Precios

El pasado domingo, en su programa semanal, José Vicente Rangel, quien acompañó al Comandante Chávez como Vicepresidente, Ministro de Relaciones Exteriores, Ministro de la Defensa y permanente amigo y asesor, identificado plenamente con el proceso bolivariano, denunció con postura y voz severa: "insoportable el costo de vida, imposible callar ante el fenómeno que azota a todo el pueblo por igual, sin excepción, sin distingo social y político, los venezolanos estamos contra la pared". Hasta el momento el señor Pedro Carreño no ha llamado "enemigo de la patria".

La Presidenta de la ANC no hizo mención a las palabras del periodista y dirigente político, pero aclaró que estamos viviendo de pinga, Me hizo recordar lo de las "colas sabrosas". Día a día, los chavistas de a pie denuncian el alza descomunal, criminal e injustificable de los precios. Mientras el gran capital disfruta, no sólo porque contribuye con la campaña para acorralar al Camarada Maduro, sino que golpea al pueblo más humilde, que a fin de cuentas es el que sostiene al gobierno.

La derecha acusa al gobierno de ser el culpable de la inflación, dicen que es por su incapacidad (debemos admitirlo como chavistas, es fácilmente comprobable) y por el exceso de controles. Nos preguntamos ¿cuáles controles? Control que no se aplique sólo incentiva a los empresarios a seguir abusando. En nuestro país, desde 2012, no se aplican controles. Sólo se anuncian, sólo sirven para que los presentes en el acto del anuncio voceen "así, así es que se gobierna". Es sólo anuncio, nunca se aplican.

El camarada Nicolás Maduro anuncia una y otra vez control de precios. No existe. Control en la entrega de dólares. Tampoco se aplica. Control en la distribución de alimentos. Nanai. Ya sospechamos que alguien pesado en el gobierno está metido en el negocio de ña distribución de alimentos, porque es mero anuncio. Ni siquiera toman una acción de aguaje.

El control lo tienen ellos, los empresarios. Están en guerra, avanzan a su libre albedrío. El gobierno retrocede, se esconde, huye. Por momentos parece capitular. Ni siquiera se defienden. Es una guerra desigual. El gobierno está inerte. La camarada Delcy prohíbe el odio, peto no prohíbe que los empresarios nos agredan día a día. Esos bichos aumentn sus ganancias, enturbian el proceso bolivariano y aplastan al pueblo. Es un tres en uno.

Nunca pierden, pues pareciera que en el alto gobierno no se entiende el tema de la lucha de clases. Llegamos a creer que en el afán de hacer el socialismo a nuestra manera los obliga a no leer ni releer a Lenin, ni a Marx, ni siquiera al Che, a quien sólo usamos de figura para banderines y franelas.

José Vicente lo expresó con claridad: la situación es desesperante, hay que tomar medidas urgentes. A pesar del paso de tiempo y el agravamiento de la situación, le seguimos dando un voto de confianza al camarada Nicolás Maduro.



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Pedro Salima


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