El 10/02/2015 el Presidente Nicolás Maduro, al firmar el Decreto N° 1.606, le ha declarado la guerra de su Gobierno “Ecosocialista” a todo vestigio de vida que hasta ahora se había venido desarrollando, de manera natural, en el espacio geográfico que ha dado en concesión a una transnacional china para que multiplique su capital sin importarle los daños que ese Decreto Ecocida ocasionará a la naturaleza, y la población zuliana como parte de ella, amén del perjuicio para la Nación pues a futuro tendremos que trasvasar agua quién sabe de qué parajes para evitar que nuestr@s herman@s mueran de sed. Esa enorme fortuna la pagaremos con la renta que generamos como Estado porque las “ganancias” de la explotación del carbón que corresponderán al Fisco Nacional son tan pírricas que no alcanzarán para atender los problemas de salud (problemas broncopulmonares entre otros) asociados a dicha actividad.
El Cacique, camarada y amigo Sabino Romero Izarra así lo comprendió y por oponerse a tal ecocidio fue asediado por “autoridades” nacionales y regionales. Con el conocimiento del Presidente Chávez fue perseguido, acusado de un asesinato que todo el mundo sabía no había cometido, juzgado por jueces que no le correspondían, en clara violación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y alevosamente acusado por la bicoca de siete fiscales designados por la Fiscala para que lo hundieran y desgraciaran. Agresión que Sabino y su pueblo Yukpa afrontó con coraje y dignidad, el juicio fue erradicado del estado Zulia para debilitar su defensa y aislarlo de su pueblo. Pero esta vez sus verdugos se equivocaron, no contaron con la férrea defensa asumida por el Pueblo Yukpa acompañado por el Pueblo Bolivariano en Lucha, los sorprendió la tenacidad y arrojo del incansable camarada y ecologista Lusbi Portillo y la cálida solidaridad del “Flaco” Prada y su esposa que transformaron su morada en cuartel general del Pueblo Yukpa y de l@s amig@s de Sabino.
Frustrado los ecocidas en su empeño por sacar al Cacique de la Dignidad fuera de juego para dar riendas sueltas a sus macabros planes antinatura, se aliaron con los ganaderos terratenientes que más tardes se convirtieron en sicarios y asesinaron a un Sabino que había salido de la cárcel con más bríos, a desafiar con coraje a sus verdugos e impedir el exterminio de su amado pueblo.
Lusbi Portillo es un activista defensor de los derechos de los indígenas que viven en la Sierra de Perijá. En esta lucha lleva más de 27 años, en la que ha sacrificado mucho de su vida. Tal vez es una de las personas que más conoce la cultura yukpa y a quienes ha acompañado en la misión de recuperar sus tierras ancestrales, arrebatadas a sangre y fuego por los ganaderos asesinos que hoy gozan de la impunidad que les brinda el Estado venezolano. Lusbi, como fiel camarada, ha acompañado al Pueblo Yukpa en su eterna lucha por la defensa de su derecho a la vida, sus derechos a ser considerados ciudadan@s de este país, a no ser burlados por el Ministerio de Pueblos Indígenas que para su desgracia avala y apaña toda la violencia generada por los que quieren hacerse ricos en nombre de la Revolución.
El camarada Alcedo Mora también ha guerreado como Sabino Romero y tant@s otr@s compatriotas que han entregado sus vidas en el proceso de construcción revolucionaria de una nueva sociedad. Se atrevió a denunciar en las barbas de sus verdugos la corrupción que todos sabemos arropa la gestión de los antiguos y nuevos gerentes de nuestra industria petrolera pero que ninguno nos atrevemos a denunciar por temor a perder nuestras vidas y otros (más desgraciados) a perder sus curules y cargos burocráticos. Esa acción temeraria, asumida soló por los que en verdad entregan sus vidas por hacer realidad el ideal que va más allá de factores materiales para convertirse en apostolados del Bien Vivir para nuestros pueblos, le ha costado al camarada Alcedo Mora su desaparición forzosa y quién sabe qué destino.
Aún hoy, después de casi cuatro meses de su acoso por parte de los organismos de seguridad del Estado (ayer Seguridad Nacional, más tarde Digepol, Disip después y hoy Sebin), le gritamos a l@s otrora defensores de los derechos humanos hoy transfigurados en autoridades gubernamentales que “como se lo llevaron queremos verlo regresar: vivo y combativo como toda su vida lo ha sido”.
Quiera el destino que el camarada Lusbi Portillo no corra el mismo destino, sus enemigos son muchos, fuertes y poderosos debido al defalco que cometieron contra las riquezas de la Nación y ocupan posiciones gubernamentales importantes (no por su gestión sino por su poder). Sus enemigos son los mismos de Sabino Romero, de Alcedo Mora, de todo camarada que luche contra los asesinos del pueblo, que enfrente a sus hambreadores, que desenmascare la política neoliberal y extractivista disfrazada de “ecosocialistas”, que asuma la guerra frontal contra el capitalismo salvaje que acogota a nuestros pueblos e imponen la destrucción de nuestro hábitat a cambio de un puñado de dólares.
Camarada, tiempos difíciles nos han tocado. Añoramos aquellos que aún con los esbirros de AD y COPEI en nuestros talones, en constante acoso, en peligro de perder nuestras vidas, no nos detenía expresar nuestra defensa, solidaridad y acciones combativas cuando un camarada era forzosamente desaparecido, caía preso o era asesinado. Hoy, en pleno Proceso Bolivariano, son muchos los que osan autocalificarse de revolucionarios e hijos de Chávez y no se atreven a asumir la defensa de un consecuente camarada.
Pero no todo está perdido, del seno del pueblo, del “Pueblo Bravío”, surgirán mujeres y hombres que encarnen la Rebelión Popular que defenestrará a tanto farsante y enrumbará los destinos de la Matria por los senderos del Ecosocialismo hacia la conquista del Bien Vivir.
¡SABINO NOS SEÑALÓ EL CAMINO, ME SEÑALÓ EL CAMINO,
NOS SEÑALA EL CAMINO!