“La alquimia moderna da el poder de dominar, amenazar y de dañar en una escala inaudita. Hemos visto actualizarse este poder en crueles acciones de guerra, en la devastación de ciudades enteras y en la destrucción de sus poblaciones.
Todas las guerras anteriores implicaron un “progreso” de la técnica de la destrucción, empezando por la edad de piedra, cuando las primeras armas de bronce vencieron a las hachas y puntas de flecha de pedernal.
Hoy el planeta se ha vuelto pequeño, y la raza humana enfrenta la posibilidad de la autodestrucción definitiva.
Me parece que los Hombres de ciencia que dirigieron los trabajos que culminaron con la bomba atómica son Hombres extremadamente hábiles e ingeniosos, pero no sabios. Abandonaron los frutos de sus descubrimientos en manos de políticos y soldados, y lo hicieron incondicionalmente. Perdieron así su inocencia moral y su libertad intelectual.
La ciencia es un esfuerzo colectivo para lograr el dominio de las fuerzas de la naturaleza en interés de la vida humana. Esta es la raíz del problema.”
El inquieto
universo. Max Born.
La detonación de las
bombas atómica en Japón como sabemos, destruyó a Hiroshima
y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945, siguió la peor tradición histórica
de la violencia política contra país alguno en ese momento.
Es el momento más inhumano
de la época moderna y el caso revela que el conocimiento científico
no es neutral. Hiroshima y Nagasaki representa la superación de la
técnica aplicada en Auschwitz. Donde el exterminio consistió en degradar
la vida humana hasta la muerte y la muerte misma de esos seres humanos.
La visión pastoril de muchos científicos solo existe en su fantasía.
El desarrollo científico y tecnológico en manos de gobiernos y corporaciones
imperialistas solo les ha servido para la destrucción del ser humana.
El fascismo no fue vencido
por el poder militar norteamericano. Esa es otra historia, cuyo mérito
es del pueblo soviético en lucha. Peor aún, el fascismo no ha desaparecido.
Hoy manifiesta su violencia en muchos aspectos militares en una guerra
global, en todos los sentidos y direcciones.
La invasión anglo-norteamericana
a Irak para apoderarse de los recursos energéticos que posee, tratan
de someter a ese pueblo milenario. Y no lo hacen con criterio meramente
metafísico, ni ético ni político sino exclusivamente económico utilizando
el conocimiento científico como base de su poder militar para el uso
de armamentos convencionales y nucleares que pueda permitirle al imperialismo
mundial recuperar la inversión hecha y producirles rendimientos a largo
plazo en esa invasión.
Lo ocurrido en Hiroshima
y Nagasaki le ha permitido al poder del imperial seguir obteniendo dividendos
que ahora calculan con los propósitos de guerra que quieren iniciar
en Irán.
La ausencia de pensamiento
por lo humano del imperialismo hegemónico ha volatilizado la ética
como cenizas pulverizadas por el terror universal de los cambió climáticos
y el armamento nuclear por ellos construidos.
Nosotros, como pueblos
que luchamos por nuestra liberación nacional (Latino América), debemos
detener la desorganización social provocada por el yugo de la dependencia
e iniciar un proceso de trabajo científico para recuperar el espacio
del saber, la personalidad y la iniciativa
que el capitalismo usurpó a la Clase Obrera y su aliado natural: el
Campesinado.
Clausewitz, definió
en tres rasgos la naturaleza de la guerra:
- Hostilidad del Pueblo.
- Incertidumbre del Ejercito, y
- El objetivo del Gobierno.
Tres rasgos, que la guerra
de cuarta generación, empleada por el imperialismo contra nuestra nación,
no ha podido crear conflictos sociales por no ser regulado en ninguna
forma, las fuerzas armadas nacionales muestran claridad y apego con
los objetivos que son claros en el Proyecto Simón Bolívar y desarrollados
consecuentemente con la orientación de nuestra constitución.
Y finalmente, los campos
de concentración de Auschwitz, en pleno siglo XXI, se convirtieron
en palestina con un desarrollo político más avanzado y el imperio
con todos los adelantos científicos y tecnológicos que la Guerra de
Cuarta Generación pueda suministrarle pone a puntos sus adelantos para
convertir a Latino América en su Hiroshima y Nagasaki de este siglo.
PD: Los científicos
somos trabajadores de la ciencia, simples asalariados que debemos ejercer
un papel dual, el de asalariados y el de productores. Tenemos que intervenir
en la planeación, control, desarrollo y evaluación de nuestros propios
procesos de trabajo para la producción de bienes y servicios en la
nación. Concientes de las implicaciones epistemológicas y políticas
de los mismos, impone la necesidad de construir una estructura organizada
ligada a la lucha social de los Obreros, Campesinos y el de los pueblos
del mundo.