La semana pasada fue abundante en conmemoraciones y celebraciones de los sucesos de abril del año 2002. Hubo duelo por los muertos. Hubo certidumbres de la construcción macabra de una infamia. Hubo estrenos de documentales. Hubo foros, hubo denuncias. Hubo gente pidiendo justicia. Hubo videoclips con acordes que contaron la historia. Hubo documentales con dibujos animados. Hubo conciertos. Hubo poesía. Hubo exposiciones. Hubo homenajes. Hubo textos que certificaron traiciones. Hubo discursos y condecoraciones. Hubo fotografías. Hubo ediciones especiales en diarios. Hubo patria regada por calles y avenidas. Hubo tristeza por los caídos y alegría por el futuro.
El día 11 de abril de 2012 hubo medios de comunicación que mostraron que siguen igual que hace 10 años. El Nacional elige una mentira para abrir su edición: “Trabajadores hacen cola para retirar prestaciones sociales”. El Universal secundó a su diario aliado estándar: “Finanzas prepara fórmula de traspaso de prestaciones”. 2001 se lanzó en coro: “No es correcto que el Gobierno maneje nuestros ahorros”. Y Últimas Noticias con su aparente guabineo habitual: En la AN reviven heridas del 11-A. En segundo orden jerárquico informativo todos replicaron la foto con la cara lastimera de Oswaldo Guillén, mánager de los Marlins de Florida, en una coincidencia curiosa que certifica que la intolerancia de la ultraderecha es mundial y más terrible en “la cuna de la libertad”. Hubo dos “anclas” de un canal opositor que afirmaron que “la verdadera víctima del 11-A es Iván Simonovis”. Hubo gente que después de 10 años sigue anclada en conspiraciones fracasadas.
Hubo en la Asamblea Nacional un sesión en la que la oposición se negó a debatir y más que a debatir, a condenar el golpe de Estado. Claro, condenarlo es aceptar que ocurrió y eso es demasiado pedirles.
Hubo todo eso el 9, el 10, el 11 y el 12. Y hubo, como hace 10 años, el regreso de Hugo Chávez el 13. Hubo, hay un Hugo Chávez irguiéndose desde esta nueva dificultad que da una enfermedad como el cáncer, desde la dificultad que significa ser un paciente que recibe tratamiento de radioterapia, desde la dificultad que da saberse vulnerable, de saberse un ser humano con la inmensa responsabilidad de echar adelante la Revolución Bolivariana. Hubo, hay un Hugo Chávez por encima de la adversidad. Hubo, hay el Hugo Chávez estadista, el candidato, el padre, el hermano, el abuelo, el líder. Hubo, hay el Hugo Chávez jodedor que desconcierta a los adversarios y encanta a sus copartidarios. Hubo, hay el Hugo Chávez solidario con Argentina. Hubo, hay el Hugo Chávez decretando la desaparición de la Cumbre de las Américas si Cuba no es incluida en la próxima. Hubo, hay el Hugo Chávez que coloca en su sitio a un “muchacho bobo”. Hubo el 13 de abril el regreso de todos esos “Hugos”. Hay Hugo Chávez. Y hay buena vibra.
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