Al paisa Uribe se le acabó la “eterna primavera” (como se le conoce a su ciudad, Medellín) ya que la Corte Constitucional le dijo no, al llamado de referéndum para acceder a una segunda reelección. Pero, las huestes de derecha colombiana están aun mas contentas porque a pesar del actuar facineroso del gobierno uribista, lo estaban viendo y sintiendo “medio” blandengue con sus vecinos “primos”, es decir, nosotros (por aquello de hermanas naciones) sobre todo en el manejo de la crisis actual que afecta ostensiblemente las arcas neogranadinas, por la merma del flujo de los “dólares bolivarianos” y el combustible de “a peso”, que iban a parar al cucuteño espacio fronterizo, para financiar el narcoparamilitarismo que nos ataca. Y es por eso, que la salida de Uribe da paso a la potencial llegada del gamín mayor, el belicoso y peligroso Juan Manuel Santos, que de su apellido, no hace gala precisamente.
Uribe, un buen cuadro formado por la derecha en donde la mixtura de los carcamanes de la oligarquía colombiana se combinaba con un halito de simpatía populachera, entre medio pendenciero y sarcástico, pudo conquistar a los “hamburguesados” y citadinos colombianos (¡como les encantan lo que huele y sabe a gringolandia!) que vieron en él, al gobernante que le iba a quitar la raya de ser considerada una nación y un estado que se mantiene con la actividad que les genera mas divisa: la narcoimportación. Y Uribe, de alguna manera lo logró, no eliminando las drogas, sino haciendo lo que mejor hacen los narcotraficantes, camuflajear este ilegal comercio invirtiendo lo que genera en actividades licitas, es decir blanquear. En esto fue tan eficiente, que el aparato mediático colombiano esparcido por el orbe convirtió la frase “Colombia, el riesgo es no conocerla” como sinónimo de desarrollo económico, maquillando la guerra civil, los falsos positivos, la delincuencia organizada, la huida de los campesinos hacia Venezuela y Ecuador (más de cuatro millones de colombianos consumen servicios y alimentos en estos países y no generan tributo estas naciones, consumiendo inversión social) y haciendo ver un país próspero, a pesar de las dificultades. Las “peleas” con el camarada Comandante Chávez, era otra forma de erizar el nacionalismo que como rédito, el lo convertía en votos. Es decir, Uribe cumplió el cometido encomendado por la derecha, pero esta dijo basta, tenemos un nuevo modelo mas actualizado, mas bravucón y el monigote en cuestión: Juan Manuel Santos.
Este economista, que no se administra mucho en “jetear” amenazas hacia nuestro gobierno, es el artífice en conseguir financiamiento para el “Plan Colombia” y traer las tropas invasoras para reactivar y crear bases militares fronterizas como disuasión de una posible invasión “justificada” por los gringos. Pero, no solo la derecha colombiana (derecha no solo formada, sino organizada) está de plácemes, la “nuestra” también. Ahora, nuestra desordenada y criolla derecha (creo yo que son mas bien mercantilistas, porque su causa es el “cochino” dinero, mas que un proyecto político) ven en Santos el némesis del camarada Comandante Chávez, que ellos interna y externamente no han podido encontrar a lo largo de estos once años. Lo cierto del caso, es que no creo que Uribe al salir de su mandato vaya a estar detrás de la figura del Santos, ya que este demostró que se manda solo, cuando era su ministro de guerra y decía y hacia lo que le venía en gana. Juan Manuel representa la pureza del fascismo o por lo menos una versión bien concentrada y se presenta como el modelo a imitar de los colombianos consumistas y agringados de las grandes ciudades, de los cachacos bogotanos, de los salseros caleños, de los vallenateros de la costa atlántica de Cartagena, Santa Marta y la curramba de Barranquilla, de los fronterizos y contrabandistas territorios cucuteños y de la goajira del Magdalena y también de sus pares del otro lado, en Maracaibo, San Cristóbal, San Fernando, Barquisimeto, Mérida, Valencia, hasta llegar a Caracas.
En contraparte la izquierda colombiana “legal” que pudiera frenar el ascenso de Juan “pistolas”, es un compendio de personajes que se dedica a luchar, pero en contra de sus orígenes, no en contras de la asunción de estos peligrosos y retorcidos personajes al poder. Esta izquierda que confunde su nacionalismo, con una jaladera de bolas a la derecha para sentirse oxigenada ante la opinión pública. Una izquierda que se niega como tal y como alternativa de poder político para los pobres colombianos que son muchos y que viven aterrorizados en el campo o huyen de el y que no votan o votan asustados, dejando en manos de los que viven en la urbes, el destino de ellos.
Y como dice la canción “Ay Álvaro Uribe, me da pena verte como te han despachao…”, pero esta salida de Alvarito mas que alegrarnos, deben ponernos en mayor alerta, porque el niño Juan, no es un santo.
Una perla del canal equilibrado
Ayer al mediodía en el Noticiero de Venevisión donde la información justa y balanceada es su lema, la periodista VENEZOLANA, Mónica Velo Marín mostró un reporte especial de su estadía en Haití, viajando en aviones militares y mostrando las emociones sentidas de los médicos, paramédicos y militares que se encuentran en el devastado país a través de las entrevistas que le hace a cada uno ellos. Todo bien, pero resulta que mas que mostrar la acción humanista de estos socorristas, muestra el lado “humano” de la invasión gringa a la tierra de Petión, porque en el mencionado “reportaje” mostró nada mas la acción de los yanquis, como cualquier periodista de CNN. En el avión en que se montó y con los que anduvo, eran con las tropas norteamericanas ¿Y es que acaso no hay otras delegaciones humanistas en Haití, como por ejemplo la nuestra? Esto no tiene que ver con la “ayuda” que pueda dar los gringos o un sentimiento antinorteamericano, es ver en esta niña el desarraigo hacia lo nuestro, haciendo un reportaje de propaganda a los gringos “buenos”. Es de esperarse, como dijo nuestro “embajador curturar” en Perú, “No se le puede pedir peras al horno”
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