"El terrorismo es una táctica que utilizan ante todo diversos agentes no estatales, que pueden constituir una entidad acéfala o una organización jerárquica, con el fin de generar un clima psicológico de miedo que compense su carencia de poder político legitimado. Se diferencia con claridad, por ejemplo, de la guerra de guerrillas, del asesinato político, del sabotaje por razones económicas, aunque las organizaciones que practican el terrorismo no se hayan privado de recurrir a estas acciones" (Michael Burleigh, 2008, "Sangre y sangre. Una historia cultural de terrorismo". Taurus historia. Ediciones Generales Santillana. Madrid. España. p. 11).
"Por consiguiente, Trasímaco, se muestra ya con evidencia que ningún arte ni gobierno vela por su propio interés, sino que, como decíamos hace un momento, prepara y ordena las cosas en beneficio del gobernado, considerando ante todo su conveniencia, por ser el más débil, y desdeñando la del más fuerte. Por eso mismo, querido Trasímaco, afirmaba yo hace poco que nadie quiere gobernar por su voluntad ni tratar de enderezar los males del prójimo, sino que exige una recompensa, porque quien desee ejercer su arte de la mejor manera posible no puede nunca hacer ni ordenar nada en beneficio de sí mismo, sino del gobernado. Así, pues, según parece, conviene otorga recompensa a los que aceptan el mando de buen grado: esa recompensa consistirá en dinero, en honra, o bien en castigo, si no gobiernan" (Platón, trad., 1968, "La República". 3ra Edición. Aguilar, S: A. De Ediciones, Juan Bravo, 38, Madrid, España. pp. 98-99).
Para sorpresa y hasta rabia de algunos (que fueron los menos) que en Barquisimeto suelen frecuentar su centro histórico y aprovechan los bancos y la sombra amiga de la arboleda de la Plaza Bolívar (ahora bellamente remozada por la alcaldía bolivariana del municipio Iribarren y ya no es la guarida de borrachitos, delincuentes y demás gente de mal vivir, como en la práctica la había convertido el alcalde anterior, el terrorista-guarimbero Ramos), para reposar un rato en sus diligencias y compartir pareceres con otros contertulios; a eso de las 12 y 30 del medio día de hoy desembocó por una de sus carreras y calles adyacentes (17 con 26) una alegre marcha de apoyo al presidente Maduro y la Revolución Bolivariana, eso aunque la tarima y la música ya instalada en la Plaza de la Justicia, anunciaba que algo se cocinaba en el ambiente.
Una transeúnte en un tono alterado increpa que "¡Cómo es posible! ¡Si nos estamos muriendo de hambre, haya gente que apoye a Maduro! Un señor que estaba allí le respondió que tranquila, así celebraban la vida, la de maduro y la de todos, que se uniera a la marcha que llegaba. Pero la indignada dama siguió su paso hacia La Torre David, el café o el banco que está por ahí, donde también se aposta un puesto de periódicos y libros revolucionarios, una joven que miraba la escena se rio abiertamente mientras desde la tribuna conminaban a que la juventud participante a saltar, que el que no saltaba era un escuálido… Maduro, Maduro, Maduro, repetía un coro musical.
Pues, sí. La revolución bolivariana tiene gente, de donde se puede decir sin faltar a la verdad, que los municipios del estado Lara condenaron hoy 9 de agosto de 2018, el magnicidio frustrado del pasado 4 del corriente; mucha apoya el proyecto histórico nacionalista y anticolonial iniciado por el Comandante y continuado, a trancas y barrancas, por el actual presidente Nicolás Maduro; en medio de esta crisis que ha puesto al país en situaciones límites, tanto por los errores y la corrupción interna, además de por los ataques por parte de todos los sectores tradicionalmente beneficiarios directos del modelo petrolero, puede uno observar en directo, en tanto que observador participante que tiene mucha gente; por ejemplo, esta marcha de más de una cuadra y que rebosó la Plaza de la Justicia de Barquisimeto, justicia que es la se debe aplicar de ahora en adelante, dar a cada quien lo que corresponda, justicia reparativa y distributiva; y que se aplique la ley, que a veces puede ser muy dura, pero es la ley; ello aunque ya la Conferencia Episcopal, muy diligentemente, ya se pronunció pidiendo que no se persiga al inocente. Bien está que así sea, pero a quien tenga responsabilidades, sí. Es lo justo.
Por cierto, fue esta una marcha no publicitada, semi-clandestina, o promovida sólo por las redes sociales, ningún medio radial o televisivo tradicional local y regional informó previamente, ¿qué pasará con los encargados comunicación del PSUV o era sólo para sus organismos internos? Aparte de personas de Lácteos Los Andes, Frente Francisco de Miranda, ciertas comunidades organizadas y alcaldes de los 9 municipios larenses, la gente del común, simples militantes, simpatizantes y hasta críticos del chavismo pero ganados para el diálogo y la paz, este acto fue una sorpresa; como fuere, lo cierto es que la revolución bolivariana aún tiene buena legitimidad en sus bases, bases que muchas veces "regañan" a sus líderes muchas veces timoratos, que hablan más de lo que en realidad hacen, pero llegó la hora de la coherencia, de plantarse firme, también ese pueblo llano muchas veces está más claro teóricamente y con mayor compromiso de algunos "escribidores", "Maduro: manos van para que manos vengan", gritaba una señora, cuando la gobernadora Almirante Carmen Meléndez tomaba la palabra y dirigía un discurso firme, ergo, el chavismo es una fuerza social importante en Venezuela y se ha echado la crisis al hombro.
En cambio, la oposición o las oposiciones de las tantas que hay en Venezuela, Barquisimeto y el estado Lara, en la persona de gente antes de izquierda como el hoy diputado Macario González y algunos amigos, militantes de la MUD simples y silvestres, andan ya propalando que el atentado constituye una simulación, "un pote de humo" con fines de desviar la atención frente a la grave crisis social, sobre todo de parte de los "voceros" de la o las oposiciones no han condenado esa operación mortífera con drones; una de sus expresiones, la Conferencia Episcopal Venezolana, CEV, que se supone son expertos en las fases de los actos morales no condenan la iniquidad del objeto elegido, la intención del acto, realizado con plena libertad de conciencia, sin coacción y las consecuencias derivados de semejante acción, sólo piden que se evite se desate la persecución a la oposición. Por algo será.