El 20 de abril será recordado como uno de los días más nefastos en la historia latinoamericana, y en especial de la historia de los países de América del Sur. Ayer 6 gobiernos de la región mostraron su servilismo ante los intereses de potencias extranjeras a nuestro suelo, abandonando la UNASUR, el más grande proyecto de integración y soberanía que ha existido en América.
Este proyecto, concebido por Simón Bolívar y concretado por su hijo, el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, ayer fue apuñaleado.
Los que concretaron esa felonía no tienen ninguna excusa: la integración y soberanía de la América del Sur están por encima de cualquier diferencia. Quedará el precedente para que, en el futuro, quede establecido que las decisiones concernientes a la integración no puedan ser tomadas por los gobiernos de turno, sino que deben ser aprobadas por sus pueblos mediante referendo. A quienes hoy en mala hora son presidentes de esas naciones ni sus pueblos ni la historia les perdonarán lo que hoy han hecho.
La derecha ultraconservadora cumple a pie de juntillas el guion imperial y se separa de la UNASUR. Esto no es de extrañar, y dicho boicot constituye otra medida de presión a los gobiernos que no se pliegan a los intereses hegemónicos de EE.UU.
Los gobiernos de Argentina, Brasil, Colombia, Paraguay, Chile y Perú hacen rato estaban separados del referido bloque de integración. La cosa parecía un matrimonio por conveniencia, y eso no puede ser entendido como integración. Ahora la correlación de fuerzas en el continente es muy pareja, 6 países proimperialistas y 6 aún independientes.
Del lado de las fuerzas progresistas tenemos: Uruguay (aunque de un tiempo para acá el gobierno de Tabaré Vásquez ha tenido posiciones ambiguas), Ecuador (hasta que Moreno aguante), Surinam, Bolivia, Guyana (hasta que Granger decida salirse) y Venezuela.
Habrá que reconocer autocríticamente los errores cometidos en no impulsar los diferentes bloques de integración legados por el Comandante Chávez. Casi dos años UNASUR no tuvo secretario general luego de la salida de Ernesto Samper de la misma, y durante la presidencia pro tempore de Argentina en la misma, estanco dichos proceso de manera premeditada y alevosa. No le paramos a este mecanismo integrador parido por Chávez y estamos observando las consecuencias. Apenas Bolivia asumió la presidencia pro tempore como le corresponde de acuerdo a los estatutos, hace tres días, le dieron palo cochinero bajo el argumento de que Unasur está a la deriva, lo cual lamentablemente es cierto por la actuación de Argentina.
Es lógico que acciones como estas se lleven a cabo, y más bien se tardaron mucho, puesto que al imperialismo le interesa mantenernos divididos, y tiene sentido para ellos después de lo expresado por el vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Álvaro García Linera, quien en entrevista exclusiva al programa Dossier del periodista Walter Martínez transmitida el 19ABR2018, señaló esta situación, más de lo que se desprende de algunas lecturas de que el denominado BRICS se encontraba débil. Acciones imperiales para cerrar los caminos alternativos de emancipación y que le disputasen los intereses hegemónicos al imperialismo.
No obstante, algunos pensamos que Bolivia puede desarrollar un excelente trabajo sumatorio, ya que el presidente Evo Morales y su equipo son excelentes y coherentes con el legado de Chávez y su espíritu de integración de nuestros pueblos.
Ante el espíritu de la traición de Santander que anda revoloteando en el continente. Volvamos a la alerta de que la espada de Bolívar camine de nuevo por América Latina.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!