"Por sobre todas las cosas, lo más paradójico es que una crisis los trajo y, ¿una crisis los quitará? Recordemos que tanto Donald Trump como Jair Bolsonaro y Matteo Salvini llegaron al poder reforzando miedos existentes en las poblaciones y prometiendo luchar contra aquellos. En el caso de Bolsonaro fue la corrupción, Trump la inmigración ilegal y Salvini se presentó como un defensor del nacionalismo prometiendo acabar con la crisis migratoria expulsando refugiados."
Trump, Bolsonaro y Salvini: ¿qué quedará de ellos y su nacionalismo luego del COVID-19? (1)
El mundo, cada día, toma más consciencia de que:
a) Las riquezas de las naciones y la economía mundial depende, fundamentalmente, del trabajo humano: la fuerza de trabajo. Los trabajadores somos el factor fundamental de la producción. El capital - que realmente es una relación social (de explotación) y no es, sólo y fundamentalmente, dinero y medios de producción – sólo no puede crear riquezas ni activar la economía sino cuenta con el trabajo de la gente. Por eso los capitalistas y sus líderes políticos, evitan a toda costa la cuarentena e invitan a la gente salir a la calle a trabajar, aunque corra peligro su vida y la de su familia. Viene en camino una de las más grandes depresiones y crisis económica que hemos vivido en el mundo. Y cuando ella llegue es probable que el factor trabajo y la naturaleza, adquieran la relevancia que ha tenido el capital ¿Quién sabe si el Socialismo y el Ambientalismo derroten al Capitalismo?
b) La economía está íntimamente relacionada con lo político y a la visconversa lo político depende de lo económico. En verdad: todo está relacionado con todo. Somos un todo sistémicamente interconectado. Lo político y lo económico influirá, decididamente, sobre lo social y, probablemente, sobre lo ambiental. Y visconversa: lo social y lo ambiental están influyendo sobre lo político y lo económico ¿O no es así?
c) Los miedos de políticos y los miedos de la población se están acrecentando. Vivimos un mundo de incertidumbres y de sorpresas. Nada está predeterminado. Cualquier cosa pudiera pasar. Incluso que no pase nada ¿Alguien pudiera responder estas preguntas con total certeza?: ¿Se manifestarán los seres extraterrestres? ¿Los EEUU invadirán Venezuela? ¿EEUU podrá contener la grave crisis económica, política y social que parece avecinarse dentro de su propio territorio? ¿Seguirán los sionistas controlando el mundo al lado de las grandes corporaciones multinacionales? ¿Está cerca la venida de Jesús Cristo? ¿Podrán aparecer nuevos acontecimientos sorpresivos que nos hagan perder o, por el contrario, reforzar nuestras esperanzas en un mundo mejor? ¿Estamos en vísperas de los tiempos finales o sólo son señales de los mismos? ¿Qué pasará mañana?
d) Estamos tomando consciencia que somos espíritus con cuerpos y no al revés. Por tanto lo espiritual y su vinculación con lo multidimensional e inter dimensional e incluso con los extraterrestres, comienza a tener mayor relevancia ¿Estamos solos en el inmenso universo? Se dice incluso que estamos en vísperas de llevarnos una sorpresa al elevarnos a una 5ta dimensión y que, probablemente, seres superiores o extraterrestres harán su aparición ¿Será esto cierto? Amanecerá y veremos.
e) Hemos venido tomando consciencia que somos una aldea mundial, como nos lo recordara hace muchos años Mcluhan, en el que la competencia, el afán de jugar a ganar-perder y las divisiones están siendo sustituidas por la solidaridad, la cooperación, los juegos ganar-ganar y la búsqueda de la unidad. Hemos descubierto que, salvo excepciones, en el mundo se requiere estar unidos para enfrentar los miedos que nos acompañan. Para reforzar esta conclusión, quiero regalarles, sino lo han leído, este mensaje de Ramón Barea, escritor, dramaturgo y cultor español que leí en estos días e inspiró mi artículo anterior:
Trump está cagado: www.aporrea.org/tiburon/a288811.html
"UNIDOS PORQUE ESTAMOS CAGADOS"
"Resulta que ahora, dicen los titulares, hemos descubierto gracias al coronavirus que el ser humano solo puede sobrevivir gracias a la ayuda colectiva. Pero yo me pregunto, ¿lo descubrimos con la pandemia del sida en los años 80 y 90? Pues ya os digo yo que no, porque eso era cosa de maricones, de putas y drogadictos. ¿Aprendimos algo con la epidemia de Ébola en 2016? Qué va, eso era para negros y para los que se metían en países que no debían. ¿Salimos a los balcones a aplaudir por los afectados de la crisis económica de 2008? ¿Para qué? Eso era asunto de pobres. No nos engañemos, hemos descubierto la colectividad solo porque esta enfermedad ha golpeado de lleno a la créme de la créme de Occidente -todo eran risas cuando causaba estragos en China, ¿verdad?-. Y, precisamente, por la democratización del virus hemos visto como cae el rico, el blanco, el hetero y el de la derechita cobarde. Así que, de pronto, nos hemos visto amenazados y, de forma automática, se han puesto en marcha todos los mecanismos para salvaguardarnos. Así que hemos descubierto esa supuesta colectividad solo porque somos una enorme cabeza neoliberal que se mueve al unísono y, si se toca uno de sus componentes, se derrumba la pirámide entera. No, hijos míos, esto no es solidaridad colectiva. Es miedo. Sí, la verdad sea dicha: nos hemos unido porque estamos cagados. Porque con esto no solo pueden morir negros, maricones, inmigrantes o pobres. Y porque, en realidad, nunca pensábamos que esto nos tocaría a nosotros, punta de la pirámide del privilegio. Hemos creado esta cadena de unión internacional porque encima de todo no hay ningún colectivo al que culpabilizar y, ante la falta de cabezas de turco, nos hacemos arrumacos psicológicos y nos consolarnos unos a otros con resignación sin poder echar mierda por la boca. Lo único que me gustaría es que esta crisis nos sirva para hacernos reflexionar, y no solo para montar festivales musicales en los balcones, tan necesarios para no darnos tiempo a pensar. Si esto puede servir para algo, que sea para que, cuando salgamos de esta, dejemos de hacer burda ostentación de nuestros privilegios occidentales y miremos un poquito más hacia los márgenes. Nos hemos unido porque estamos cagados". Ramón Barea (2)
REFERENCIAS