Venezuela hoy es cátedra de la lucha de clases: aquí se pueden estudiar los feroces enfrentamientos de las clases poseedoras y las clases humildes que buscan los caminos de redención.
Lo que era teoría, lo que se veía sólo en los libros, se hizo realidad y es la mejor enseñanza.
Ahora, a la luz del presente, podemos comprender el pasado, analizar a la Revolución de la Independencia , entender cómo Boves reunió pueblo contra su propia liberación, razonar con más profundidad las palabras de Bolívar: “Pueblo, han abusado de vuestra credulidad”. Responder las preguntas: ¿Quién abusó? ¿Qué clases sociales? ¿Por medio de cuáles mecanismos consiguieron aislar al Libertador?
Hoy la realidad nos enseña y nos alerta. Veamos.
La Revolución avanza con su ritmo y velocidad propia. Unas veces el avance se da en lo económico, otras en lo político, lo social, lo ideológico. Es frecuente que algún flanco quede rezagado, y se note su falla, la Revolución lo atiende y lo nivela.
Así avanza esta Revolución y despierta el entusiasmo en pueblos del mundo, la ira de los oligarcas que olfatean los peligros verdaderos, y la incomprensión e ingratitud de izquierdistas agotados.
La batalla más importante de esta Revolución sucede dentro de la Clase Obrera , allí se enfrentan dos corrientes principales, del resultado de esa contienda dependerá de manera definitiva el destino de la Revolución.
La Revolución espera la consolidación de los obreros transformados en clase revolucionaria, esto es, encontrados con su ideología, sirviendo de ejemplo al resto de la sociedad, conduciéndola, ganando la batalla cultural.
La cultura capitalista que coloniza sectores de la clase obrera, hace su labor, consigue ponerlos al servicio de sus verdugos, a defender el capital. Asistimos así a la paradoja de obreros antisocialistas.
Es el caso de los obreros de la Polar, empresa de Lorenzo Mendoza, un burgués de abolengo, de familia rancia, ocupa puesto de honor en la lista Forbes de las mayores fortunas del mundo.
La Empresa Polar, una de las más importantes del país, se ha topado con un gobierno que le pone ciertos controles, eso fue detonante de una guerra contra el Estado, la lucha de clases quedó al descubierto: los oligarcas se enfrentan a la Revolución que les pone coto.
Pero ¡sorpresa! son los obreros de la Polar quienes dan la batalla por los oligarcas: el presidente del sindicato de esa empresa se transmutó en adalid del capitalismo. Los obreros defienden a sus verdugos, lesionan a la posibilidad socialista con la excusa de que defendiendo a la empresa protegen los intereses obreros. Declaran que sólo les importa su trabajo y el contrato colectivo, lo demás es basura…
Es una muestra de manipulación, colonización de conciencia, abuso de la credulidad de esos obreros. Es señal clara de una falla nuestra en la batalla ideológica. Es la misma batalla que perdió el Libertador. Debemos enfrentarla donde se origina, en la ideología, en la conciencia.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!
¡San Pedro Alejandrino no se repetirá!