Este señor Obispo de Mérida debe ser extranjero o muy poco conoce nuestras leyes. El caso sentenciado por el Tribunal de Maracay en contra de los funcionarios de la Policía Metropolitana, responsables de muchas de los muertos y heridos durante el golpe de Estado de abril del 2002, tiene apelación por ante una segunda instancia, pero nunca ante el mismo juez que la dictó.
O será que en el llamado del Obispo hay una solapada amenaza a la juez Marjori Calderón, cuando él le dice que sino rectifica, "la conciencia le reporchará..." ¿Desconoce, acaso este personaje tan extraño, que una sentencia condenatoria la determina un cúmulo de pruebas de todo tipo y calidad, así como de abundanrtes testimonios de cientos de testigos que acudieron por su propia iniaciativa al Tribunal o expresamente citados para ello...?, los cuales son rigurosamente examinados y avaluador por el propio Juez.
¡Qué sujetos estos que parecieran pertenecer al Santo Oficio de la Inquisición...! ¿No hay en la diócesis de Mérida quien asesore legalmente a este Obispo para que no meta la pata tan feo...?
Luis Alfonso Márquez, o-bispo auxiliar de Mérida, en una carta pública dirigida a la titular del Juzgado IV de juicio del estado Aragua, le reprocha a la jueza el fallo condenatorio de los comisarios y efectivos de la PM, y le advierte que "su conciencia le reprochará el pecado de condenar inocentes" Especial: Cicatrices de Abril 2002
13 de abril 2009 | 12:19 pm -
El obispo auxiliar de Mérida, Luis Alfonso Márquez Molina, dio a conocer una carta pública dirigida a la jueza Marjorie Calderón, que condenó a los tres comisarios y los seis efectivos de la Policía Metropolitana a treinta años de cárcel por dos de los casos del 11 de abril de 2002, en la cual le reprocha haber "condenado inocentes" y le pide que rectifique la sentencia.
El sacerdote dice que a sus 72 años de edad, lloró al conocerse el fallo condenatorio a Simonovis, Vivas, Forero y otros seis funcionarios de la Policía Metropolitano, a quienes la jueza Calderón halló responsables de los homicidios de Rudi Urbano y Erasmo Sánchez en las inmediaciones de Puente Llaguno, en la avenida Baralt dos de las 19 víctimas de la violencia desatada el 11 de abril en las cercanías del palacio de gobierno.
"He rezado mucho por Ud. Jamás podrá dormir tranquila, su esposo tampoco. No lo intente con somníferos. Será inútil. Su conciencia le reprochará el pecado de condenar inocentes", asevera Márquez Molina en su misiva abierta.
El sacerdote católico le ruega a Dios "que le conceda la gracia de rectificar y condenar públicamente el terrorismo judicial" y dice que eleva sus plegarias sin odio pero con lástima.
"Por presiones infames Ud. olvidó el gran mandamiento de los cristianos: amar y comprender. También pido por el Presidente de la República para que Dios le conceda las dos virtudes fundamentales de todo gobernante: prudencia y sabiduría. Sembremos la paz y desterremos las consignas de muerte. El Cristo condenado injustamente por Pilatos sea para Ud. camino, verdad y vida; ayer, hoy y siempre", dice la carta.
oliverr@cantv.net
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