En noviembre de 2016 escribí que quizá la Recuperadora Venezolana o Recuven, empresa que viene recogiendo cualquier cantidad de material de hierro por todo el país y luego lo recicla y convierte en insumo utilizado en la construcción de viviendas, podría –digo yo- entrarle al reciclaje de la basura.
Señalé en aquella ocasión que los periodistas no podemos molestarnos si la idea no gusta, porque al fin y al cabo, solo comunicamos ideas de las impresiones que recogemos en las calles y nadie está obligado a creer en esas ideas ni a concretarlas.
Conversaba con dos vecinas y le decía que el problema de los desechos sólidos, vulgarmente conocidos como basura, pudiera ser afrontado por los consejos comunales o comunas de los sectores que son afectados por esa problemática.
Ambas afirmaron la idea y una de ellas le puso calor al asunto al señalar: "pero no solo en las parroquias, sino en toda la ciudad".
Aunque me expresaron que no todos los consejos comunales funcionan como deben hacerlo, son esas instancias las más adecuadas para tratar lo relacionado con la basura, especialmente porque sus miembros viven en las propias comunidades afectadas y son las que pueden orientar a sus vecinos sobre la forma en que deben manejar los desechos, separarlos, denunciar a quienes se meten en los contenedores en busca de lo que puedan vender y que además, en su búsqueda, lanzan los desechos a la calle y los colocan como en bandeja de plata para los perros, quienes a su vez rompen las bolsas y las riegan en el pavimento.
¡Es una diaria y maloliente realidad!
-¡No te imaginas el terrible basurero que lanzaron allá abajo, cerca de la Iglesia, el colegio y el CDI!, dijo una de las vecinas que conversaba con quien escribe.
Como el asunto es eminentemente vecinal, no tiene porqué extrañar que los consejos comunales intervengan en ese proceso de la recolección de basura, barrido de las calles y orientación a los vecinos sobre esa problemática, la cual parece agudizarse.
-Además –comentó la otra persona-, habría una ganancia social puesto que podrían darle empleo a quienes viven en los barrios, parroquias, urbanizaciones, etc., independientemente de que al separar los desechos y venderlos a quienes reciclan obtendrían las respectivas ganancias que suele dar ese tipo de negocios.
Lo que si se aprecia como cierto, es que es un asunto para quienes son profesionales en el área de la planificación y otros expertos necesarios a una materia como es la recolección y separación de los desechos, el reciclaje, el barrido de las calles y otros aspectos.
¡Algo para reflexionar y ponerle el pecho!