A comienzos del siglo XXI, la milicia ultra ortodoxa islámica afgana talibán a punta de explosivos y cañonazos, destruyó los dos colosales Budas tallados en roca entre los siglos III i IV, en la provincia central de Bamiyán, igual suerte corrieron miles de piezas arqueológicas de esa era de la civilización budista.
Años después, el Estado Islámico (EI) hace lo mismo en Irak y en Siria, destruyendo y saqueando a su paso, notables expresiones del milenario pasado de esos pueblos. La antigua ciudad romana de Palmira, en Siria, Centro histórico de valor mundial, es dinamitada con saña.
El planeta está poblado de obras y artefactos elaborados por la humanidad en todos los tiempos históricos, son piezas que admiten todas las lecturas posibles, y nos crea la certeza de la historia como una continuidad; es una red de hilos de Ariadna, que nos comunican, nos liberan y nos permiten acercarnos a ese mundo pluripolar: Las pirámides de Egipto, La muralla China, El Partenón, las Calzadas y Termas romanas, la civilización Maya e Inca y los petroglifos que abundan en nuestro país cuyos símbolos nos hablan.
Si hay algo que caracteriza a nuestra humanidad, son los lenguajes que nos rodean y comunican, entre ellos los símbolos, por eso las banderas, escudos, cantos, himnos, estatuas, pinturas, retratos.
En nuestra historia reciente venezolana (2002) vimos como unos ciudadanos que habían dado un golpe de estado, rápidamente, desalojaron la imagen de nuestro Libertador Simón Bolívar del lugar que ocupaba; en un salón del Palacio de Miraflores; y en estos días vimos un video donde el nuevo presidente de la Asamblea Nacional, ordenaba en tono irrespetuoso desalojar a las imágenes de Bolívar y Chávez de la sala de sesiones.
Esta actitud de este parlamentario, que se ha divulgado en los medios públicos, es evidentemente una agresión contra importantes sectores de la población venezolana, que sentimos que ese poder de la democracia bolivariana, tomó una vía que solo se puede comparar con las diversos expresiones antidemocráticas y fascistas que recorren diversos lugares del planeta y que colide con la necesaria paz que necesitamos en nuestra República.
Esto significa una pérdida de Auctoritás, y en consecuencia una respuesta gubernamental y popular, que no imagino sus consecuencias.
El año de 1983, con motivo del Bicentenario del nacimiento del Libertador Simón Bolívar, se organizó una extraordinaria exposición iconográfica en los Museos de Bellas Artes y la Galería de Arte Nacional, en la ciudad de Caracas, el Curador de la misma, fue el conocido coleccionista e intelectual Alfredo Boulton, allí se expusieron: objetos, dibujos, oleos, grabados, litografías, muebles y vajillas:
Boulton nos dice: “Todos sabemos que nació en Caracas el 24 de julio de 1783 y que murió en Santa Marta el 17 de diciembre de 1830. Todos sabemos estas cosas. Pero lo que si no sabemos es como era su rostro” (…) Su verdadero rostro, como frecuentemente sucede con los grandes hombres, ha sido deformado al popularizarse, lo que en gran parte se comprende por la falta de una bien disciplinada iconografía y por haberse copiado indiscriminadamente, de modo desordenado, aun durante su vida, retratos carentes de veracidad fisonómica”. (1)
Ha sido viejo el interés de algunos intelectuales venezolanos por el verdadero rostro de Simón Bolívar, y esa exposición, era un acercamiento a esa búsqueda. En ese año de 1983, Hugo Rafael Chávez Frías, no pasaba de ser un modesto oficial subalterno de las fuerzas armadas.
En 1999, Hugo Chávez Frías, llegó a la Presidencia de la República y dada su conocida vocación bolivariana, decidió retomar las viejas ideas sobre el rostro del Libertador, y le asignó esa tarea a un importante grupo de hombres y mujeres de la ciencia, tanto nacionales como internacionales, para que hiciesen un riguroso trabajo para desentrañar las dudas sobre la originalidad de los restos del Libertador y además acercarnos a una posibilidad de conocer el verdadero rostro.
Posiblemente esta imagen de Bolívar, de ese delicado trabajo, no sea la que le guste al parlamentario, pero hasta ahora es la única investigación científica que se ha hecho y dio esos resultados, y así es la historia, que no es, un asunto de gustos.
Por otra parte, el antichavismo y el odio político, no se resuelve con quitar imágenes. En el caso de Hugo Chávez, son más de dos décadas con presencia teórica y práctica, y cambios reales, no solamente en lo concreto, sino también en la esperanza. Que hubo fallas, errores, si, pero, también hay que decir, que el gobierno se desarrolló en medio de conspiraciones, saboteos, dificultades de toda naturaleza, y que en lo fundamental hubo una inmensa humanidad.
Durante el gobierno de Hugo Chávez, hubo mucho respeto por la gente, a diferencia del Puntofijismo, donde miles de torturados, encarcelados, desaparecidos y asesinados por gobiernos terroristas aun esperan justicia.
LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL
(1).Boulton, Alfredo/ Simón Bolívar Bicentenario de su Nacimiento 1783-1983/Galería de Arte Nacional-Museo de Bellas artes/Exposición Bicentenario del Natalicio del Libertador/Catalogo Especial/Caracas, Venezuela, julio 24 a octubre 2, 1983.