Cuando esta maña nos enteramos del lamentable y muy preocupante asesinato del joven Diputado, por el PSUV, a la Asamblea Nacional, Robert Serra, la indignación, frustración y sobre todo, la zozobra parece llenar nuestra alma. En corta y muy precisa alocución, el Ministro de interior, justicia y paz, nos informa de un crimen por encargo. Todo conduce a esta hipótesis.
El crimen se comete dentro de la casa, con saña, con arma blanca, por profesionales, como para no dejar rastros… La imagen que llega desde lejos muestra a elementos terroristas del medio oriente decapitando mujeres, niños, periodistas, soldados…, entrenados y financiados por la mayor potencia bélica del planeta, los Estados Unidos de América. Similares imágenes a de los asesinatos de campesinos, políticos, mujeres, niños, sindicalistas…, ejecutados por acciones de grupos paramilitares a la orden de la derecha y de grandes trasnacionales en Colombia.
Como partes de un plan de limpieza social y caotización de las fuerzas revolucionarias, del país. Planes opositores puestos a la luz pública, en donde se detallan acciones terroristas por parte de células paramilitares colombo-venezolanas, apoyadas económica y políticamente por Álvaro Uribe, desde Colombia, y por el Departamento de Estado. Este accionar de la oposición venezolana no es nuevo. Ya lo hicieron en abril de 2002 cuando dispararon contra indefensos venezolanos, contra Danilo Anderson, luego en el paro petrolero, las guaribas, contra Chávez, y más reciente contra Nicolás Maduro, donde en la última envestida asesinaron alrededor de 40 venezolanos.
Para ellos el fin último es el poder. No les importa que el país vaya al caos, la destrucción y la muerte. Los mejores ejemplos nos muestran a una oposición gritando a voces que las fuerzas militares de EE.UU. invadan Venezuela, como en Ucrania, Siria, Libia, Irak, para ellos el caos es sinónimo de victoria. En tal situación con la bendición de Washington tomaran las riendas de la tierra devastada, ya lo intentaron por todos los medios el día del fallecimiento del Comandante Chávez. Hoy, con preocupación, parecen volver a intentarlo.
Si el asesinato del Joven Diputado Robert Serra, es producto de dichas acciones, entonces ya su imaginación y descontrol no tiene límite. El gobierno de los Estados Unidos ha dado luz verde para intervenir en Venezuela. Los venezolanos de a pie, hijos o no de Chávez, que amamos a esta Patria debemos estar conscientes, firmes, serenos, y decididos a defenderla. A esperar el próximo movimiento, como Chávez, a no caer en la tentación manifiesta de la oposición venezolana de querer llevar al país a una guerra civil donde ellos, dicen estar bendecidos por Dios y se creen vencedores.
