Hay decisiones en la historia reciente de Venezuela que han causado impotencia, ira y hasta ganas de halarse el cabello. El TSJ ha sido uno de los organismos que más indignación ha causado y a la vez a generado tantas incógnitas en cuanto hacia dónde van los tiros. Desde aquella fatídica decisión donde de un solo plumazo se le cambió el rostro perverso del golpe de Estado que le dieron al Presidente Chávez, cayendo en un mar de ambigüedades, hasta definir dicha acción anticonstitucional como un simple juego de niños “un vacío de poder”.
Hoy nuevamente el TSJ nos sorprende con otra de sus “certeras” decisiones al darle el beneficio de casa por cárcel al terrorista Daniel Ceballos, es aquí donde aquellas personas conscientes y honestas de alguna u otra forma dejan de creer en las instituciones del Estado. Estas “sabias y omnipotentes” decisiones que curiosamente siempre benefician al apoderado, al personaje público, al corrupto, al terrorista y por qué no al opositor, más no al pendejo del barrio…deja mucho que pensar de la honorabilidad del Tribunal Supremo de Justicia y hace imposible marcar una diferencia entre lo que sucedía en la cuarta y lo que sucede ahora, pareciera que es una Institución desligada totalmente del pueblo, complaciente de las clases pudientes, llena de vicios y juegos de poder Adeco-Copeyanos, un Estado dentro del Estado.
El TSJ aún es un dinosaurio de la vieja política, de la corrupta forma de hacer política. Queda preguntarnos como consuelo: ¿Es el TSJ una trinchera de la corruptela oposicionista? ¿Si algunos dicen que el Gobierno tiene controladas todas las Instituciones del Estado; porque el TSJ siempre hace lo contrario? ¿Es aún el TSJ un cascarón con muchos jueces que hacen favores muy bien remunerados bajo cuerda? ¿Dónde quedaron las sentencias a los apátridas y los delitos de lesa patria?
