Pareciera ser que el Presidente está en una especie de burbuja, que flota entre las redes de la lucha internacional (que él ha fraguado) y las constantes lisonjas y felicitaciones que le hacen llegar sus colaboradores inmediatos.
Digo esto, porque los signos e indicios de preocupación por la salud interna del Proceso (que a la vez ES un Proceso internacional), que a diario aparecen y tratan de llegarle, no parecen hacerle mella.
Existen serios indicios de su pérdida de popularidad. Aunque no me gusta hablar de "popularidad", porque no veo al Presidente como un producto comercial del “marketing”, o como a un artista de televisión, ni como a un cantante de boleros. No. Yo hablo del desgaste de aquella credibilidad política que a ciegas se tenía de su accionar y de la total e incondicional confianza que él parece tener en los “funcionarios” de su entorno inmediato.
A pesar de que vivo en una zona privilegiada, clase media, suelo andar en las calles, al lado de la clase trabajadora (es decir, de a pié, en la calle, con -por ejemplo- señoras que venden café, que venden en la calle en vasitos plásticos y transportan su producto en una pequeña cava de anime). Me monto en camioneticas hediondas a Vallenato del malo, a todo volumen. Compro en los mercados municipales. No me “echo palos” en la calle, porque eso no me hace feliz. Puedo tomarme tranquilamente un trago en una barra, al lado de motorizados o de obreros de la construcción (tal vez no lo haría en compañía de “funcionarios complacientes” y aparentemente seguros de sus beneficios laborales). Visito amigos y gente muy querida en los barrios de Caracas y muy, pero muy de vez en cuando, cuando el trabajo me lo permite, viajo (generalmente en autobús) al interior y termino reunido con la gente que ha estado luchando toda la vida (en mi caso, el tiempo cronológico de un ser humano que actualmente está en plena madurez, digamos de alrededor de cuarenta y cinco o cincuenta años de edad , nacido 30 o 35 años antes de la llegada del actual Presidente Chávez) y… en todos estos espacios señalados, escucho los mismos comentarios y las mismas amarguras. Sobre todo lo relacionado con ese grupo de dirigentes de confianza del Presidente, que se han paseado por infinidad de cargos dejando una estela de vergüenza (con muy, pero muy pocas excepciones), o algunos de esos militares “vergatarios” que después de poner la torta y hasta beneficiar a la derecha, salen muy campantes -y hasta mejorados- de sus cargos.
Hace pocos días, luego de una jornada “de reflexión” de dos días, convocada por el Ministro de Cultura (a la que fui invitado por una persona en la que creo, aún cuando ostenta un importante cargo), notamos la necesidad que tiene la gente que trabaja en el área cultural, vinculada a la creación estética, en cuanto a elevar hasta el alto gobierno, las más sencillas y justas aspiraciones (sobre todo políticas y transformadoras, por encima de las personales) que, al parecer, el gobierno no escucha.
Confieso que esta jornada (muy austera en gastos) estuvo muy bien planificada y en ningún momento, los “facilitadores” del Ministerio de Cultura, manipularon, o incidieron sobre los mecanismos o matices de pensamiento que se expresaban en las diversas mesas de trabajo. De hecho, en la mesa en que me tocó en el segundo día, nos mostraron el contenido programático de la misión (o proyecto) “Corazón Adentro”, el que con todo el respeto que podamos tener por sus creadores, y entendiendo la “buena intención”, salió “raspao”, casi por unanimidad.
Cuando salimos del acto de cierre final, luego de leer unas conclusiones muy bien elaboradas por un equipo conformado al efecto, nos encontramos en la calle, con un grupo de parranda, en el sitio que se ha dado en llamar “El paseo de los artesanos”, a la entrada de la plaza de los museos. Allí hacían un pequeño homenaje a los cultores que participaron en el encuentro, en especial a los que vinieron de la provincia.
Me llamó la atención lo precario del equipo de sonido y la ausencia de tarima y me dijeron; esto es una iniciativa combativa de nosotros, todo lo pusimos “en cayapa”, porque perder tiempo y papeleo en una solicitud, nos hubiera consumido varios meses, además de los “formularios” y la “personalidad jurídica” y no pare de contar.
Hubo quienes dijeron: - Claro! Nosotros no tenemos contacto con “Mister Tarima” (como le dice la gente del pueblo al diputado Darío Vivas), pero fíjate (palabras de ellos), el Presidente Chávez en estos días dijo, públicamente, “ya le firmé su “chequecito” en Euros, al maestro Abreu, para que se alojen en buenos hoteles.
Luego, con otro compañero de cantos y labores, tejíamos comentarios en torno a lo que significaría una gira de un mes que involucre a unas 200 personas (siendo mesurados) y entonces nos preguntábamos: ¿ Será realmente eso una representación de los logros de un proceso revolucionario? ¿Nos representan -culturalmente- estas orquestas ? Es decir, ¿ Son muestra de nuestro patrimonio Nacional? ¿Hace falta semejante gasto en medio de un proceso de crisis internacional de la economía, que de alguna forma nos afecta ? … O es esto, en contrario, una expresión más del Estado Saudita de Carlos Andrés Pérez, amigo y mentor de Abreu?
Nunca hemos tenido noticias de vocero oficial alguno, de ese fulano sistema de orquestas, que -por ejemplo- se pronuncie abiertamente en contra de las bases militares de los Estados Unidos en Colombia, o, si no es mucho pedir, que exprese públicamente, en los escenarios internacionales que han “tocado”, los alcances que en materia de reivindicaciones y justicia social ha logrado nuestro pueblo con el gobierno del Presidente Chávez…
He sabido de Ministerios e Instituciones que redujeron y ajustaron sus gastos, incluyendo aquellos que podrían considerarse estratégicos. Pero sentimos que estas orquestas viven como en otro país. Que en la sede que recientemente les inauguraron en Caracas (dicen voceros de la derecha que con financiamiento Internacional, aunque sabemos que Abreu endeudó al Estado venezolano con un crédito del BID, y de ahí lo de “internacional”), se presentan espectáculos con invitados internacionales pagados con divisas otorgadas por el estado, como si estuviéramos en los mejores años de la Venezuela Saudita.
Con el gasto de esta última gira (de una más dentro de todo lo que programa la maquinaria de este extraño sistema de orquestas), se va el presupuesto cultural equivalente al de un año completo de cualquier estado del país, y cuidado y nos quedamos cortos…!
Quizás con un monto similar podríamos financiar unos treinta documentales (que sí ayudan internamente y externamente); o, digo yo, se invierte en el rescate del deteriorado Patrimonio Nacional; o quizás, pudiésemos mejorar la calidad de la programación de los, muchas veces “tediosos”, soportes comunicacionales del Estado (VTV, TVes, VIVE, etc); o, hacíamos una inversión importante para mejorar y enderezar el ya malogrado sistema, pero no de orquestas claro, sino de salud o de educación. Y finalmente, ¿ No sería más acorde con la situación decirle al doctor Abreu: “Mire, por ahora, no tendremos viajes para que se luzcan Mozart y Beethoven interpretados y dirigidos por venezolanos, porque en estos precisos momentos necesitamos de esos recursos para que todo los venezolanos podamos contar con un Sistema Eléctrico confiable..!
Solo espero que esta calamidad de las fallas de electricidad, no termine de traspasarle más votos a la derecha, y logre ésta neutralizar al Presidente con la nueva composición que tenga la Asamblea como resultado de las próximas elecciones.
Por cierto que en las conclusiones de la mesa de trabajo en que me tocó disertar, o sea la de música, se hizo una propuesta-denuncia (aprobada con el voto unánime de los presentes en la mesa, con la “excepción” de un funcionario púbico que hizo mutis por el foro), consistente en:
1.-Que se haga un inventario de Todas las Orquestas, Bandas, Grupos de cámara, de Cultores de la Tradición, de música urbana, de coros, etc., que no estén vinculados al Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles, para estudiar su situación y establecer una red que haga justicia con los recursos económicos del estado y a sus posibilidades de proyección.
2.-Que se haga una investigación y una CONTRALORIA de los recursos entregados al Sistema de Orquestas del Doctor Abreu y esclarecer la manera como se distribuyen internamente.
Además, todos los participantes (unos trescientos cincuenta) coincidieron en la enorme e injusta disparidad que en el sistema cultural venezolano opera (que por lo visto no es política del Ministerio de Cultura sino de un supra-estado en donde el Doctor Abreu es el primer magistrado), al prevalecer las “inversiones” en estas orquestas, en desmedro del resto de las manifestaciones de la cultura nacional, léase Danza, Teatro, Artes Visuales, Artes Plásticas, Literatura, Cine, incluyendo Archivos Nacionales, Bibliotecas y Patrimonio.
Cuando hicimos públicas nuestras conclusiones e hicimos la denuncia aquí descrita, en la Plenaria del evento, nuestra mesa recibió un aplauso atronador. Eso que nos indica que, cuando río (de aplausos) suena… es porque sed de justicia trae.
(*)Premio Latinoamericano de Composición “Casa de las Américas”
Premio Nacional de Composición
Premio de Composición de la Alcaldía de Caracas
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