Afro descendientes

Este término trasladado mecánicamente desde los Estados Unidos de Norteamérica a Venezuela, no refleja la realidad autóctona de las relaciones humanas en nuestro país, no niego su validez dentro de una sociedad como la norteamericana, donde hasta hace poco tiempo la discriminación racial se oficializaba en forma vergonzosa con la separación de “razas” en los vehículos colectivos, restaurantes, baños, escuelas, y otros servicios públicos, donde la palabra “negro” es un epíteto denigrante a quien se le dirige, donde los derechos humanos siguen siendo una bandera para los afrodescendientes, donde la discriminación encubierta o directa sigue siendo un problema a doble vía de la población “blanca” hacia la población “negra” y viceversa.

En Venezuela tierra donde se mezclan todos los tonos de piel, desde el “catire” hasta el color café oscuro, pasando por todas las tonalidades del café con leche, me parece un absurdo rayando en lo ridículo, buscar a los afrodescendientes, sin ir más lejos mi mujer a la que yo llamo “negra” tiene además de un fuerte componente indígena (yekuana), ascendencia africana, corsa, y hasta escocesa (de esos que vinieron a luchar en el siglo XIX a favor de nuestra independencia), el color de la piel de sus hermanos va desde el blanco al moreno oscuro, entonces como coño puede identificarse que no sea como venezolana. Así mismo siendo yo y mis hermanos de padre y madre italianos, a uno de mis hermanos lo llamaron durante toda su vida “el negro”, por su tono de piel levemente más oscura que el resto de nosotros (aunque mi cabello crespo no es muy ario que se diga). No existen razas puras ni siquiera dentro de nuestra población indígena, estoy casi seguro que la representante indígena (wuayú) Noelí Pocaterra desciende en forma directa (y que me perdone ella si mi apreciación no es cierta), de un valenciano que huyendo de la persecución gomera se refugió en los límites de nuestra Goajira con Colombia.

En él mundo, todos desde hace milenios estamos y seguimos mestizándonos en mayor o menor grado, y sin negar que en nuestro país existen grupos discriminatorios sobre todo entre los descendientes de la ultima emigración masiva europea, formada por emigrantes analfabetos o cuasi analfabetos, que por cierto llegaron aquí con una mano atrás y otra adelante, y hoy su descendencia exhibe sus títulos universitarios o sus riquezas, en este y otros grupos minoritarios por lo común discriminadores, desaparece la discriminación cuando el o los candidatos a ser discriminados por la oscuridad de su piel, demuestran que su fortuna es mayor que la de él discriminador o los discriminadores. El odio reivindicador hacia el opresor por parte de los autodenominados afro descendientes que aun no se ha extinguido en los Estados Unidos, se extinguió con creces en Venezuela en las lanzas de Boves durante nuestra cruel guerra emancipadora y terminó luego de extinguirse durante la guerra federal, crisol ambas donde se terminó de fundir el mestizaje y su herencia igualitarista. Aparte del trato respetuoso de “Don” hacia los mayores y de “Doctor” “Ingeniero” o “Licenciado” a los graduados universitarios, sea cual sea el color de su piel, la verdadera discriminación en nuestro País es la discriminación clasista, es decir el “tanto tienes tanto vales”, es diferente el trato a cualquier venezolano por parte de nuestra sociedad “sifrina”, acorde al lugar donde vive, las marcas de ropa que usa, los sitios de reunión que frecuenta. Sin lugar a dudas existen excepciones, importadas de los países desarrollados, en cuanto a los cánones de belleza, lo cual dificulta por ejemplo a una persona de rasgos no caucásicos o color de la piel de tono oscuro ser contratado por la televisión como modelo, y tampoco muchas veces como artistas protagónicos, pero esto no es inherente al modo de ser venezolano, si no propio de una minoría que aprendió a través del lavado cerebral mediático masivo a avergonzarse de nuestro mestizaje, deseando haber nacido blancos en los Estados Unidos o en la Europa Anglo Sajona, lugares en donde hoy por hoy gracias a las luchas de los afro descendientes se han comenzado a derribar dichas barreras.

En resumen. Si por los motivos antes expuestos los negros norteamericanos desean ser reconocidos como afrodescedientes, me parece altamente loable, pero no existen motivos en nuestro país mestizo para copiar lo que no nos corresponde, lo cual en vez de propiciar la unidad nacional solo es un factor más para elevar las barreras que nos desunen. Pero además en la práctica como podría ser presentado étnicamente nuestro mayor representante nacional el presidente Hugo Chávez, a) Como afro descendiente, pudiera ser, su pelo “chicha” y sus labios gruesos así lo indican. b) Como indígena, claro no le ven sus ojitos chinos y el colorcito de la piel. c) Como de ascendencia europea, seguro, no le ven su nariz perfilada. Por cierto y al respecto valga esta anécdota, a raíz de un intercambio estudiantil, le tocó ya hace bastante tiempo a mi segunda hija, vivir por un año en un Estado del norte de los Estados Unidos, y dentro de las anécdotas que me contó, una me causó mucha gracia, se trata el que ella se dio cuenta como un grupo de niños afro descendientes diariamente la observaban con mucha atención, hasta que un día uno de ellos se le acercó y le dijo: tú no eres blanca pero tampoco eres negra, ¿qué es lo que tú eres?

Para finalizar confieso que tengo una problemática de conciencia, desde que estudiábamos en la universidad siempre he saludado a mi querido amigo y colega Guzmán, con un ¡hola negro! y ahora resulta que durante cincuenta años lo que he hecho es insultarlo, apenas lo vuelva a ver no me queda sino pedirle perdón de rodillas en desagravio por estos cincuenta años de improperios. Por cierto ¿qué será de la vida de Danny Glover?, quien fue uno de los que vino a sembrarnos aquí el resentimiento de su negritud, oprimida por la sociedad anglosajona yanqui, y al cual no he vuelto a ver desde que el gobierno venezolano le dio un jugoso cheque de treinta millones de dólares como adelanto a una película que debía hacer en coproducción con la villa del cine.


arnaldocogornoc@gmail.com


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Arnaldo Cogorno


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