Los Oprobios de Carlos Andrés Pérez (parte II)

Con el gran éxodo del campo a la ciudad durante el gobierno de Rómulo Betancourt y su pupilo Carlos Andrés Pérez en el ministerio de relaciones interiores, como jefe máximo de los cuerpos represivos y criminales del Estado, comienzan a crecer las grandes ciudades del país en forma anárquica y preñándose de males que el capitalismo ha venido engendrando en las entrañas de la sociedad, mientras los terracogientes se hacían “dueños” de la tierra que era abandonada forzosamente por los campesinos, antes que dejarse llevar a los Teatros de Operaciones del Ejército títere del puntofijismo, donde practicaban la tortura y el asesinato de los humildes e inocentes venezolanos, dueños auténticos de la tierra y sus riquezas.

      En el año 1973, Carlos Andrés Pérez, es electo Presidente de la República en sustitución de otro nefasto gobernante como lo fue el difunto Caldera, y es cuando en Venezuela se experimenta una de las más grandes mentiras, como fue lo que los oligarcas del puntofijismo llamaron “nacionalización del petróleo”, que una vez que promulgó esta Ley de “Nacionalización”, todos los recursos petroleros, que por razones inherentes de la propia naturaleza y los elementos de fundamentación  histórica,  siempre han pertenecido al pueblo, el señor CAP los puso al servicio de una élite “meritocrática”, de la burguesía  que se apropió de la industria  petrolera (PDVSA), poniendo el petróleo venezolano al alcance de los intereses transnacionales que siempre representaron los máximos líderes del Pacto de Punto Fijo, nada más y nada menos, para entregárselo en bandeja de plata al Imperio Norteamericano, como así sucedió, al igual como venía sucediendo desde los años del dictador Juan Vicente Gómez.

      A todo lo antes dicho, tenemos que agregarle los crímenes, encarcelamientos, torturas, desapariciones  y persecuciones que se cometieron en su primer mandato (1974-1989). Entre los asesinatos más sentidos se destaca el crimen del líder revolucionario, fundador y dirigente de la Liga Socialista Jorge Rodríguez. Durante su gobierno, Carlos Andrés Pérez no solo asesinó y reprimió a estudiantes, trabajadores, sindicalistas, dirigentes políticos y luchadores sociales; sino que lo hizo aplicando el terrorismo de Estado, lo mismo que lo hizo en su segundo mandato (1989-1993), cuando luego de su apoteósico acto de ascenso al poder,  al estilo de la usanza real, queriendo engañar al mundo, al tratar de simular los graves males que en el momento vivía el pueblo venezolano, pero no pasaron sino unos escasos días cuando el pueblo caraqueño salió en acción,  con su voz fuerte ante el mundo denunciando una realidad existente de extrema pobreza, de abandono gubernamental, de corrupción, hambre y miseria, que carcomía con saña las entrañas de la patria de Simón Bolívar, cuando el flamante Presidente para quedar bien “parado” con el Imperio y el Fondo Monetario Internacional, aplica el famoso paquete que provocó la justa reacción del pueblo caraqueño el 27 y 28 de febrero de 1989 y como respuesta del gobernante ante aquella protesta general del pueblo, apeló a las  estrategias de su maestro, Rómulo Betancourt: suspendió las garantías constitucionales y sacó el Ejército a las calles de la Capital a “disparar primero” para matar al pueblo que reclamaba dignidad y justicia ante los desmanes de los oligarcas y sus gobernantes, lacayos obedientes  de Imperialismo Yanqui y al Fondo Monetario Internacional.

      Fueron miles de muertos, desaparecidos y torturado que dejó la masacre del “caracazo” los días 27 y 28 de febrero y primeros días del mes de marzo de 1989, que pertenecen también a este gobernante apátrida y lacayo de los intereses imperiales estadounidenses, que no pagó en vida a la justicia venezolana, pero que el pueblo jamás olvidará, y aunque hoy esté muerto y enterrado, la deuda seguirá  pendiente, pues sus delitos son de lesa humanidad y lesa patria, que no prescriben, y aún muerto Carlos Andrés Pérez, y llevándose sus  malas mañas e ideas fascistas y colonialista  a la tumba, no podemos permitir que sus crímenes se vayan también, a la tumba con él.

       A él le pertenecen los horrendos crímenes. Pero los muertos son del pueblo, y si los tribunales del Estado venezolano no  alcanzaron sancionarlo, porque murió  prófugo de la justicia,  entonces, su tribunal ahora será la memoria histórica del Bravo Pueblo de Venezuela, el mismo que por justicia acompañó al Libertador Simón Bolívar, liberando pueblos y construyendo Repúblicas soberanas, el mismo que acompañó al General del Pueblo Soberano Ezequiel Zamora con su grito de libertad: “Tierras y Hombres Libres” , este pueblo que encausó heroicas luchas por la libertad y la justicia social a lo largo del siglo XX y que llegó al XI  llevando a Miraflores la más preciada esperanza de alcanzar la justicia burlada por más de quinientos años de oprobio social, al elegir como Presidente el año 1998, al Comandante Hugo Chávez y rescatarlo de las garras de los golpistas en abril de 2002. Y hoy a once años de gobierno ha demostrado con suficiente capacidad, responder al pueblo con justicia, dignidad y patriotismo, por encima de las adversidades naturales, y políticas, que se han presentado como obstáculos para el desarrollo del proceso revolucionario, pero la fuerza y la voluntad del pueblo ha logrado detener las aspiraciones golpistas a esta oligarquía imperialista, de la que fue un fiel servidor el señor Carlos Andrés Pérez.


                            reinaldoch@yahoo.es 


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Reinaldo Chirinos

Licenciado en Educación Mención Desarrollo Cultural. Facilitador del INCES.

 reinaldoc06@gmail.com

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