Hace un tiempo ya, que vengo sosteniendo que ante la arremetida de guerra económica a que nos tienen sometidos sin misericordia alguna, y como señala hoy domingo en su programa José Vicente Rangel, dice que es insoportable y obsceno los incrementos de precios sin razón ni lógica que lo justifique. Hasta ahora el único que ha tocado el tema de la congelación de precios humildemente he sido yo y me perdonan la primera persona, propuesta que la hago más como ciudadano que como economista, al respecto las variables económicas, su tratamiento, soluciones y propuestas van más allá de la cartilla tradicional de la teoría económica. De tal modo que al tratarse de una verdadera guerra con varios frentes abiertos y de origen diverso y cuyos efectos han sido aterradores inclusive para los propios productores y comerciantes, no se vislumbra otra solución, dado que ninguna medida ha logrado efectivamente detener el incremento de precios.
Por supuesto, en la presente situación, es innegable que no se trata de la tradicional congelación de precios, esto por muchos motivos y aristas que hoy día confluyen en la economía venezolana y porqué no en la mundial, al respecto de esto último, no hay que perder de vista lo que está ocurriendo con los precios de las materias primas y el manejo unidireccional que establecen las grandes corporaciones conjuntamente con los espacios del mundo financiero a través del dominio que ejercen sobre los mercados, léase Bolsas de Valores, Bancos Centrales, eje soportado por la FED norteamericana (Banco Central). Bajo la tutela y dominio de Wall Street y la City en Londres.
La propuesta considera aspectos que en defensa de la economía y fundamentalmente nuestra moneda, que a través de la denominada guerra económica propiciada como dice Pascualina Curcio, economista profesora de la UCAB, por la Mano Visible del Mercado y sectores políticos en guerra permanente contra el gobierno del Presidente Nicolás Maduro y contra las Instituciones del poder en el Estado venezolano, arremeten día a día sin tregua y produciendo daños y afectando en primer lugar al pueblo venezolano de todos los estratos, comenzando por los propios comerciantes y empresarios nacionalistas y trabajadores de sus propios negocios.
No obstante, es conveniente otorgarle un tiempo a la política de precios acordados, que no debe extenderse,dado que hay signos de la evasión si vale el término de desaparición de productos, caso de la carne y otros, lo cual obedece a la continuación de la guerra y demuestra que la misma no va a dar tregua lo que significa que se debe ir previsionalmente tomando medidas alternativas y una de ellas y la más importante en este momento, es responder con la congelación específica en aquellos rubros que aún acordados, desaparecen o sencillamente no se acata el precio acordado, es decir congelar el precio por cada rubro que vaya siendo violado en su precio, en resumen guerra a la guerra, que como bien conocemos el ansia de enriquecerse rápidamente no he desaparecido de la actuación de muchos empresarios y comerciantes que no les interesa para nada el país..
La política de precios congelados quizás sea verdad no es fácil de implementar y seguir, pero aunque no forma parte de la ortodoxia económica clásica, creemos que en este momento y de manera circunstancial congelar el precio de un bien a una fecha determinada (puede ser el precio que tenía hace cuatro meses), puede dar un mensaje de lucha contra la guerra inacabable que sigue maltratando el bolsillo y la psiquis sobremanera de los viven de los salarios.
Por último, hacemos un llamado al poder popular organizado a intervenir de manera activa y combatiente en esta lucha que es de tod@s.