Para referirme, a la quema de bolívares realizada por paisas colombianos, en algún sitio de Colombia y valga la expresión, es necesario introducir el tema, con la opinión de García (2015), según la cual, la alta cotización del dólar en el mercado paralelo convierte al billete de 100, en el de menos poder adquisitivo en Suramérica. Posiblemente, esta razón, motivó a supuestos colombianos, deportados, a quemar nuestros billetes de distintas denominaciones, como una especie de retaliación, por lo que sucede actualmente en la frontera.
Para ellos, nuestro Bolívar no vale nada. Sin embargo, si se sacan las cuentas con una simple regla de tres, por muchos años, a través del contrabando, estuvieron llevándose 1030,9 litros de gasolina de 95 octanos, solo con cien bolívares (el precio del litro de gasolina de 95, en Venezuela es de 0,097 bs). Es decir, 1030,9 litros a bs 40, en Cúcuta se convertían en 41.236 bolívares. Como dicen las “sifrinas o sifrinos” ¡Wow!.
Bueno, a partir de esta ganancia, este tipo de negocio ilegal tenía que prosperar. ¿Usted sabe, lo que era comenzar en Colombia, un negocio con cien bolívares? Y, ¿Por qué los queman? Claro, es obvia la conducta del colombiano acostumbrado a “chulearse” a Venezuela. Este tipo de reacciones se entienden. Lo malo, es que no sale el verdadero mafioso a quemar sus billetes, porque él, si sabe cuanto vale un billete de cien en Colombia; no los “quema billetes”, que solo saben el valor del billete de cien, por lo que le dicen las casas de cambio en Cúcuta.
Bueno, ellos, con sus billetes pueden hacer lo que quieran. Si les da por prender cigarrillos con un billete de cien, que lo prendan; si lo quieren utilizar como papel higiénico, que lo hagan. Esos son sus billetes, a lo mejor, obtenidos dentro de la ilegalidad que imperaba en la frontera. En fin, si Nerón quemó Roma, que importa que algunos colombianos, buscando confrontación con Venezuela, quemen unos billeticos de cien, cincuenta o dos bolívares. De todos modos, esos billetes, deben ser parte de la gran la ganancia que produjo por años, el contrabando, el paramilitarismo, el narcotráfico y más reciente, la compra de nuestros billetes de cien en la frontera.
Posiblemente, en Cúcuta, el Bolívar no vale nada, de acuerdo a lo que ofrecían las casas de cambio en esa zona; pero, más allá, en Bogotá, en el Banco República, nuestra moneda, valía o vale mucho más. Quemar algunos billetes, delante de una cámara fotográfica o de video, tratando impactar en la población que observa, no es nada, si se toma en cuenta que nuestra moneda es atacada desde hace tiempo. En el video se puede percibir el nivel de conocimientos que tienen las personas quema billetes, respecto al valor del Bolívar. Se intuye que, ellos, como lo señalé anteriormente, manejan la información que les ofrece las casas de cambio en Cúcuta de que nuestra moneda “vale monda”. ¡Yo te aviso, chiruli!.