"Muerto el perro se acaba la rabia"

Si esta frase aplicada al reciente asesinato de Osama Bin Laden fuese cierta, podríamos pensar entonces, que el mundo debería ser mas seguro, como lo afirmó el presidente de los Estados Unidos, luego de observar jubiloso junto a su comando mayor, el “Game over” de la larga misión, que comenzó el 11 de Septiembre en New York.

La sensación universal sigue siendo de inseguridad y desasosiego, porque no es la muerte de un hombre, la desaparición de millones de hombres, mujeres y niños, la devastación de pueblos, ciudades y culturas a través de una eterna guerra, que nunca traerá la paz o erradicará el mal. Una sociedad enferma, levantada en un mundo capitalista, depredador y consumista por excelencia, una sociedad preparada para matar desde la niñez, con un PlayStation en forma virtual o una carga de explosivos atados a un cinto. Una sociedad dirigida por gobiernos dementes que defienden la cultura de la muerte, como un desenlace feliz para justificar la vida, por lo tanto, siembran horror y destrucción para garantizar su supervivencia, destrozan pueblos para justificar reconstrucción y minan esperanza para implementar desesperación y angustia.

Los pueblos no aguanta mas una mentira, los medios de comunicación colapsan y la verdad de tanta manipulación absurda llega a su fin, pero no es porque quieran algunos seres malignos, sino porque la naturaleza se cansó de esperar rectificaciones de un mundo suicida: El sol en explosiones inéditas, abraza el planeta con una capa de ozono insostenible, los terremotos, los tsunamis, las inundaciones y las nevadas amenazan a diario la supervivencia. Aunado a esto los gobiernos juegan a ser infiernos y en vez de proteger a sus ciudadanos, los lleva a ser victimas de sus políticas, les quita sus casas, sus carros, su seguridad social, su salud, su educación, sus pensiones, su vida, y en cambio, los transporta en un crucero mediático con banderines patriotas, a festejar no, su bienestar o un supuesto negado aumento de salario, sino la muerte de un objetivo militar, que quizás le traiga paz y lo ayude por fin, a abandonar su refugio anti terrorismo, aunque no le garantice un espacio donde no morir de frio.

Basta Sr. Obama. Detenga usted la profecía y no nos lleve tan pronto al Apocalipsis, el fin del mundo llegará por si solo mañana, pero no sigan asesinando pueblos en nombre de la libertad. Ni la muerte de Bin Laden, ni el matrimonio de príncipes y herederos en Europa, nos ha hecho cambiar la sensación, de que el mundo se acaba por ustedes.

Patria socialista o Muerte…….Venceremos

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Elías Martínez


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