No deja de sorprendernos, la forma en que aquellas y aquellos que se dicen partidarios del “cambio”, y que se han convertidos en acérrimos opositores del rrréggimenn liderado por el “burro” de Maduro, así le llaman al camarada Presidente, se desenvuelven en su vida diaria.
En días pasados, regresábamos en camioneta por Catia y de repente, se montó a la misma, un joven quien llevaba sobre sus hombros una tremenda calabaza o como le decimos en criollo, una auyama, todo sudado por la pesada carga, es increpado por otra joven que iba en la misma camioneta y le conoce, preguntándole sobre el destino de su carga: cómo lo iba a preparar, si en crema o para sancocho?
La respuesta del joven, no pudo ser más discordante, vista la cara que puso la joven que preguntara, respondiéndole el sudoroso propietario de la auyama, que no era para cocinar, sino que los 20 kilos que cargó con tanto esfuerzo y por los que pagó 8 mil bolívares “eran pal Santo”, que esa era, su muestra de agradecimiento por favores recibidos.
Prosiguiendo su intervención con el ya típico: “la vaina ta jodida, Maduro nos tiene pasando hambre”. Así está el mundo, para un sector importante de la sociedad venezolana, que prefiere “alimentar” el Santo, antes que cubrir su dieta diaria. Y, tan sabrosa que es una rica crema de auyama, no les parece…
