La oposición fascista en todas sus expresiones y vocerías, anda con eso de “presos y perseguidos políticos”, ya lo sabemos, para darle una connotación mediática a favor de los delincuentes que están tras las rejas o autoexiliados, fugados del país, más bien, para mantener la intención de liberarlos porque no han podido fugarse de las cárceles donde están hasta ahora, bien presos.
Ahora, sabiendo la importancia de la Paz y el Amor que el Presidente Maduro viene lanzando, aunado a la conveniencia para el proceso en esta etapa como estrategia política, debemos ser excesivamente cautelosos. La oposición, ni corta ni perezosa, al no haber logrado su cometido, aprovecha la ocasión de las navidades y la sensibilidad que esto trae, relanza su consigna: “Libertad para los presos políticos” queriendo conseguir de nuevo a los incautos en el gobierno, que piensan en el perdón como fórmula para acercar a los venezolanos, como que si la división político-social que realmente existe entre ellos, los explotadores y sus lacayos y nosotros los explotados, tal vez así lo piensan algunos en el alto gobierno, como si hubiera empezado con el Comandante Chávez.
Esta pregunta reflexiva como título no es para solo analizar y valerse de la contundencia en los argumentos que nos asisten para justificar la prisión de los terroristas, ni para cuestionar per se a los opositores y sus familiares, quienes aspiran ver a los suyos en las trincheras mediáticas y de calle, como tranquilamente lo hace la jueza Afiunni o como se escriba, lanzando verdaderos ataques contra la revolución, después que impunemente fuera puesta en libertad ante la maniobra bien conocida de su mal estado de salud, o cenando hallacas con hijos y demás familiares bajo el impune perdón de todos. Este escrito es con la pretensión de contribuir en encontrar la manera de llamar la atención del alto gobierno y lograrlo, muy por encima de las condiciones políticas, como son las humanas, para que no se caiga en la trampa de la amnistía, indulto o perdón, porque como nos lo decía el Comandante, para nosotros la paz no debe ser la del sepulcro, menos donde están los restos de los caídos en los aciagos días de abril 2002, esta paz debe acompañarse con la justicia al clamor del Pueblo para que no se repitan las conspiraciones y traiciones ya advertidas por El Libertador.
En este sentido pienso y así lo creo, que no basta conformarnos solamente en escribir cuestionamientos adelantados sin resultados favorables a la causa, un ejemplo de esto es Aporrea y las otras páginas revolucionarias, tal como ocurrió o pudiera ocurrir con ASOVIC y otras organizaciones verdaderamente defensoras de los derechos del pueblo, que no terminen en nada mas que no sea pura quejadera. Esta oportunidad, pese a la buena intención y sentimientos expresados o la credulidad que tengamos en el gobierno y particularmente en el Presidente Maduro, no debemos desaprovecharla para definir y en consecuencia planificar acciones precisas y comenzar el año 2014 movilizados, para ello es bastante importante que se hagan llamados nacionales, por región y locales, de todas las formas necesarias, pudiendo ser mediante foros y debates abiertos que concluyan en plantones en los medios de prensa nuestros y de ellos, con tomas de plazas, concentraciones y por qué no, marchas hasta las instituciones que de una manera u otra están involucradas, entiéndase Fiscalía General, Defensoría del Pueblo, Asamblea Nacional, TSJ y por supuesto el Palacio de Miraflores, para alertarles de nuestra inconformidad bien manifiesta ante cualquier iniciativa que pudiera poner en libertad a los asesinos del Pueblo.
Gustavo Vásquez
