Apenas habían transcurrido unas horas, luego de haber escrito un par de artículos el 11-1-2017, los cuales fueron publicados después en diversos medios y portales del país, entre ellos Asamblea Popular Revolucionaria (Aporrea), uno titulado, 15 de Enero: día de tristeza educativa¹ y el otro con el nombre, Mi carta desde la tumba², donde en ambos planteaba en diversos párrafos, que las bandas juveniles armadas se habían apoderado de los espacios del "conocimiento" sin que existiese autoridad que pudiera aprehenderlos, así el cómo las personas podían perder sus vidas al negarse por entregar sus vehículos, cuando desgraciadamente, una docente fue asesinada, al resistirse, presuntamente, al robo de su camioneta en el estacionamiento de la escuela en donde laboraba³, ubicada en el estado en donde por coincidencia, el recién designado ministro de "educación" se ha autodenominado como "protector de Miranda".
Lamentable hecho ocurre en vísperas del "Día del Educador", y sobre el cual nada tenemos que celebrar los docentes a nivel nacional. Sí algo faltaba para el luto del magisterio en esta fecha ante la profunda crisis educativa que se vive en el país, era la muerte por asesinato de algún colega, y esa acción terminó por ocurrir. No hay palabras, para expresar tanta indignación mezclada con ira e impotencia.
El colmo de las declaraciones, justificando lo injustificable, saldrá en boca del nuevo ministro de "educación", para echarle la culpa al gobernador del estado Miranda, (quien también es corresponsable), cuando la verdad es que todas las escuelas y liceos del país, así como las universidades, y por supuesto, toda Venezuela, es víctima de la delincuencia.
El asesinato de la colega y docente de aula, Luisa César de Canchica, de 41 años, quien recibió un disparo en el cuello, mientras forcejeaba con el delincuente que le quería quitar su camioneta en el estacionamiento de la escuela "bolivariana", Ricardo Montilla, ubicada en Guarenas, ha dejado consternada a toda la sociedad educativa, no sólo del sector, sino a nivel nacional, y obviamente, nos coloca en una situación de máxima tristeza en quienes ejercemos la docencia en cualquiera de sus niveles.
Los planteles han sido desbordados por choros, drogadictos, malandros y asesinos, quienes a diario, se muestran armados frente a docentes y estudiantes, sin que exista autoridad de los llamados cuerpos de seguridad del "Estado" que puedan revertir semejante situación. Estos desadaptados se desplazan sobre sus anchas en las instituciones adscritas al Ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPE) para extorsionar, robar, atracar, vender drogas, y como sucedió con este lamentable hecho, asesinar a docentes o personas que sólo están aportando bienestar y espacios positivos para la sociedad en el medio de tanta podredumbre, sobre todo política.
¡Luisa! Hoy no estás (…) has dejado huérfanos tres hijos, y en soledad a un esposo, de quien tus allegados afirman es general de la Fuerza Armada, lo cual hace más dramática tu partida, porque tu muerte se convierte en un ícono de profunda anomia. Los delincuentes y asesinos no respetan condición social ni los espacios educativos, es decir, para ellos, el delinquir no tiene límites ni fronteras porque la impunidad es lo único que prevalece en el gobierno madurista.
¡Luisa! Esperemos que tu sangre no genere más revanchismos ni odios, sino que permita reencontrar la unión y la sindéresis que necesita Venezuela, y aquellos que se encuentran con "poder", permitan a los docentes generar las políticas adecuadas para transformar esta degenerada y violenta sociedad.
¡Luisa! ¡Estamos tristes, muy tristes! Ojalá y aquellos que se hacen llamar "protectores" y se encuentran en rol de "ministros", comprendan que vivimos una tragedia, y que esa tragedia es producto de querer politizar y partidizar hasta lo más preciado y hermoso del ser: la educación. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
¹http://www.aporrea.org/educacion/a239881.html
²http://www.aporrea.org/ddhh/a239839.html
³http://cronica.uno/matan-maestra-dentro-escuela-guarenas/