Sigue relatando, alias Manuel. Al no conseguir los digepoles la información requerida de boca de Alberto Lovera, dos de sus funcionarios llevan al profesor al estado Monagas y tratan de dejar al torturado en el Campo Antiguerrillero de Cachipo, pero allí quien está al mando de ese cuerpo especial, se niega a recibirlo en vista del alto nivel de maltrato que el prisionero presenta. En esos días, la esposa de Lovera y demás familiares no tenían respuestas sobre su paradero, sólo malos tratos por parte de las autoridades.
En el testimonio del ex PTJ, alias Manuel, se detalla un episodio clave del caso. Tras la negativa de recibir en Cachipo a un agonizante Lovera, los digepoles se dirigen a la zona de El Tejero y allí entran a un bar, al pasar como una hora un muchacho de la zona que los veía irse les pidió que le dieran “una cola” y lo llevaran hasta La Ceiba, lugar ubicado por la carretera que va a El Tigre. Los 2 digepoles, que estaban bastante pasados de tragos, medio rascados, agarran al muchacho y para divertirse lo meten en la maleta del automóvil; donde llevan a Alberto Lovera. Al llegar el vehículo a la población La Ceiba uno de los digepoles se baja y entre carcajadas abre la maleta, el muchacho espantado apenas sale de la maleta pega una sola carrera y se pierde de vista en un ratico, el digepol regresa al vehículo y con su compañero siguen para la ciudad de Barcelona. Tiempo después el muchacho fue localizado por nosotros y relata que quien iba con él en la maleta del carro, creía estaba muerto porque durante el viaje no se movió y ni siquiera habló o se quejó.
Alberto Lovera, con 14 años de edad salió de Nueva Esparta hacia el estado Zulia, en un barco mercante, en el Zulia trabaja en los campos petroleros y allí es que comienza a involucrarse en la lucha sindical. A los 17 años se incorpora a la Juventud del Partido Comunista de Venezuela, PCV, y en 1947 viaja a Varsovia, Polonia, para participar en el Congreso Mundial de la Juventud Comunista. En Varsovia, ciudad que había quedado destrozada por la Segunda Guerra Mundial, Lovera realiza un curso para altos dirigentes políticos; junto a su compañero Gerónimo Carrera y otros amigos. Como premio a su esfuerzo por aprender hasta lo más mínimo de lo que le enseñan, lo llevan a visitar varios países socialistas enclavados en Europa. Tras regresar a Venezuela, en 1952 se traslada al estado Lara y por ese estado es incluido en la lista de candidatos a diputados a la Asamblea Nacional Constituyente por el PCV, Lovera resulta electo por el partido de la alianza revolucionaria (URD); puesto que el PCV había sido declarado ilegal en 1950 por la Junta Militar de Gobierno que lideraba el General de División Marcos Pérez Jiménez.
Alberto Lovera rechaza ser parte de ese Congreso como protesta, por cuanto Pérez Jiménez obligó al entonces llamado Consejo Supremo Electoral ejecute un fraude que favorezca a su partido, Frente Electoral Independiente, FEI. El profesor Lovera en ese tiempo es detenido, torturado y expulsado de Venezuela, permanece en Cúcuta, Colombia, aproximadamente dos años. Clandestinamente regresa a Venezuela en 1955 y comienza a trabajar en política con el PCV en el Zulia, al siguiente año vuelve a Caracas en donde ocupa cargos dentro de la dirección regional como nacional del PCV. Se casa con María del Mar y con ella tienen dos hijos: Alberto Enrique, que nace en 1958, y Yanira en 1961.
Hoy, en la redoma de Guaraguao, en Puerto La Cruz, está el área recreativa que lleva el nombre de Alberto Lovera, allí se encuentra un busto en su honor develado en 2005 por su viuda. "No queremos que se pierda la memoria de los asesinados y desaparecidos en el puntofijismo", dijo en el develamiento del busto María; quien falleció el 17 de agosto de 2014 en espera se hiciera justicia. Bueno, hasta aquí parte de la triste historia sobre el secuestro, tortura y asesinato de un oponente a aquel gobierno degenerado adeco, como también lo fueron antes y después cuando compartieron con los copeyanos la misma manera de actuación, en el llamado Pacto de Punto Fijo, símil al que actualmente se llama Mesa de la Unidad Democrática, MUD.
De manera que, he pretendido con estos escritos recuerden o conozcan aquella forma de actuación de esa gente, que hoy tratan el pueblo la olvide pero que solo esperan tomar mayor Poder para volver convertirla en Política de Estado. Jamás, pero jamás, quisiera decirle al bravo pueblo venezolano alguna vez: (¡¡Yo se lo dije!!)