Incapaz de pedir perdón

Esto será rápido.

"Chile: Una mujer venezolana de 78 años muere cuando cruzaba por paso no habilitado"

Esto ocurrió cerca de un pueblito llamado Colchane, en el norte de Chile, en el Desierto Atacama, el desierto de envergadura más seco del planeta donde crecí durante una de las épocas más maravillosas de mi vida, cuando me la pasaba visitando las milenarias cuevas de mis ancestros Quechua en los cerros subiendo hacia el altiplano chileno, y pescando pulpo, a mano, en los arrecifes del frío Pacífico.

NOTA: La madre de mi madre era 100% Indígena y bruja de esa región, y su padre era judío Ashkenazi alemán (judíos del norte de Europa). Si no me equivoco, ambos padres (o abuelos) del actual jefe de Estado venezolano son o eran de sangre judía Sefardí (judíos del sur de Europa), vean donde él mismo lo menciona, aquí.

Bueno, cada vez que leo este tipo de noticias (y son muchas), me pregunto:

¿Qué carrizo hacía una viejita venezolana en ese frió, donde no crece ni un solo cactus, y donde no hay ni una sola gota de agua dulce en la superficie?

Pensé, y me respondí, que para que esa viejita de esa edad deje atrás lo que una vez fue un paraíso terrestre (Venezuela), lujosamente verde, caluroso, y con una fuente eterna de agua dulce, además de haber sido uno de los países más felices del mundo y el país latinoamericano con el salario mínimo más alto de la región, para después encontrarse en un lugar tan seco, frió, y sin agua, un lugar que podría equivalerse a un infierno terrestre comparado con Venezuela, debe ser que algo le fue muy mal aquí en Venezuela.

¿Verdad?

Además, este tipo de triste y desgraciado acontecimiento, no es solo de ahora (2022), no, no, no, esto ha estado ocurriendo regularmente desde hace por lo menos 7 años, desde por lo menos el 2015, mucho antes de las sanciones, cuando millones de venezolanos y venezolanas empezaron a irse de Venezuela, cuando entonces, el salario mínimo, o sea, el salario de las mayorías más pobres de Venezuela, bajó desde $400 al mes en el comienzo del 2013, a menos de $10 al mes a partir de (si no me equivoco) finales del 2014. O sea, en menos de dos años, básicamente, la mayor parte de los trabajadores del país pasaron de ser trabajadores dignos, a ser unas porquerías de esclavos del Estado y de las clases dominantes.

Pero, saben qué, saben lo que más duele, es que el actual jefe de Estado venezolano ha sido incapaz de pedir perdón.

Sí señor.

N.B. En mi libro, todo ser humano que sea medianamente humano, cuando comete errores, debe por lo menos pedir disculpas. No necesariamente debe pedir perdón, no, pero aunque sea de manera indirecta, debería siempre disculparse. Aun yo, siendo como soy, feroz e intransigente a veces, siempre pido disculpas, absolutamente cada vez que me equivoco, porque eso es lo correcto de hacer, en mi libro, hay que respetar la dignidad de los inocentes quienes uno habría herido aunque el incidente habría ocurrido accidentalmente o sin mala intención. Hay que ser honesto, valiente, y honrado, hay que reconocer la verdad, o sea, hay que reconocer nuestros propios errores, y eso, sin jamás echarles la culpa a los demás, digo yo. Hay que ser humilde, como Chávez, como Jesucristo, como el Buda, entre otros.)



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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