Día a día es el mismo leco. ¿Quiénes son en verdad los verdaderos enemigos de la revolución? Lo es el fascista de Fedecámaras que desde su mansión dice que hay inseguridad que lo perjudica por que no puede asaltar al pueblo SUBIENDO LOS PRECIOS o el antiguo golpista que es capaz de salir a las calles a pedirles votos a quienes un día maltrató e irrespetó? Todo es tan confuso. Leemos a los cronistas de la página roja de los diarios y en ellas se escribe sobre fulano que desde un sindicato manda a asesinar a otros y uno se repregunta; ¿es la ley tan débil en Venezuela que no ataca con furia este desbalance social donde cualquiera mata a quien le dé la gana?
Se producen crímenes en los barrios y la misma gente de estos lugares habla de inseguridad, pero sabe quienes son los criminales, los vendedores de droga y no dice nada. Se crea una policía para que en unión de las comunidades ataque a los malhechores, pero alguna gente de la comunidad cuando ve al policía por las calles del barrio habla peste de éste, dice que “llegó un martillador y otras ofensas?
Gente que construyó una vivienda a orilla de una quebrada se ve afectada por la crecida de ésta y el Estado lo lleva a un refugio, pero desde allí, desde el refugio, sale a protestar, a quemar, a cerrar las calles en detrimento de la comunidad, de los trabajadores, y que quiere un apartamento o una casa rápidamente ¿Por qué nadie le dice que una vivienda, un edificio, no es cuestión de soplar y hacer botellas.
LOS SINDICALEROS su lucran con los obreros obligándolos a que les paguen por conseguirles un trabajo, pero éstos, los obreros caen en sus redes y los proveen de dinero, pero nunca se ponen de acuerdo para ir a ninguna parte a denunciar este robo. El que calla otorga y todo hombre que se deja apabullar por otro hombre es un idiota, en precario, un infeliz pobre diablo.
Así a los “rojos rojitos” se les da un puesto en la Administración Pública, para que dirijan, para que velen por las cosas del Estado, pero cuando están en los puestos hasta se burlan del Presidente, caso de la Imprenta de Los Cortijos. A veces como en esta ocasión alguien humilde y digno denuncia pero nadie le para bolas y los corruptos siguen incólumes, ínclitos, llenado sus arcas, haciendo trampas, utilizando los bienes de todos para sus lucros personales. ¿Por qué no se les pide a estos sujetos que den cuenta de lo que tenían antes y lo que poseen ahora. En el Inces se cambia la administración pero a quienes salen nadie les pide aclaren cuentas y la vida de la corrupción sigue; pobre pueblo
Nadie mete preso a Radonsky que invadió un país Cuba en 2002, nadie mete preso a Leopoldo que se birló 60 millones de bolívares a PDVSA. Nadie le dice nada a Julio Borges que hasta le dio dos ministros al golpista Carmona Estanga. A veces da rabia.
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