Quizá algunas personas me critiquen por sugerir que en Venezuela hay que aumentar la pena máxima de presidio a 50 años. La revolución bolivariana, no cabe la menor duda, es eminentemente solidaria, con una altísima inclinación hacia los menos favorecidos y eso está plenamente comprobado en su diario accionar.
Un paseo por Caracas, cuna del Libertador, muestra lo que hace la gestión revolucionaria. Un edificio residencial aquí, para darle techo a familias que siempre vivieron mal, en ranchos nada higiénicos y otro mas allá que permite cobijo a otras familias cuyas viviendas padecieron el sufrimiento de un deslizamiento de tierra que acabó con las paredes de su hogar.
Trescientos metros distantes de otro edificio residencial, un centro de salud dotado con equipos de alta tecnología y profesionales médicos con una visión integral de lo que es el ejercicio ético de la medicina, donde atienden a las personas carentes de recursos o ciudadanos que vieron consumir sus pólizas de seguro en clínicas privadas sin ver resueltos sus problemas de salud.
Habría mucho que contar en cuanto a logros revolucionarios en las áreas del transporte, de vías de comunicación, la agricultura, de los avances tecnológicos que se vienen dando, de la educación, de la atención a las personas mayores, a las personas con discapacidad, al reconocimiento de las etnias indígenas, a los niños, a los trabajadores, los beneficios de las nuevas asociaciones en materia de petróleo, a la creación de empresas de gestión social, a la producción de energías alternas y un larguísimo etcétera.
¿A qué viene esta perorata si uno escribe sobre aumentar la pena máxima a 50 años?
Simple y llanamente a que los logros de la revolución bolivariana no pueden ser expuestos, no pueden ser deteriorados, no pueden ser eliminados y quien atente contra ellos debe ser altamente sancionado con la mayor pena, porque vulnerar, agredir al quehacer de la revolución debe ser interpretado como un acto de traición a la Patria, porque en efecto traicionamos a Venezuela y a sus habitantes si la agredimos, como sigue ocurriendo con ese golpe económico continuado que tiene la derecha venezolana.
No es tolerable el que la derecha política en Venezuela, siga con su malsana conducta de mentir, de agredir, de burla y de conspirar sin que reciba sanción alguna. Por eso es que es muy necesario, que los cuerpos de inteligencia actúen inteligentemente frente a ellos y les comprueben su actuar insano en contra de la ciudadanía y el país.
Lee el siguiente blog: wwwpertinentes.blogspot.com (Premio Aníbal Nazoa/2010) Mención Opinión)