Con el respeto que le debo a quienes opinan en aporrea y de los compatriotas con quienes comparto sueños, esperanzas en una patria nueva y en un hombre nuevo (al estilo del Che Guevara), debo expresar también el juicio que tengo acerca de lo que planteó Chávez cuando expuso casi de manera angustiosa, la necesidad de regular el sueldo o las remuneraciones al trabajo en el sector público en Venezuela.
Si de algo se está quejando permanentemente el pueblo venezolano es precisamente del nuevorriquismo que ostentan muchos de los funcionarios públicos, sobre todo los que determinan contratos, reciben comisiones, o se auto-otorgan sueldos o ingresos millonarios (con bonos adicionales, meses de bono vacacional o de fin de año, etc) por su trabajo en entes públicos y su servicio a la “revolución”. Chávez una vez más ha puesto el dedo en la llaga. Así como clama por el combate a la corrupción y al burocratismo. También ha exigido un límite a los ingresos de los funcionarios públicos. Y aquí es cuando han saltado muchos compatriotas a poner el grito en el cielo: ¡Chávez también se equivoca¡. ¡yo no puedo vivir con menos de tres millones¡. Donde queda la meritocracia y el esfuerzo por los estudios que he hecho¡. !Chávez tiene todos sus gastos cubiertos y por eso no le hace falta el sueldo¡,
Y comienzan las argumentaciones tanto técnicas, sobre la base de textos de recursos humanos, de motivación al logro, de incentivos al personal, o las de carácter individual, sacando cuentas del costo de la vida: alquiler de vivienda, vehículos, salud, educación de los hijos, recreación, vestimenta, mi propia educación.
Todo esto me hace recordar las expresiones de la oposición cuando cualquier decisión del gobierno ha tocado sus intereses: “con mis medios no te metas, con mis hijos no te metas, con mi güisqui no te metas, con mi hacienda no te metas, con mis partidos no te metas, con mi propiedad no te metas, con mi universidad (pública o privada) no te metas”.
Y no es que yo pretenda hacer ver que Chávez es infalible. No. El hombre se ha equivocado cientos de veces (Peña, Miquilena, Pablo Medina o los desplantes que a menudo hace son un ejemplo de ello). Pero, en este caso, pienso que lo que él plantea es también para la discusión. Puso ejemplos. No dijo: “el sueldo de los funcionarios va a ser de tres millones máximo”, sino que expresó una cifra como ejemplo, su postura personal la dijo como ejemplo, el wolswagen con el que fue a votar el 3 de diciembre, no fue mas que un ejemplo. Y ha reiterado que un revolucionario no DEBE andar en camionetas lujosas o vehículos lujosos (Hummer, Grand Explorer, Trail blazer, BMW, Mercedes, Audi), porque entonces, ¿de qué revolución estamos hablando?, ¿vamos hacia el socialismo con el modelo consumista expresado en los millones de bolívares que recibimos por nuestro sacrificio por los pobres?.
Hay que discutir quien es mas productivo socialmente hablando, por ejemplo, si un obrero de una fábrica o un campesino que genera los alimentos necesarios asì no tenga los estudios formales que nosotros, o un graduado universitario, economista, abogado, sociólogo, administrador, o médico. Por supuesto que eso choca contra los paradigmas en los que nos hemos formado, con el modelo capitalista del que todavía no nos hemos desprendido y que costará mucho hacerlo. Creo que hay que revisar los conceptos de Simón Rodríguez quien decía que si queremos construir una República tenemos que formar republicanos. Parafraseándolo diríamos que si queremos construir el Socialismo debemos formar y formarnos como socialistas. Ese es el camino. Si no es así, entonces, sigamos como estamos y digamos con la oposición: ¡¡ CHÁVEZ CON MIS MILLONES NO TE METAS!!
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