Un precio justo por pecadores

La repentina puesta en marcha de la Operación "Gorgojo", en su primera arremetida, solo en el Zulia ha puesto detrás de las rejas a una media docena de gerentes y a unos cuarenta empleados de todos los calibres. Dedicados todos, por supuesto, a las funestas bribonerías que hicieron famosos a quienes acompañaban al célebre Alí Babá.

Estos nada célebres ladrones, que para sorpresa de nadie, tenían por costumbre hacer de los Bicentenarios una "cueva" donde, sin necesidad del protocolar "ábrete Sésamo", cotidianamente desaparecían buena parte del inventario destinado a palear los estragos de esta Guerra Económica, hoy -lunes- por fin les llegó el intempestivo "Colorín, Colorado".

"Colorín", y muy colorados se les vio siendo escoltados por funcionarios del SEBIN, vistiendo con elegancia burgués de "rojo rojito". Este hecho que podría ser tomado como cuento ahora resulta noticia que seguramente será recibido con la misma euforia como los chinos, hace poco, celebraron el arribo del Año del Mono.

Esta verdadera "monería" llevada acabo por el ejecutivo nacional, producto de trabajos de inteligencia y por las incontables denuncias realizada por la ciudadanía, dejaron sobre todo boquiabierto a quienes, muy bien esposaditos, salieron del lugar ante las pifias y los aplausos de quienes verdaderamente están hartos de tanta rochela e impunidad.

De obligado recalcar, poniendo como ejemplo, ha sido la valiente actitud que, por demás, siempre ha caracterizado al camarada Emilio Chirinos, el cual de manera desafiante se atrevió recoger el triste y patético testimonio de los anaqueles vacíos a través de algunas fotografías. Hecho que le valió una tan buena batuqueada que le debe estar doliendo hasta la "chiva".

Sin duda, de mantenerse esta medida de manera férrea, clamor a gritos, originaria que buena parte del 71% de la población venezolana -según la última encuesta de Hinterlase- que comienza a creer en el tragicómico Cuento del Cambio, retornen cual hijo pródigo o perro arrepentido a nuestro regazo. Hecho que resultaría nada menos que una tabla de salvación para volver a nuestra acostumbrada y bien perdida popularidad de antaño.

Parecida emoción igualmente celebramos cuando la OLP entró al mercado Las Pulgas, lugar donde el libertinaje y el descaro la ha convertido en una verdadera Sodoma y Gomorra de los bachaqueros. Un verdadero santuario donde se puede observar, si no te sacan un ojo al decirte el precio, todos los productos que, que como el Mamut, creíamos "extinguidos".

El problema del gobierno es que pareciera no mantener por mucho tiempo “erectas" estas medidas, lo que degenera, como en el caso de las Pulgas hoy, que de solo preguntar por los precios a uno se lo quieran coser, por el pornográfico y desquiciado argumento que a ellos el gobierno todavía no les ha dado los dólares para poder importar.

En esta suerte de disfuncionalidad por parte del gobierno, de calentar los motores hasta casi fundirlos, y no decidirse arrancar, se está haciendo una mala costumbre y podría originar que llegamos tarde a nuestra propia carrera por mantener lo hasta ahora logrado, la fidelidad y el amor de un pueblo que seriamente comienza reflejar más que cansancio hastío.

Sabido es que la traición ha sido la primera Causa para que los grandes Hombres de la Historia hayan visto frustrados sus esperanzadores proyecto a manos de un cercano, y en algunos casos de manera bastante misteriosa. A través de besos, veneno, balazos, cuchilladas; los más allegados fueron los traidores que dieron el golpe mortal y principal motivo por el cual ahora estamos como estamos.

Por desgracia solo el tiempo dirá la última palabra sobre la intempestiva y dolorosa muerte de nuestro eterno Presidente. De igual manera también dirá quiénes se mantuvieron fieles a su memoria y legado; y, por su puesto también quienes lo abandonaron y pisotearon su gloria y el socialismo que tanto lo inspiró.

Disyuntiva y temor parecido es el que parece estar atravesando el presidente Maduro. De tanto cuidarse las "espaldas" lo están acribillando por el frente. Razón, por demás razonable, por la que ha venido reciclando tanto "bate partido" en su gabinete, y precisamente por solo utilizar el "enroque" como estrategia ajedrecista le están saliendo las cosas como le salen.

Pareciera que el temor a equivocarse le resulta mucho más importante que la misma urgencia por resolver los problemas. Basta entender lo que sobre sus hombros lleva, nada menos que la confianza y la encomienda de dos gigantes, y que no en balde es una carga qué no cualquiera puede asumir. Pero por algo fue el escogido.



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Waldo Munizaga


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