Robín Hood fue un arquetipo de héroe y forajido del folclor medieval Ingles, que alojado en el bosque de Sherwood con arco y flecha y acompañado de una banda de delincuentes asaltaba a los ricos para ayudar a los pobres. No se sabe a ciencia cierta quien fue el creador de este personaje o si en realidad existió, aunque hay quienes aseguran que fue inspirado en un tal Gino Di Tacco, que tampoco se tiene seguridad de haber vivido, Lo cierto es que a Robín Hood lo hicieron uno de nuestro héroes favoritos de los comics y películas que solíamos ver en nuestra infancia, aunque aun existen quienes añorando aquellos tiempos se deleitan con sus aventuras, ahora con la comodidad de sentarse en la sala de su casa a verlo en series de televisión.
Nosotros en Venezuela también hemos tenido nuestros Robín Hood criollos, con la salvedad que estos si existieron y no en tiempos medievales sino en épocas recientes. Uno de ellos, quizás el más famoso, fue Cruz Crescencio Mejías, conocido por allá en los años 20 del siglo pasado con el alias de “Petróleo Crudo”, por el intenso color de su piel negra.
“Petróleo Crudo” se hizo famoso por su habilidad de escaparse de los lugares donde se encontraba prisionero, era una especie de Houdini, al que de ninguna cadena era imposible librarse. Tanto así que la última vez que lo apresaron lo mandaron a la “isla del Burro” y lo colocaron en una jaula especialmente hecha para él. Se cuenta que no tuvo más remedio que dedicarse a leer literatura venezolana y universal, llegando incluso a publicar escritos en importantes periódicos. En sus escritos planteo la necesidad que el código penal fuese reformado, algo que llamó la atención del entonces ministro del interior del Presidente Medina Tulio Chiossonnes, logrando su indulto y dándole el cargo de fiscal de precios. Pero su popularidad en los bajos fondos se debía a que robaba para ayudar a los `pobres, una especie de Pancho Villa o Joaquín Murrieta, que si existieron en la vida real. Pero “Petróleo Crudo” no logró regenerase y volvió a sus andadas, robando para ayudar a los pobres, esta vez con una banda de forajidos hasta que fue capturado de nuevo y llevado a la cárcel donde murió asesinado.
Ahora bien, en esto días acaban de ser descubiertos por los organismos de seguridad del estado unos cuantos Robín Hood, pero con la diferencia que estos estaban haciendo lo contrario que los personajes antes citados; no ayudaban a los pobres, robaban para darles a los ricos en detrimento de los más necesitados, por eso el titulo de este escrito. Estos Hood Robín, que el gobierno ha bautizado como los “gorgojos,” estaban encargados nada y nada menos que de los abastos Bicentenarios, creados por el Presidente Hugo Chávez para cubrir las necesidades de los menos pudientes facilitándole mercancías y artículos de la cesta básica a precios justos. ¿Pero que hacían estos degenerados, gerentes, fiscales y hasta funcionarios de seguridad?; acaparaban la mercancía para abastecer a los bachaqueros o desviarlas a restaurantes y hoteles de lujo que las venden a precios desorbitantes, abultando sus bolsillos en detrimento de los pobres.
Bien por la decisión tomada por el presidente Maduro respecto a los Bicentenarios, pero a uno le surge una pregunta obligatoria: ¿están tan solo estos elementos que fueron apresados metidos en la pomada? Es difícil creerlo, por eso las investigaciones deben ir más arriba, comenzar por los chivos mayores. No basta con meter presos solo a los chinitos de Recadi, todo funcionario, más aun los de alta jerarquía que estén metidos en este guiso deben caer y aplicarles todo el peso de la ley, será una de las formas de acabar con la corrupción y esta crisis de guerra económica, sino los Hood Robín, los gorgojos y los bachacos, o como quieran llamarlos, van a llevar este barco a pique.