Hicimos el ridículo con la fuga de Eligio Cedeño

La excarcelación de Eligio Cedeño por una jueza inmoral, deja en evidencia con qué facilidad la oposición nos engaña y nos pone a perseguir trapos rojos que ocultan sus verdaderos planes.
Es de miopes creer que el caso del mencionado delincuente, se reduce al soborno de una jueza ambiciosa y sin mucha moral.

Esa fuga formó parte de un plan en el que participaron sectores económicamente poderosos y los medios de comunicación de la oposición.

La permanencia de Eligio Cedeño en la cárcel era peligrosa para sus socios en algunos delitos. No estaba dispuesto, el reo, a pasar toda su juventud “encanado”, mientras que sus “colegas” disfrutaban de la buena vida. ¡O lo sacaban de la cárcel, o se iba de la lengua!

En esta realidad está la explicación de por qué un hombre, al que muy poca gente conocía en el país; no hacía vida política pública y se encontraba detenido por un delito común (estafa a la nación) amaneció de repente convertido en preso político.

El plan estuvo bien concebido y lo ayudó en su efectividad la inoperancia de nuestros servicios de inteligencia.

En tres etapas fue concebido. La primera, construir un expediente mediático que dejara constancia de que el hoy prófugo era un preso político. La segunda, gestionar la fuga o excarcelación del reo. La tercera, conseguirle un asilo político con base en el expediente armado mediáticamente.

Desde hace poco más de un año el plan venía en progreso, basta con escribir Eligio Cedeño en cualquier buscador de Internet para corroborarlo, pero es desde mediados de éste, que se aceleró el mismo.

Es así como el 25 de julio de 2009, el periódico Francés Le Monde publica una denuncia, nada más y nada menos que de Antonio Ledezma y Pablo Pérez sobre “el desmantelamiento del estado de derecho en Venezuela”. En esa nota del diario se resalta la condición de perseguido político de nuestro personaje.

En estos términos define la nota de Le Monde, al delincuente: "Eligio Cedeño es un afro-venezolano nacido en un barrio, un sitio humilde de Caracas. Ha hecho fortuna en el mundo de las finanzas gracias a su talento y tenacidad. Según sus abogados el Sr. Cedeño cayó en desgracia por haber apoyado materialmente a opositores visibles”.

El 5 de septiembre de 2009 se realiza en Caracas una marcha en protesta por el supuesto uso del sistema judicial venezolano en contra de ciudadanos no afectos al gobierno y en ella, “por pura casualidad”, aparecen un grupo de ciudadanos portando unos cartelones (con muy buena calidad de impresión) con el rostro del casi desconocido Eligio Cedeño… se aceleraba el plan.
La primera página del El Nacional del día siguiente, reseñó la marcha con una fotografía donde sólo se apreciaban los cartelones con el rostro del delincuente.

Era tan descarada la acción del periódico al pretender transformar a un delincuente en perseguido político y de mostrar la marcha como una protesta a favor de Cedeño, que hasta un personaje de la catadura moral de Teodoro Petkoff se quejó (en privado); tal y como quedó demostrado en una grabación que hizo pública el periodista Alberto Nolia.

Así llegamos al 27 de septiembre y con ello el momento de utilizar, una vez más, a los estudiantes.

Con una impresionante cobertura mediática, treinta y dos jóvenes, probablemente convencidos de que luchaban por una causa justa, se declararon en huelga de hambre y simultáneamente con ellos, Eligio Cedeño.

Con la acción se exigía la presencia de una misión de la OEA que constatase “las violaciones de los derechos humanos que sufren quienes, como Eligio, disienten del gobierno de Chávez”.

La siguiente acción vendría del exterior. Con la precisión de un reloj suizo, los involucrados en el plan hacían su trabajo.

Los socios de Eligio gestionaron la llamada “Lista de Praga” y el 15 de octubre de 2009, un grupo de ex (todos derechistas a ultranza) entre los que se encuentran Jorge Quiroga (ex presidente de Bolivia); Philip Dimitrov (ex primer ministro de Bulgaria); Eduard Kukan (ex ministro de Relaciones Exteriores de Eslovaquia) Francisco Bermúdez (ex ministro de la Defensa de Guatemala) y Jans Ruml (ex ministro de Interior de la República Checa) firmaron una carta pública exigiendo la libertad de treinta ocho presos políticos venezolanos, donde obviamente aparece Eligio Cedeño.

Se acercaba el momento crucial y el 22 de noviembre un grupo de estudiantes iniciaron otra huelga de hambre, ahora frente a la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) exigiendo la libertad de los presos políticos y, por supuesto, de Eligio Cedeño.

El expediente estaba casi listo. Mientras tanto, los voceros del gobierno seguían perdidos, tratando de descalificar la huelga y asegurando que se trataba de una farsa, sin caer en cuenta que el objetivo era construir un expediente de preso político a un ladrón que tenía planes de pasar la navidad en libertad.


ALEXIS.ARELLANO@pequiven.com


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Alexis Arellano


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