Acaba
de ser redescubierto y esta vez llega al mundo entero, el permanente
mineromunismo salvaje que sufre Chile, por culpa de la explotación en
sus minas, especialmente en el desierto de Atacama, lugar que catapultó
al mundo a la mina San José en Copiapó, donde la geografía austral
testigo de los sufrimientos mineros quedó disfrazada con la celebración
del rescate de 33 de ellos atrapados durante 70 días. Seres humanos
sencillos que por esas carambolas del destino tienen oportunidad de
abandonar su vida de miseria y explotación. Docentes han estudiado la
situación y al respecto me llamó la atención el profesor venezolano de
periodismo Earle Herrera, escritor, analista de estupendo criterio
político, respetado, reconocido y quien nos recordó que en los años
sesenta, Robert Kennedy -naturalmente antes de ser asesinado por el
capitalismo salvaje, igual que le ocurrió a su hermano el Presidente
John Fitgerald Kennedy-, al finalizar su visita a una mina
de Chile, afirmó “si yo trabajara en las mismas condiciones que lo hace
esa gente, también sería comunista…”. Pues mire usted que hoy día… - frase tradicional de las y los chilenos… “hoy Día…”, el mundo se da cuenta de las condiciones de inseguridad
en que después de medio siglo de aquella denuncia, siguen trabajando
los mineros. No basta la natural fiesta por el milagroso rescate,
también hay que enterar al mundo más allá de la disimulocracia que
practican muchos medios, sobre las condiciones de inseguridad en la
ininterrumpida explotación salvaje del capitalismo minero. Ojalá el
periodismo sea equilibrado y no únicamente se limite a la publicidad del
show informativo… Por algo el mismo excelente periodista, hoy
parlamentario revolucionario en la Asamblea Nacional, el Profesor Earle
Herrera, acuñó sabiamente la frase de reclamo con la cual señala a los
comunicadores sociales venezolanos entregados sólo a los intereses de
dueños de medios conspiradores y locos sin remedio, afirmando: “el que se robó el periodismo, que lo devuelva”.
Permita el mismo Dios que ayudó al milagroso rescate de los 33 mineros,
que ese periodismo no vaya a ser el complaciente que vivimos durante
los gobiernos adecopeyanos, pues volveríamos a una indigna
disimulocracia informativa prosternada a los intereses capitalistas
salvajes, enchufados en la comunicación social internacional, que han
convertido a cierta porción considerable del periodismo en “medios de
agitación y hasta de putrefacción social…”.
luissanchezibarra@hotmail.com