Precios ¿Justos?...¿o qué?

¿Precios?

¿Qué es el precio? El precio es la cantidad de unidades monetarias que se entrega para obtener a cambio un producto o servicio. ¿De qué depende eso? Podría pensarse que el precio depende de la cantidad de trabajo que se necesita para la obtención del producto o servicio. Pero todos sabemos que eso no es cierto. Así, si una persona entrega 50 horas para producir un software y otra lo produce en 20 horas, el precio de ese software será el mismo, aunque la cantidad de trabajo haya sido diferente.

Podría pensarse al revés, el precio de las cosas depende de valores subjetivos. De la "percepción" que tengan las personas –consumidores- sobre las posibilidades de que determinado producto cubra cierta necesidad. Así, ¿qué valor tendría el cultivo de la uva en un mundo que no consuma alcohol? ¿De la planta de tabaco en un mundo donde no se fume? ¿Qué valor tienen los rollos de fotografía actualmente?¿Alguien dedicaría esfuerzos y recursos para producir "máquinas de escribir"?

Cabe entonces una pregunta: ¿Dependen los precios de los costos o los costos de los precios?

Veamos. Una persona que sabe hacer zapatos observa los precios a los que se venden los zapatos. ¿Cuánto está dispuesto a invertir para producir zapatos? Está dispuesto a invertir lo necesario para que el costo de sus zapatos esté por debajo del precio al cual él cree que va a poder venderlos. Es decir, los costos en los que va a incurrir el productor, dependen del precio al que lo va a poder vender. Si piensa que no va a poder lograr eso, no va a producir zapatos. Un comerciante de telas comprará solo las telas que cree que va a poder vender a un precio superior al que le cuestan. No compraría otras. Un productor de huevos empleará terrenos, galpones, mano de obra, electricidad, alimentos para los animales, vacunas y lo demás que sea necesario, solamente si cree que va a poder vender los huevos de manera que obtenga un beneficio de ello. En caso contrario, no invertirá sus recursos en este rubro.

Podríamos concluir entonces que son los precios los que controlan los costos. Y además, los precios se forman de acuerdo con criterios subjetivos que dependen de las necesidades e información con la que cuentan los consumidores y vendedores en el momento de hacer cada transacción.

¿Justos?

Cuando con el poder coercitivo del Estado, se imponen precios a determinados bienes o servicios, estos precios se colocan por debajo de los precios de mercado. (No tendría sentido regular por encima de los precios que "naturalmente" se conseguirían sin regulación).

¿Cuáles son los efectos de estas regulaciones?. Si bien, estas regulaciones parecieran en primer momento, resolver el problema de acceso a los bienes o servicios de las personas con menores recursos, son rápidamente, muy perjudicadas por las mismas.

Las razones de ello podríamos resumirlas diciendo que en primer lugar se produce escasez debido a que surge una demanda muy alta. Incluso, más allá de la demanda natural (Si el arroz es muy barato y yo antes consumía pasta, ahora me paso a consumir arroz. Si la carne es muy barata, sustituyo hasta el pienso de los perros por carne pues el pienso es caro).

La escasez conduce a mecanismos como las colas. Cuando éstas se hacen inmanejables entonces se organizan por números de cédula. Surgen formas de racionamiento a través de, por ejemplo, de los capta-huellas, o cartas de racionamiento, el privilegio de grupos para adquirir productos, etc. La escasez, además, nos lleva a amiguismos, corruptelas, "bachaqueros", etc.

En segundo lugar, la imposición de precios de un producto por parte del Estado, tiene un efecto terriblemente pernicioso "destimulando" a los emprendedores. Los recursos –intelectuales, laborales financieros- no se dirigen hacia la producción y comercialización de ese producto o servicio. Carece de incentivos económicos. Esto aumenta la escasez futura, de la que hablamos antes. Un círculo vicioso. La imposición de precios produce entonces escasez y destrucción de la acción empresarial que podría resolver tal escasez.

¿Qué hacer?

De urgencia, reducir la DISPERSIÓN de subsidios –no significa, ni abogo por reducir las cantidades, solamente su dispersión- y focalizarlos sobre los que verdaderamente los necesiten a fin de resolver, aunque sea en parte, su problema. Sin crear más burocracia (reduciéndola incluso; porque sabemos que hay muy pocos en quienes se puede confiar para administrar recursos públicos) y estimulando a los beneficiarios a salir de esa situación cuando sea posible. (El programa Fome Zero del Presidente Lula podría estudiarse en este sentido).

Por otra parte, si como hemos visto antes, la forma más efectiva y permanente de resolver los problemas de escasez y precios es estimular la producción de los bienes; lo más natural sería intentar estimular a las personas a que emprendan acciones y orienten recursos en ese sentido. Los beneficios económicos son el mayor estímulo que se conoce para lograrlo.

En consecuencia, son acciones que podrían intentarse:

1.- Ofrecer seguridad jurídica y personal,

2.- Respetar la propiedad privada (como está establecido en la CRBV)

3.- Tratar con igualdad a todos los que emprendan.

4.-Reducir los controles DISCRECIONALES, que son el caldo de cultivo de la corrupción (acceso a divisas, licencias, permisos)

5.- No permitir "lobbies" que beneficien a minorías (Cámaras, Grupos, Sectores, Gremios, etc.),

6.- Colocar solamente los impuestos que estimulen la actividad empresarial y no al contrario.

Adicionalmente, crear un clima social y económico en el que las personas perciban que con su trabajo "normal", y sin depender del Estado, pueden cubrir sus necesidades básicas y que con un esfuerzo adicional; pueden mejorar su situación y hasta ahorrar algo (porque valga la pena hacerlo) es lo que verdaderamente nos sacará de la crisis.

 

Carlos González

 

cj6p@hotmail.com



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