El pasado 28 de Junio, en Escocia, la Comisión de Revisión de Casos Criminales entregó a los jueces un informe de 800 páginas donde dictaminaba que podría ser inocente el ex-oficial de inteligencia libio condenado por la voladura del avión 747 de Panam sobre la localidad de Lockerbie, Escocia, el 21 de Diciembre de 1988.
Abdel Basset Ali al-Megrahi fue encarcelado en 2001 y condenado a 27 años de cárcel, al ser encontrado culpable de la muerte de 270 personas, en un juicio celebrado el 2002 en Holanda bajo las leyes escocesas. Pero ahora, después de cuatro años de investigación, la Comisión afirma que tanto los testigos como las evidencias utilizadas para condenar a Abdel Basset carecen de credibilidad. En el mismo informe, la Comisión declara enfáticamente que “la CIA no estuvo involucrada”… (?)
DOS DIAS DESPUES
En Escocia no pasa nada. El terrorismo está lejos. La voladura del 747 en el cielo de Lockerbie fue sólo una trágica casualidad, de la cual estuvieron hablando por 18 años. El informe de la Comisión sobre la inocencia de Abdel Basset reavivó el caso y a partir del 28 de Junio todos los escoceses se preguntaban quién o quienes eran los verdaderos terroristas.
Pero no se lo preguntaron por mucho tiempo. Dos días después, el 30 de Junio, una camioneta en llamas se estrelló contra el terminal del aeropuerto de Glasgow, la mayor ciudad de Escocia (donde nunca pasaba nada). Fue el más torpe, misterioso y sospechoso “atentado” de todos los tiempos, pero cumplió su cometido: la noticia del informe de la Comisión de Revisión Judicial sobre Lockerbie desapareció de la prensa y del pensamiento de la gente.
Pero no desapareció sin que alguien convenientemente recordara que cinco meses antes de la voladura del 747 sobre Lockerbie, la Marina de los Estados Unidos había derribado “por error” un avión de pasajeros iraní, matando a 290 personas. Nadie fue castigado por ese “error”, y ahora resulta que el culpable de las dos tragedias va a ser Irán. La verdad es que el terrorismo da para todo…
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