Tribunal de Usurpadores

Alias "Magistrado" revisa en su memoria mientras toma el desayuno carcelario, las veces en que alardeó ante sus compañeros de la universidad con los latinazos recién aprendidos en las clases de derecho penal o cualquier otra materia. Sobre todo el "penal", era el escenario predilecto de muchos como él, que avizoraban un futuro prometedor de cobros gigantes en honorarios profesionales. Los pasillos se volvían a veces corros de especialistas en malandros, y cada muchacho aportaba más sabiduría por cada caso de malandro que solicitaba la libertad. A veces las conversaciones se debatían entre la moral de defender al delincuente o en su derecho a recibir justicia; pero toda conversación terminaba, felizmente, en cuánto cobraban los abogados más expertos en sacar a los choros de la cárcel. Imaginaban un ejercicio desvinculado de la calle y su amenaza, sin llamadas de cobro de "protección", sin presiones de ningún tipo al momento de contradecir libelos y defender sujetos culpables. Nunca, es verdad, se centraban en la representación de la víctima; casi siempre era un tema ajeno al proceso en sí de cobro de honorarios. Eso se dejaba a quienes se dedicarían a ser defensores públicos o fiscales de oficio, a las muchachas que estudiaban con ellos y serían abogadas de oficina. Ni el ahora alias "Magistrado" ni sus compañeros de clase perdían tiempo en ese asunto. Remontar la pobreza de origen ya era un éxito en un país como éste, tan dado a premiar a los muy competentes en palabras de convencimiento. Un tipo podía ser feo, de origen humilde, sin tía de ojos azules o tiobisabuelo General, pero no saber hablar, es decir, no saber conducir las ideas en un espacio donde coexistieran otras personas, eso sí era un acto punible.

Para un abogado tipo, venezolano por demás (tan dado a la palabra), que no supiera rendir a los pies del convencimiento a todo ser que estuviera enfrente, eso sí que era un acto delictivo. Defender aquél bicho despreciable que alias "Magistrado" tenía en sus manos en forma de papeles de identidad y de todo tipo de delitos sexuales acusado, bueno... era cuestión de respirar hondo y comprender su conducta por tener su origen entre niñeces solitarias y padres notables que no habían tenido tiempo para enderezar al ahora adulto que secuestró, casi-mató, destrozó, violó, ultrajó, mutiló, destruyó como ser humano y redujo a la esclavitud durante meses enteros a una muchachita pobre que pasó los meses más amargos de su historia y que le cambiarían el rumbo de su existencia, en aquel apartamento de Los Palos Grandes donde el famoso Monstruo soñaba con practicar dolorosos actos lascivos sobre seres que pudieran gritar de verdad. Pero, a ver... era una muchachita pobrísima, sin gente notable que lo presionara por ninguna parte, además de que no era mujer de ningún malandro que lo fuera a tirotear por la calle; además, hasta podría ser una de esas acompañantes "freelance", metiéndose donde no lo haría una muchacha de buen vivir... Nada... socialmente, aún en estos comienzos de siglo XXI tiene más peso un notable y su hijo descarriado que una muchachita en esas condiciones, por muy abyecto, secuestrador, violador, mutilador, perverso, cruel, esclavista y desgraciado, que pueda ser un hombre hijo de un notable. Vamos... que salga de la cárcel el muchacho...

Alias "Magistrado" pavoneaba su elegante traje frente a otros alias de igual prontuario, que tal vez tuvieron en sus manos casos no tan bochornosos como el de la muchachita pobre y el Monstruo de Los Palos Grandes, pero muchos años después y, sobre todo, en medio de este ejercicio de Democracia que han venido a hacer en esta plaza donde se celebran todo tipo de actos de triunfo sifrino, cuando el rrrrrrégimen de tambalea ante las amenazas de la sociedad de muchachos disfrazados de Guerra de Tronos, con escudos de cartón y deseos homicidas, ellos, los que esa mañana eran llamados "Magistrados" (algunos se burlaban por las redes llamándolos "TCJ", por lo del hoy vendedor de invasiones por cuotas), eran felicitados por la gente "Pipiris nice" de Caracas, aunque ésta voltea la cara cuando ya los "Magistrados" terminan de levantar la mano. En medio de esta crisis institucional que inventaron los mayameros empantuflados y que potenciaron los medios derechistas de comunicación, lo mejor que puede el sistema judicial venezolano es nombrar gente bien Car'e tabla y de verbo fuerte para enfrentar al rrrrrégimen, doblegarlo con la fuerza de la ley hablada, la ley del monte o de la selva, como quieran llamarla. Si estuviéramos en España, Francia o Inglaterra ya los habrían metido presos de por vida con el argumento de la usurpación, en los primeros minutos de haberse aparecido en esa plaza de celebración de espectáculos; pero están en Venezuela y Europa no piensa que este país necesite de ejercicio de justicia, por lo que promueven la farsa que ocurre allí, y celebran la valentía y "democracia" de los movidos a usurpar funciones. Convencidos están, los allí hacedores del papel de Magistrados del TSJ o TCJ (como mejor gusten llamarlos o burlarse de ellos, que da igual), y la gente Pipiris nice, en una suerte de amigazgo indestructible, protegidos por los muchachos disfrazados de guerreros medievales con escudos de cartón, que hacen historia nueva y democrática. Día épico, futuro de gloria cuando el rrrrrrégimen caiga, que ya está pronto a eso.

A veces pensó alias "Magistrado" que un Tribunal Supremo de Justicia no podría funcionar en el exterior de la República por aquello del principio de Territorialidad y otros que también se le olvidaron, aunque fue profesor de pregrado y postgrado. A veces piensa alias "Magistrado" que no tienen efecto las decisiones del TSJ o TCJ (como quieran llamarlo o burlarse); a veces piensa alias "Magistrado"que fue bien pendejo cuando creyó que lo dejarían libre para la usurpación plena de la más alta investidura judicial, cuando lo vieran y reconocieran los cuerpos policiales encargados de darle aprehensión. A veces piensa, alias "Magistrado", a veces sin querer darse cuenta plena de eso, aunque quiera huir de tal pensamiento contrario a su glorioso proceder, que todos los del fulano tribunal en el exilio son unos traidores a la Patria; a veces piensa, alias "Magistrado", en los días que llueve y está melancólico, que son unos pendejos que andan dictando decisiones en el extranjero, cual niñitas que juegan cocinita en el porche de la casa. A veces siente alias "Magistrado", aunque no lo vaya a decir nunca, que él no quería ser de ese TCJ de usurpadores que hacen el ridículo en el extranjero, sino del de verdad.

 



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Carolina Villegas

Investigadora. Especialista en educación universitaria

 saracolinavilleg@gmail.com

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