Los trece años y poco más de condena de Leopoldo López Mendoza, le sirven de excusa a la oposición venezolana para volver con su rayado discurso de violación de derechos humanos y de presos políticos con fines electorales.
Prueba de lo anterior es la reciente concentración en Chacao de un grupo de opositores liderados por los nefastos personajes: Chúo Torrealba, Ramos Allup y Lilian Tintori, quienes simulaban que les importaba la sentencia de López, mientras intentaban ganar terreno en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre con la amenaza que ese día liberarían al Monstruo de Ramo Verde.
Aunque es justa la condena de Leopoldo, por su incitación a la protesta en las guarimbas del 2014 que arrojaron un saldo de más cuarenta muertos, su privación de libertad la emplean para vociferar que aquí no hay garantías constitucionales, estrategia recontra usada por ese sector de la política que "no da pié con bola".
La oposición aquí en Venezuela carece de identidad. Al unirse a la campaña de descredito de que hay una crisis humanitaria, sigue el libreto de los medios de derecha; en particular, los de Colombia, de que existe un Estado criminal, una vez que continúa con la manipulación del cierre fronterizo, haciéndose eco de mentiras como la violación del espacio aéreo del hermano país.
La mayoría de los venezolanos está clara que esa oposición es incitadora a la muerte de inocentes con las barricadas guarimberas; golpista, porque está detrás de la guerra económica para caotizar su propio país; y apátrida, debido a su rechazo por el cierre fronterizo a pesar del contrabando, paramilitarismo, narcotráfico y ataque al bolívar.
En definitiva, a la MUD les resbala la condena de Leopoldo y años de prisión. Solo les preocupa su campaña política, pues su discurso está agotado, y necesitan de lo que sea para salir del pozo donde se encuentran.