Hace 8 años a esta misma fecha, un buen número de empresarios, industriales y comerciantes se encontraban sumados a un paro general de actividades movido por un interés común: salir por la fuerza del gobierno constitucionalmente electo por la mayoría de los venezolanos, según lo estipula la Constitución Bolivariana. La paralización de las actividades productivas -reeditada en diciembre de 2002 y enero del 2003 y acompañada entonces del criminal sabotaje petrolero que trajo sufrimiento, desasosiego y hasta muerte-, encontraba entonces justificación: había que sacrificar las ganancias pues era necesario de cualquier forma, incluso inconstitucionalmente, avanzar en una cruzada desestabilizadora, superponiendo intereses egoístas sobre la voluntad general y el bienestar nacional.
Este año, la medida adoptada por el Ejecutivo Nacional de decretar feriados los tres primeros días de la Semana Santa para promover el ahorro energético y con ello procurar el bienestar de no sólo los que creen en un determinado proyecto político sino de toda Venezuela, fue contundentemente rechazada por estos mismos sectores. En sus propias palabras, esta decisión “generará retroceso en el aparato productivo”, “una fuerte caída en la producción”, el “desabastecimiento en el acceso a bienes y productos”, una gran “pérdida social”, fue “un mal negocio” y en general causó “una gran incertidumbre” a toda la población. Esta vez, los tres días de asueto representaban una carga difícil de soportar. ¿La razón? De nuevo el bienestar nacional queda relegado tras los intereses particulares.
Tan aparentemente distantes posiciones soportan más bien un discurso con triste coherencia: los mezquinos intereses particulares se imponen sobre los supremos intereses generales, una ecuación sentenciada al fracaso y a ser rechazada por quienes más allá de las preferencias partidistas, alzan la bandera del bienestar del país. En justo esta “razón” del sistema capitalista lo que nos obliga a fortalecer una nueva conciencia y nuevas prácticas que conduzcan firmemente al socialismo venezolano.
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