"La oligarquía y el Plan Colombia destruyen a mi país"

Entrevista con Luz Perly Córdova, representante de la COCCA (Coordinadora Nacional de Cultivadores de Coca y Amapola)

Hace unos cinco años, se organizó en Mérida el “Simposio Internacional sobre las Incidencias del Plan Colombia en América Latina y el Caribe”, al que asistieron Mayela Delgadillo y Patricia Vargas, por las Coordinadoras Zapatistas del Distrito Federal en México, representantes de Cuba y Estados Unidos, además de observadores políticos de otros países. A última hora se les negó la visa a algunos representantes de la insurgencia colombiana, y hubo fuertes intentos de sabotear este evento. El embajador de Colombia en Venezuela, quien aseguró estaría presente, a última hora no se presentó.

En el ojo del huracán del Plan Colombia se encuentran los más de tres millones de campesinos que viven de los cultivos de coca y amapola. Son los afectados directamente con este Plan, el cual lleva un fuerte componente bélico, que de momento está paralizando las negociaciones de paz. En su primera fase el Plan ya ha producido medio millón de desplazados, ha recrudecido los enfrentamientos guerrilleros y está alterando las relaciones con Venezuela de manera alarmante. ¿Sabe usted que la COCCA (Coordinadora Nacional de Cultivadores de Coca y Amapola) agrupa a más de dos millones de recolectores de coca y amapola?

En esa oportunidad me correspondió entrevistar a Luz Perly Córdova quien participaba en este evento. Para ella los colombianos han sufrido las consecuencias de las injerencias de Estados Unidos de manera cruel y desgarradora. Con el comercio de la marihuana, el mundo se inundó de porros, de “yerba”, rock con humos suasorios y dulces, inspirando las revoluciones de las flores, el amor libre, las utopías de los hippies y los cantos de paz…

Como el formidable negocio no estaba controlado por los norteamericanos, primero lo convirtieron en un crimen así permitir aumentar la demanda) para luego monopolizarlo. Ella me contaba que la marihuana está en casi todas las comidas que se sirven en la Casa Blanca, por ejemplo a al ex Presidente Clinton le encantaba que le aromatizaran las ensaladas con esta droga. En el condado californiano de Mendocino fue aprobado por inmensa mayoría el cultivo legal de cincuenta plantas de marihuanas por familia para que pueda disponer de ellas como quiera. Ahora hemos visto que ya existen en el propio Estado de California máquinas expendedoras de marihuana. En Venezuela si encuentran a alguien vendiendo marihuana le meten un montón de años, por una especie de acuerdo judicial entre Estados Unidos y nuestro país.

El Dorado que los gringos encontraron en Venezuela no fue la marihuana sino el petróleo. No sabíamos para qué servía aquella pasta negra y sucia que no invitaba a soñar ni a delirar por la fraternidad y el amor. No era ilegal procesarla para luego gasolinizar y envenenar al mundo con sus miasmas, ni encaletarla para que circulase por el mundo; ni nadie podía imaginar que sería la causa de mil guerras y magnicidios, por lo que no hubo necesidad de confeccionar entonces un Plan Venezuela, aunque sí se planteó crear una republiqueta del Zulia. Con la marihuana allá y con el petróleo aquí, se dislocó para siempre la dignidad del trabajo en los sectores campesinos, y se trastocó la vida de las ciudades, plagadas de hombres que se habían contaminado por labores, ocupaciones y necesidades que les eran totalmente ajenas a su evolución cultural, social y humana.

Aquellos seres mutilados en sus tradiciones, sacados de cuajo del campo y adictos a las drogas de la coca-cola o de los carros, de la televisión, de los dictáfonos o teléfonos, cosas que no provenían de sus necesidades, insistimos, acabaron por convertirlos en meras almas muertas.. Hoy esos mismos esclavos imploran a sus amos para que los recluten, para que los hierren y así alcanzar el ansiado progreso que debe parecerse al gran SUEÑO AMERICANO. En aquella ocasión escribí:

Luz Perly Córdova es una joven campesina con marcadas facciones indígenas. Ha llegado hasta nosotros cruzando ríos y caminos apestados de peligros, y se abre paso, segura en sus ideas y principios para presentar su ponencia en el simposio sobre El Plan Colombia.



“MIENTRAS SE CONSUMA Y SE PROHÍBA A LA VEZ, SE CULTIVARÁ COCA”

Convertida la marihuana en droga blanda, y estando en proceso de ser legalizada en EE. UU., ahora el gran negocio es la cocaína y la heroína. Más de tres millones de campesinos colombianos están entregados al cultivo de la coca y de la amapola, en unas ciento cuarenta mil hectáreas (en unas diez mil hectáreas se cultivan amapolas). Luchadores sociales como esta joven campesina, vienen haciendo propuestas para una solución al grave problema de estos cultivos. No puede ser la solución el horrendo negocio del Plan Colombia que sin duda ninguna para ellos es un pretexto para enfrentar la insurrección; este Plan por supuesto no acabará con los cultivos sino que los incrementará haciéndolos extensivos hacia las montañas y zonas boscosas. El kilo de pasta básica que venden los campesinos tienen un costo de dos millones doscientas mil pesetas; en tránsito, en una ciudad intermedia, esta misma pasta se vende a unos cinco millones de peseta, y puesta en alguna ciudad de Estados Unidos se cotiza en veinte mil dólares. Téngase en cuenta que el 80% de la droga que llega a Estados Unidos, pasa o sale de Colombia.

Me dice Luz Perly Córdova que nació en una vereda del municipio de Arauquita que se llama Reinera, perteneciente al Departamento de Arauca, en los Llanos Orientales. Que ellos aprecian a nuestro país Presidente Hugo Chávez, porque él dice lo que todos los pobres llevamos en el corazón, que es el ideal de unidad, de la grancolombianidad amada y pensada por Simón Bolívar. Me dice que hay grupos pequeños pero muy poderosos, que nos quieren hacer aparecer como divididos. Es falso que en Colombia se odie –me dice- a los venezolanos, como también es supremamente falso que aquí se nos desprecie. Cuántas muestras de agradecimiento y de profundo afecto recibo y sé que me voy a llevar de ustedes.

“Yo desde los doce años siempre he estado vinculada a los movimientos campesinos del Departamento de Arauca, y a través de los años he venido evolucionando en esos procesos, y tuve la posibilidad de salir a estudiar a la Universidad (soy Administradora Pública y estoy terminando de presentar los preparatorios de Derecho). He puesto todos mis conocimientos al servicio de la lucha campesina. Hoy, dos millones de campesinos pertenecen a la COCCA, que aunque no es una de esas organizaciones legales ante el Estado colombiano, tiene una fuerza y una presencia real en el accionar popular, que busca soluciones con una plataforma unificada y con vocerías propias.”

- ¿Cómo funciona la COCCA en su estructura orgánica?

- Se realizan asambleas veredales, asambleas inspeccionales o corrigementales de acuerdo con la división territorial que tenga cada Departamento. Esas asambleas nombran democráticamente unos delegados que van a formar parte de las Coordinadoras municipales de los cultivadores de coca y amapola. Posteriormente se realiza una reunión, de donde salen los delegados a la Coordinadora Departamental, y de aquí a los representantes a la Coordinadora Nacional que es una dirección colegiada donde las decisiones se toman por consenso. Actualmente somos nueve, de los cuales siete están en la clandestinidad, por problemas de seguridad, y dos estamos haciéndole frente a las denuncias y a la vez que participar en eventos y debates políticos. De todas maneras debe haber alguien que dé la cara, y sabemos que vamos a ser objeto de amenazas y que en cualquier momento nos pueden matar. Yo actualmente represento el Arauca, pero también hacemos rotaciones por el país.

- ¿En cuántos Departamentos se cultiva la coca y la amapola?

- En Catorce, más de la mitad de Colombia y de todos ellos tenemos representantes a la COCCA. Yo asisto por el de Arauca.

- ¿Estudiabas y guerreabas?

- Obviamente. Hemos sido víctimas de la arremetida militar y paramilitar cuando estudiaba en la universidad. Allí yo trabajaba con la Asociación Campesina del Río Cimitarra, y tuve que ver cómo varios de mis compañeros por el simple hecho de defender los derechos de los campesinos fueron masacrados. Estos compañeros fueron asesinados por paramilitares con la anuencia de los grupos de seguridad del Estado, el ejército y la policía.

- ¿Qué son para ti los paramilitares?

- Ellos no son sino la verdadera expresión del terrorismo del Estado colombiano. Son un apéndice de las Fuerzas Armadas de Colombia; su objetivo principal no es sólo combatir la insurgencia sino reforzar el proyecto de la derecha fascista que pretende controlar de manera feroz a Colombia. Es así como se convierten en fuerza de choque para destruir y masacrar a los movimientos populares. Al mismo tiempo que hacen su papel de carniceros de estos movimientos populares buscan posesionarse del negocio de la droga que es muy lucrativo, y con sus dividendos, compran armas.

- ¿En qué consiste la Ley 30, que tanto escuchamos mencionar en tu país?

- La Ley 30 es la Ley Antinarcótico en Colombia. Es una ley sin asidero en la realidad nacional y mete en un mismo saco a cultivadores, raspachines (los que arrancan la hoja de coca), narcotraficantes, los que comercializan la droga y la transportan. A todos se les judicializa por igual, lo que significa que un muchacho que trabaje en una finca donde haya cultivo de coca, por el simple hecho de recolectar la hoja para ganarse un jornal para mantener a su familia, puede ser judicializado y pagar de tres a cuatro años de cárcel.

- ¿Por qué cultivar coca y amapola?

- E como si yo le preguntara a ustedes, que hasta cuándo dependen del petróleo. Esto se debe principalmente al abandono por parte del Estado del campo colombiano y al aumento desmedido del latifundio por métodos violentos. Los grandes terratenientes del país siguen acaparando las zonas más productivas y al campesino lo han condenado a poblar las regiones más inhóspitas y donde el trabajo agrícola es totalmente inadecuado y sin capacidad de competición comercial alguna con lo que nos llega de fuera. Lo que se produce da escasamente para el sustento de unos pocos. Es entonces por lo que se presenta el cultivo de la coca y la amapola como una maldición y una salida a la vez al problema de la subsistencia.

- ¿Entonces a ustedes en Colombia se les considera delincuentes, aliados de los narcotraficantes?

- Uno cuando sale de ese horror no puede concebir cómo es que está vivo; ¿cómo alguien tendría el valor de decir que unos seres cuyo único pecado es buscar el sustento, la comida diaria, por ello, se les pueda catalogar de facinerosos, y emprender en su contra toda una cacería bestial: Se les fumiga, se les masacra, en medio de una guerra sin cuartel con muertos o decenas de desaparecidos cada semana. ¿A quién le podría gustar encontrarse en el Magdalena Medio, por ejemplo, donde se vive en un permanente estado de terror. La gente se ve obligada a vivir montando planes de emergencia para ser evacuados en cualquier momento. Cuando los paramilitares hacen presencia en estos lugares, queman caseríos completos, y al que agarren lo asesinan, o escogen diez o veinte campesinos y los matan delante de los demás, obligándolos a presenciar estos crímenes con el supuesto fin de darle un escarmiento para que no sigan siendo colaboradores de la insurgencia. ¿Qué delincuentes podemos ser nosotros? Si es delito buscar el sustento para alimentar a los nuestros, ¿entonces quién se salvaría?

- ¿Ustedes en la COCCA estarían de acuerdo con la legalización de la droga?

- Con la legalización de la droga se acabaría con los grandes dividendos que acaparan sectores de este formidable negocio dentro y fuera de Colombia. A eso añada usted que a la vez se mitigarían las tensiones con los países fronterizos, masacres, secuestros, el vandalismo desatado por el mundo, la carrera armamentista y el terror. Millones de años cárcel purgan algunos miles de ciudadanos en el mundo por el problema de la droga, siendo esto una carga impresionante para los países. ¿Puede usted creer que la legalización causaría más estragos que lo que estamos viendo en este momento?

PARAMILITARES Y MILITARES

- ¿Para USTEDES existe alguna diferencia entre militares y paramilitares?

- No. Está probado que en muchas regiones del país ambos operan conjuntamente, incluso en el Departamento de Arauca, tenemos informaciones muy precisas de que los paramilitares que hicieron las masacres en Tibú y la Gabarra están entrenando grupos de sicarios en los batallones de La Esmeralda y en Fourtul. No hay duda de que el ingreso de paramilitares a la región del Arauca se esté haciendo bajo el amparo del propio ejército de Colombia.

EL PLAN COLOMBIA

- ¿Qué pretende el Plan Colombia? ¿Sustituir esos cultivos por otros? ¿Erradicar la coca y la amapola mediante la fumigación, la acción bélica y represiva?

- Este es un Plan de guerra, pues pone énfasis en el aspecto militar y pretende acabar con un mal profundamente arraigado en el campo colombiano, debido a una larga tradición de abandono de nuestro campo por parte del Estado, como le dije. Han querido siempre hablar de paz en las oficinas de Nariño o en los Congreso de Bogotá o en las deliberaciones de la Casa Blanca, OEA, Francia o en la ONU, mientras se refuerzan los aparatos represivos para maltratarnos, y a sangre y fuego se tratan a nuestros campesinos que lo que buscan es defenderse del hambre y de la espantosa explotación. Se confeccionan esos métodos que el Estado colombiano adopta porque en ellos se va a invertir 7.500 millones de dólares, pero para nada se consulta a quienes lo vienen sufriendo desde hace tanto tiempo; se contratan a ex agentes de la CIA y del Departamento Estado ligados a compañías bélicas mercenarias. Probablemente ésta será la primera guerra virtual con escenario latinoamericano, y en la que nosotros, como en el caso de la Guerra del Golfo, pondremos los muertos, los desplazados y los conejillos de indias que lentamente serán aniquilados por las contaminaciones que producen las fumigaciones y los nuevos experimentos bacteriológicos. Estamos contra esa “solución”, porque lo único viable es la de la concertación con los campesinos para que dejen esos cultivos pero con un programa claro que permita una buena sustitución de ellos por productos alternativos.

- ¿Qué males ha causado la primera fase del Plan Colombia?

- Esa fase arrancó por el sur del país, por la zona del Guaviare, y los organismos internacionales, de Derechos Humanos y de Atención Humanitaria, calculan que ya hay más de quinientos mil desplazados de las zonas cocaqueleras. Gentes que las han sacado porque llegaron estos invasores a fumigar, a bombardear, y qué extraño (¿coincidencialmente?), que la acción del Plan Colombia en esa zona llegue con una arremetida paramilitar.

- ¿Pero estas fumigaciones realmente destrozan los cultivos de coca y amapolas?

- No sabe uno por qué apuntan tan mal. Dan en otros blancos: los animales domésticos, los humanos y los inocentes cultivos de la pobre dieta campesina, la papa, pasto, pancoger (el plátano, yuca, maíz...). Estas fumigaciones se hacen por aspersión aérea con avionetas, con muy poca o ninguna precisión, como le digo.

- ¿Qué hacen los paramilitares después de cometer sus crímenes?

- Se hacen con el negocio de la pasta de coca, del alcaloide. Llegan, y después que el campesino tiene bonitos sus sembradíos se los apropian por muy poco dinero. Si se oponen les dicen entonces: “Pierda cuidado que mañana haremos mejor trato con la viuda”.

- ¿Y los insumos cómo los consiguen?

- Usted ve allí la doble moral de los norteamericanos. Sin esos insumos es imposible procesar la pasta de coca, pero prácticamente cualquiera los puede adquirir, y llegan de Estados Unidos y Europa: acetona, permanganato de potasio, ácido sulfúrico, sodio... Por un lado el gobierno colombiano no controla la entrada de estos productos y por otra Europa ni Estados Unidos hacen lo propio para impedir que lleguen a nuestro país. Pero resulta que somos también nosotros quienes terminamos pagando este delito.

- ¿Cuáles son esos procedimientos alternativos que propone el Plan Colombia?

- Supuestamente, contempla la teoría del “garrote y la zanahoria”. Es decir, primero le dan zurriagazos (desplazarlo, acosarlo y reprimirlo) y después de ablandarlo darle un poco de ayuda humanitaria para que no se muera de hambre. La conocida y bella filantropía y caridad de los gringos, en la que se han hecho muy expertos. Eso es lo que ellos mismos llaman el “colchón de mitigación de la guerra”.

- ¿Qué nos dice de los efectos ecológicos de estos funestos cultivos?

- A los cultivadores de coca y amapola se nos imputa el estar destruyendo el medio ambiente, y la verdad es que al campesino le ha tocado romper la frontera agrícola; esto es, ir un poco más allá de donde se podía cultivar e invadir las zonas que deben funcionar bajo protección ambiental. Se han visto obligados a talar montañas y sembrar la coca para poder subsistir. Pero los daños a la ecología se vienen desarrollando por un perverso estado mental de destrucción que tú lo puedes apreciar en esas fumigaciones que van erosionando la vida vegetal y abriendo cada vez más zonas desérticas.

LA FIGURA DE CHÁVEZ

- ¿Cómo se percibe entre ustedes y los luchadores del campo la presencia en el gobierno de Venezuela de una personalidad como la del presidente Hugo Chávez?

- Como una lucecita de aliento. Sentimos mucha admiración por este proceso que están adelantando los venezolanos, con valor: que habiendo podido el país entrar en una guerra fratricida por las grandes diferencia sociales que ustedes tienen, se vaya todo desenvolviendo en paz, y los cambios se hayan ido dando democráticamente. De modo que saludamos ese proceso y los que más queremos es que se fortalezca, que siga adelante y que no se deje apabullar por nada, porque hay temores...

- ¿Ese Plan Colombia afecta a Chávez?

- Claro. Porque ese Plan atenta contra los movimientos campesinos, indígenas y revolucionarios de América Latina. A Estados Unidos para nada le interesa que se consolide una fuerte unión entre nuestros pueblos. Eso de pretender acabar con los cultivos ilícitos no es más que un subterfugio para atacar la insurgencia en Colombia, pero que es expansivo hacia Brasil, Ecuador, Panamá, Venezuela, Nicaragua...

PROPUESTAS

- ¿Y cuáles son las propuestas de ustedes para erradicar estos cultivos?

- Nuestras propuestas surgen desde las realidades de las comunidades y el contacto permanente con las mismas; esas comunidades que sufren directamente esta enorme tragedia. Son además propuestas muy técnicas como el plan de desarrollo integral que comprende a veinticinco municipios del Magdalena Medio; estas propuestas llevan planteamientos de cómo sustituir los cultivos de coca y amapola y cómo desarrollar todo ese sector del país. Estas propuestas fueron producto de las negociaciones que se llevaron a cabo en 1998 con el propio presidente Pastrana, después de un éxodo de campesinos a la zona de Barrancabermeja. El gobierno firmó un compromiso, de puño y letra del Presidente de la República, de cumplir con un plan de desarrollo hecho desde las comunidades. No obstante, hasta el día de hoy lo que ha llegado es ofensiva paramilitar, aumento del pie de fuerza y en nada recursos para emprender los compromisos firmados. De modo, ¿de qué valen las propuestas cuando el Estado carece de voluntad para cumplirle a los campesinos y apoyar la producción agropecuaria en el país?

MIEDO

-¿No te expones demasiado, Luz, con tus declaraciones, con lo que afrontas en tu país? ¿Sientes miedo?

- La amenaza está latente. Está ahí y sabemos que en cualquier momento pueden llegar, sacarnos de las casas y hacernos pedazos, como se ha hecho con muchos compañeros. Sin embargo qué podemos hacer: No queda otro camino. No se trata de un acto de heroísmo sino de una responsabilidad del momento, de las circunstancias que te han tocado vivir. No podemos seguir de brazos cruzados, asumiendo resignadamente ser desplazados, ni emigrar hacia las grandes ciudades para engrosar los cordones de miseria. No podemos seguir tolerando que nos pisoteen y pasen por encima de nuestra dignidad y de nuestra familia. Como tampoco seguir aceptando que se dicte nuestro destino en las oficinas del Departamento Estado Norteamericano o en cualquier centro de poder del mundo imperialista. De modo que el único camino es la lucha organizada. Nosotros llevamos esta lucha de manera civilizada, y con propuestas. La insurgencia tiene su manera de luchar, que es de otra forma que en estos momentos nosotros no asumimos. Pero aclaramos que no somos guerrilleros, no estamos armados, no estamos desarrollando la lucha sino con nuestras manos de hombres de campo, trabajador.

- ¿No existe alguna relación entre la guerrilla y la COCCA?

- Como ustedes bien lo saben, la insurgencia se mueve en las áreas rurales, y en cualquier momento uno podría tropezarse con cualquier guerrillero, y es que la guerrilla nace históricamente por el problema del campesinado nuestro; de modo que no podemos ser del todo ajenos a la lucha que ellos están llevando a cabo. Usted sabe que Marulanda Velez, TIROFIJO, es un campesino que fue obligado a alzarse en armas por el estado de injusticia horrible que imperaba e impera en el campo. Y la bandera fundamental de la lucha guerrillera es la defensa de los derechos del hombre del campo. Pero, insisto, nosotros hacemos trabajo comunitario y nuestras luchas son sin armas, y sólo con el elemento civil.

jrodri@ula.ve


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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