, ‘anómicamente’ al país, con una cruel injusticia social, y de un espantoso colapso nacional: estragos que esta causando la especulación, la inflación, la escasez. Y ya es momento de reaccionar a todo este sin sentido en el que se encuentra nuestra querida Venezuela.
Cuesta encontrar en las aberrantes colas venezolanos que crean hoy en algo trascendente por luchar a favor del burocratismo bolivariano, y en cierta medida es algo lógico, porque si bien puede haber militantes que estarían dispuestos a dejarse matar por la revolución bolivariana, por tener aquí un paraíso terrenal sin clases sociales, lo cierto también que con este despelote de la economía mucha menos gente estaría dispuesta a morir ya por esta causa.
Lo nuevos jerarcas de la revolución después de la muerte de Hugo Chávez: “una nueva clase clerical revolucionaria”, tienen un rol muy importante en frenar este despelote: “Hoy los nuevos lideres de la revolución”, y lo digo corriendo todos los riesgos son hombres de una pobre formación humanista e ideológica. Se han convertido en comentaristas, y correveidile de la obra del comandante Chávez, pero sin el talento y su inteligencia. Son los que conforman la nomenklatura de la "gran revolución bolivariana".
Hay unos “altos lideres nacionales” de una irreductible ligereza: hablan por hablar, la ambigüedad de Jesse Chacón: cuando explicaba lo del apagón eléctrico, donde el apagón no era verdadero, ni había nada de falso en lo que denunciaba la oposición.
Aquí se pretende, sin éxito a la vista, justificar lo injustificable con el fin de vilipendiar a quien emita una opinión positiva para resolver la problemática nacional.
Existe una nomenklatura bolivariana de una insoportable corrección política; a veces se conjetura que la actual izquierda bolivariana en el gobierno nunca fue proletaria sino burguesa. Y esa situación no se ha modificado ni siquiera con la “muerte de Hugo Chávez” ya que el pueblo trabajador se esta convirtiendo a causa de la inflación, y la escasez en buhoneros de la especulación presentes en las largas colas, son un verdadero ejército de lúmpenes; de la conversión de un chavismo que supo ser un socialismo cristiano y humanista, ahora convertido en un ejercito especulador del propio pueblo, apoyados por las mafias de comerciantes chinos y árabes, con el apoyo de ciertos jefecitos de ciertos cuerpos de seguridad que reciben su mesada.
Estamos ante una dirigencia izquierdista que carece de luces para el pensamiento, y la acción política, enclaustrados en una pseudoideología, que fue la causante del desplome del marxismo en la URSS, y en toda la Europa Oriental, no se puede seguir en esos intentos de una falsa lucha de clases, que no es otra cosa que impedir que humildes trabajadores tengan trabajos estables y formales, con la sana aspiración de educar a sus familias, adquirir pequeñas propiedades, y conservarlas para que sus hijos en el futuro puedan heredarlas.
Este capitalismo de estado no puede continuar con este triste rol de administradores de una factoría periférica, distribución de asistencialismos paliativos, algo imposible en la etapa actual del capitalismo globalizador que algunos “vivos” lo administran “políticamente” y lo condenan gatopardistamente.
Los venezolanos son rehenes de los ejércitos de la hampa asesina, con vanguardias encabezadas por pranes desde las cárceles, mientras las nuevas oligarquías bolivarianas, cuentan con el privilegio de ser protegidos en sus lujosas camionetas por escuadrones de escoltas motorizados. Por supuesto, si algún osado opinador pretende contar esto inmediatamente es acusado de apátrida, escuálido etc.
Todos los discursos que escuchamos están imprimidos de vaguedades conceptuales propias llenos de proclamas vacías que no traen ninguna solución a nuestros innumerables problemas, como por ejemplo: Los apagones, la inseguridad, la crisis medico hospitalaria, el deterioro de la infraestructura publica etc.
En fin el 8-D será imposible conseguir por los vientos que soplan los porcentajes de votos de Chávez, hay muchos dirigentes antipopulares en muchos municipios del país que perjudican objetivamente al pueblo.
Si Nicolás Maduro con una dirigencia mas competente no endereza el rumbo de la nave bolivariana, vendrán tiempos duros donde no habrá mucho margen para pretender aplicar doctrinas claras de pensamiento político a partir de una visión realista de nuestro país, y el mundo, ojalá se intente recuperar algo del sentido común perdido. Defender nuestra producción nacional, y no dejarse embaucar por ilusiones que siempre favorecerán a los estados más desarrollados; aplicar una política exterior mas defensiva en lo económico que permita recuperar un espacio de acceso a un auténtico proyecto de desarrollo nacional.
Para ir reconstruyendo una comunidad nacional, con una verdadera justicia social, donde el venezolan@ pueda realizarse en el núcleo básico de toda sociedad como lo es la familia: Sentido común es lo que hace falta, con un verdadero realismo político que nos permita un socialismo mas humanista en lo económico, a través de lo social.