Pildoritas 86 (año IX)

Seguimiento

Lo sucedido con el hallazgo por parte de la institución encargada de frenar la voracidad, con las atribuciones que las Leyes le otorgan, en grandes galpones de una de las empresas que importan juguetes, producto que en esta época del año adquiere mayor importancia por las expectativas, por cierto creada por una de las distorsiones del capitalismo salvaje, que consiste en meter en la mente de la gente casi que como una necesidad primordial e  indispensable, a la par que el vestido, el alimento etc., el  comprarle juguetes a nuestros niños.

El descubrimiento hecho, por la enorme cantidad de productos acaparados y por la descomunal diferencia entre el precio de importación y el precio final al que se pretendía sacar los productos al mercado, es una demostración más de que existe una brutal estrategia en la casi totalidad del sector económico, dirigida desde la derecha venezolana y mundial, para por esa vía no solo salir de Maduro sino lograr la desaparición del chavismo como expresión sui generis, de un pueblo que, quiéranlo o no, ha sido faro de luz para muchos pueblos del mundo que ven en el modelo venezolano una esperanza.

Pero este hecho que a un gran sector de venezolanos tiene que llenar de justo rechazo, lamentablemente, se repite en casi la mayoría de productos, de cualquier origen y para cualquier uso, haciendo de la economía venezolana una especie de caballo desbocado, indomable o de arma letal que destruye  y minimiza a su paso, las posibilidades de calidad de vida para los venezolanos a pesar de los esfuerzos, que hay que aceptar trata de hacer el gobierno de Maduro.

En Caracas, con bastante frecuencia las autoridades dan golpes, en mercados, almacenes, empresas en las que personas inescrupulosas, siguen al pie de la letra, las estrategias malignas de una oposición a la que no le importa matar de hambre, sobre todo al pueblo menos favorecido por la fortuna y que depende de ingresos finitos y por lo tanto limitados para tener la capacidad de adquisición de los más elemental para subsistir..

En el resto del país, donde la situación de la capital se repite y la inflación inducida es la misma, o como aquí en el Táchira, donde todo es peor, por la condición de frontera y por tener a uno de los enemigos al lado, lamentablemente  no se registran acciones contundentes como la ejercida contra la empresa de juguetes y otras, como panaderías, tiendas de ropa etc., entonces llega el momento en que el pueblo se siente desprotegido porque ve y siente que la acción del estado no es, como en la capital, contundente y a diario en las colas y en cualquier lugar, donde concurran personas, se oyen los lamentos por una realidad que ya se ha posesionado de nuestra economía que consiste en que casi a  diario, los precios de todo, incluso de productos que jamás son tocados por esa especie de tsunami provocado por el Dollar Today, suben en porcentajes totalmente irreales con los costos de producción y/o de importación y entonces uno no se explica como por ejemplo una simple panela de 400 gramos cuesta 1400 bolívares.

Hay un término que si se aplicara en toda la extensión de su significado, desde su origen, a todos los productos que salen de las fábricas, de los centros de producción (agropecuarios), desde el exterior como importaciones, con seguridad el problema de la inflación no estaría en estos momentos siendo el dolor de cabeza, tanto del gobierno como del pueblo, ese término que se debería convertir en una acción  y estrategia de guerra permanente, las 24 horas del día, es el SEGUIMIENTO.-

Nadie se explica, cómo es que no se puede saber, a qué tipo de dólar un importador adquirió su mercancía, aún desde su origen, y en ello las embajadas y los consulados podrían servir para obtener esa información, al averiguar con certeza, a qué precio de importación salen los productos, desde el país en el cual ejercen su misión los organismos de gobierno que controlan, en puertos, aeropuertos y aduanas, deben ser informados a tiempo y de esas manera poder garantizar que el pueblo que al final es el que paga la voracidad de comerciantes inescrupulosos pague el producto a precio justo.

Lo de los juguetes como dije antes, se repite con los medicamentos, alimentos, productos de aseo y limpieza, con los repuestos para automóviles y maquinaria industrial, no se diga, y eso sucede en gran parte por la falta de seguimiento adecuado, encima de que a la par de comerciantes, hay que aceptarlo porque es una realidad, existen funcionarios  en los mandos medios, en incluso bajos que se prestan para el soborno o ejercen el matraqueo.

Ante este escenario, hay que ser realistas, una oposición como la que aquí padecemos, sin mensaje, sin proyecto, sin cuadros con capacidad de gobierno, tiene, si no  se procede, no solo en la capital sino en todo el país  a frenar las acciones delictivas de quienes directa o indirectamente están sumados a la guerra por defenestrar la Revolución, allanado el camino para que en esta Patria, la historia tenga que registrar en el futuro la peor debacle que un pueblo haya podido sufrir, al equivocarse de tal manera que no alcanzarían los próximos siglos para arrepentirse.

Estamos a tiempo, no se puede esperar más para ser además de eficientes, pragmáticos en el ejercicio del poder, para garantizar que el pueblo no siga siendo la víctima permanente y creciente del crimen continuado, por lo general por falta de seguimiento, a todo lo que tenga que ver con todos los productos necesarios para una vida sin tantos sobresaltos y dificultades como los que está padeciendo la familia venezolana.-

 

 



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Saúl Molina


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