Escribí hace unos meses, que en la guerra de IV generación, la industria mediática transforma sus medios (radio, cine, televisión, prensa, revistas, Internet, editoriales, videos juegos, etc.) en unidades de ataque mediático (UDAM) estos sufren una metamorfosis y se hacen verdaderos ejércitos de conquistas y dominación ideológica.
En la guerra convencional el ejército y la población se preparan previamente para ella, en la guerra mediática o de IV generación, su impacto es devastador ya que ésta no discrimina edad, sexo o condición social. Su acción es más destructiva porque las unidades de ataques mediático (UDAM) entran en los hogares y atacan a gran escala, a naciones enteras, arremetiendo contra una población indefensa e inadvertida, inoculándoles la ideología burguesa y modo de vida (del colonizador imperialista) con “inocuas” comiquitas, noticieros, programas de concursos, radio-basuras y tele-basuras, documentales, películas y series, etc.
La industria mediática ha globalizado sus contenidos convirtiendo en franquicias muchos de ellos, las UDAM de acuerdo a las realidades de cada país, asumen los roles de partidos políticos, organizaciones estudiantiles, tribunales de justicias, soportes de gobiernos aliados o cómplices de los EEUU.
En Venezuela las unidades de ataques mediático (TV y Radio) utilizan el espectro radioeléctrico público para promover el magnicidio, el imperialismo, el golpismo y el saboteo económico, amparados en la “libertad de expresión”
Cuando el lector de cualquier región de Venezuela piensa en una unidad de ataque mediático (UDAM) al instante le llegan las imágenes de globovisión, RCTV, radio caracas radio, unión radio, el nacional, el universal, así como muchas televisoras, radios y prensa regionales.
¡Libertad, libertad! ¡Cuántos crímenes se cometen en tu nombre!
Madame Roland.
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