El encendido de las alarmas por las políticas de desestabilización iniciadas por los enemigos de la Revolución Bolivariana comienza a tener respuestas contundentes por parte del Gobierno Nacional, a través de diversos organismos del Estado. Estas alarmas y las políticas que se implementen, tiene sentido de urgencia ya que todo lo que estamos viendo es un guion aplicado en Chile, con sus nefastos resultados y en Nicaragua, con la pérdida de las elecciones por parte de los sandinistas ante Violeta Chamorro. Quizás en nuestro país la conciencia del pueblo marque una diferencia con los anteriores ejemplos y otros que han ocurrido anteriormente. Es un plan bien montado, al cual se le han destinado recursos y tiempo y su meta no es solo el proceso electoral del 8 de diciembre próximo. Esto es solo un paso táctico, lo estratégico es el derrumbamiento de este sueño de revolución liderado por el Comandante Eterno Hugo Chávez.
A este sabotaje externo hay que prestarle mucha atención y verlo con seriedad para que las respuestas de nuestra gente sean conscientes y tengan claridad sobre lo que estamos enfrentando. Sin embargo, quiero referirme en este escrito a lo que muchos definen como sabotaje interno, el cual tiene expresión en la ineficiencia, en las trabas burocráticas, en la desidia y en la poca sensibilidad que tienen nuestro funcionarios públicos, encerrados en frías oficinas, sin atender al clamor de un pueblo que les exige presencia y acompañamiento en la búsqueda de soluciones a sus problemas. Como dice el refrán popular, para muestra basta un botón: En el caserío La Rinconada, parroquia Antonio Díaz, municipio torres del Estado Lara están funcionando unos trapiches paneleros y papeloneros, manejados colectivamente por la Empresa Campesina La Rinconada, que da empleo directo a más de 60 campesinos de la zona.
Ellos son productores de caña de azúcar y a través del financiamiento de varios organismos lograron establecer estos trapiches, pero tienen una serie de debilidades tanto en cantidad de caña de azúcar como en maquinarias y molinos. A pesar de estos problemas estos campesinos han resistido, pero están abandonados por parte de los organismos del Estado. Los trapiches se mantienen por la perseverancia de estos campesinos pero a veces sus fuerzas parecen decaer por la indiferencia que hacia este sueño de poder popular tiene el Estado Venezolano. Veamos algunos ejemplos de lo que ellos consideran un sabotaje interno:
1.- Para el funcionamiento de tractores y maquinarias ellos necesitan de una cantidad de gasoil mensual, que viene siendo suministrada por la Empresa Socialista Pedro Camejo, ya que en los expendios de combustible de Carora es bastante difícil comprarlo. En el transcurso de esta semana se les informo que, por razones administrativas, la E.S. Pedro Camejo no podía suministrarle más gasoil. Si esto no se resuelve, tendrán que parar la producción y dejar sin empleo a más de 60 personas y la mas de 200 familias campesinas que de alguna forma dependen de estos trapiches.
2.- En los predios del trapiche se instaló un programa de ABASTOS VENEZUELA, manejados por ellos mismos, que ha resuelto en gran medida el suministro solidario de alimentos a esta comunidad campesina. Ellos mismos buscan la mercancía en Barquisimeto, pero en los últimos meses la cantidad de alimentos que se les suministra ha bajado preocupantemente. Falla el suministro de rubros que son producidos por empresas del Estado, como Lácteos los Andes, Harina Venezuela y café Venezuela. Esto debe revisarse porque es una forma de combatir la especulación y el acaparamiento producto del sabotaje externo.
3.- El abandono a que es sometida esta experiencia de producción social está empujando a los campesinos a “amarrarse” a una empresa capitalista de comercialización de papelón, que está dispuesta a financiarlos con el compromiso de que parte de su producción sea para esa empresa. Es una obligación del Ministerio de Agricultura y Tierras y otros organismos encarar esta situación, si de verdad queremos mantener el legado del Comandante Chávez.
*Profesor Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL)
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