Tres peligros

La Revolución Bolivariana ha demostrado su arraigo popular en cada una de las victorias obtenidas en los procesos electorales, el cual ha venido creciendo de manera vertiginosa en los últimos años, dejando ver públicamente la conciencia política que el pueblo venezolano ha venido desarrollando. Ha sido esa conciencia política el muro de contención que ha frenado a los partidos de “oposición” en su afán por conquistar el poder y es por ello que estos sectores “vestidos de buena intención” han jugado y seguirán jugando a la antidemocracia; porque saben que por la vía democrática están perdidos.

Ahora bien, el destino puso una nueva prueba de fuego…la enfermedad del Presidente, el líder máximo de la revolución, el motor que ha impulsado cambios significativos en la América Latina. Ésta situación ha incluido otros elementos en el escenario político, ha creado “ilusiones” en el bando opositor, ha abierto ciertos debates y presunciones desestabilizadoras a través de la desinformación y mensajes con ponzoña; pero a pesar de todo esto el Presidente fue reelecto (07 de Octubre de 2012) y el Chavismo obtuvo 20 de las 23 gobernaciones que se disputaron el 16 de Diciembre del mismo año. Dos grandes victorias en escasos dos meses, que representan la consolidación del proyecto socialista.

Detrás de toda esta alegría de triunfos, no hay que perder de vista tres peligros nefastos para la Revolución Bolivariana. El primero de ellos, la ausencia muy prolongada del Presidente Chávez; porque él ha sido quien ha dirigido muy sabiamente el proceso revolucionario y ha podido mantener la unidad en torno a un sólo proyecto, a través de su liderazgo innato, su carisma, de su manera muy particular de hacer política y la forma de calar en los sentimientos más sinceros del pueblo. Entre Chávez y el pueblo ha existido algo más allá de la política; porque Chávez viene del pueblo, conoce su realidad y ha logrado identificarse con éste. Es decir, hay un vínculo sentimental entre pueblo y líder que necesita la presencia física del Comandante como un bastión garante de la paz, la soberanía, el desarrollo, la independencia, entre otros.

El no tenerlo físicamente en la patria de Bolívar pudiera crear cierto “distanciamiento”; porque el Presidente es imagen y práctica revolucionaria en un proceso que él mismo ha impulsado nacional e internacionalmente, esto puede desencadenar en una apatía considerable en un grupo importante del Chavismo que sería fácilmente aprovechada por la oposición venezolana en perjuicio de la revolución.

El segundo peligro para la revolución es el “triunfalismo”, decir y aceptar que por haber reelecto al Presidente de la República y obtenido 20 gobernaciones ya se han ganado todas las batallas y por ende se ha instaurado casi totalmente el proyecto socialista en el País, sería el error más grande cometido en el seno del Chavismo y el momento más oportuno para que la oposición le dé “jaque mate a la revolución”. El triunfo del 16 de Noviembre representa además de una contundente victoria un compromiso inquebrantable con el pueblo venezolano. Está prohibido traicionar la confianza de las mayorías y ahora más que nunca los gobernadores patriotas electos deben afianzar el proyecto socialista, llevar a la práctica la revolución hasta el último rincón, que todo no se quede en colocar títulos o nombres a obras ejecutadas; sino que por el contrario se vaya desmontando el modelo capitalista en pro de un Estado de bienestar social.

El tercer peligro está representado por la desunión en las fuerzas revolucionarias. Hay que tener presente que el juego político es como el ajedrez, una mala jugada de un contrincante es aprovechada por el otro y así como el gobierno hace su trabajo, la oposición hace el suyo a su manera. La unidad es vital para que el proyecto socialista se consolide cada vez más y se garantice la independencia nacional, los enemigos no descansan y sus ansias por echar a tierra lo que se ha construido en estos últimos años no merma. Hay que dejar de lado las visiones individualistas y seguir avanzando en colectivo; porque son dos modelos país que se han venido enfrentando, el socialismo frente al capitalismo poderoso, el cual tiene muchos dolientes y lacayos que para nada les importa la patria.

Un claro ejemplo de esto, fue lo que sucedió en determinados estados del País durante las elecciones regionales del 16 de Noviembre, como fue el caso del Estado Bolívar sólo por nombrar uno, donde la Gobernación estuvo a punto de caer en manos opositoras, siendo los resultados muy cercanos entre el Gobernador Francisco Rangel Gómez y el opositor Andrés Velásquez. Esto debido a que el Partido Comunista de Venezuela (PCV) a pesar de venir apoyando desde hace algún tiempo a la revolución, decidió lanzar una candidatura paralela en el Estado; lo cual puso en riesgo la continuidad del proyecto socialista en esta región.

Unidad, unidad, unidad debe ser la premisa.


ivan.espinoza.rivas@gmail.com



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Favio Espin


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