Las autoridades universitarias declaran en todos los medios y valiéndose de toda la gama que hace oposición al Gobierno, que “no tienen presupuesto para sostener las casas de estudio”, son las mismas que en su cruzada antichavista se matan como chacumbele. Afirmación basada en tres elementos de interés nacional, que pone al descubierto sus actuaciones al frente de dichas instituciones.
El primero de ellos es la ausencia de democracia en la información, ¿qué hacen con el dinero de la comunidad universitaria? ¿Por qué democráticamente no se le informa sobre el destino del presupuesto?
En segundo lugar, su irracional negativa a tratar la problemática cara a cara con el Gobierno o el sector ejecutivo correspondiente, como quedó demostrado en la estampida que hicieron al negarse a subir en una comisión al despacho del ministro Ramírez, quien ya había bajado a recibirlos, sin embargo uno de los principales voceros de las autoridades, dijo alegre e irresponsablemente, “que no aceptarían una emboscada del Gobierno.”
Tercero, la omisión de cuentas claras en la administración del Fondo de Jubilación, cuyo monto alcanza los 200 mil millones de bolívares, así como en la Fundación UCV, entre otras cuentas que no son cuentos, como nóminas que no calzan con las existentes.
Rectores que se han adueñado de miles de bolívares destinados a la investigación. Directores que generan altos intereses con dinero de providencias estudiantiles. Aquellos académicos arreadores de banderas que nunca han podido mantener una idea constante, y viven hoy con las recetas más agrias de la oposición, en nombre de sus “autonomías”, facilitando que la ultra derecha fortalezca la campaña mediática, que intenta en vano enfrentar a un gobierno legítimamente blindado por el poder popular.
En esa onda también las autoridades universitarias han invertido mucho dinero durante estos diez años, en mítines “manitos blancas” de jóvenes, quienes por cierto no son éstos, el Divino Tesoro de la obra del gran poeta Rubén Darío. Más bien, estos jovenzuelos superaron las enseñanzas de los viejos dirigentes, sus maestros de la vil política, y para vergüenza nacional, acaban de saltar al Parlamento sin ninguna credencial o formación académica, ni popular, ni política.
También son deudas morales y económicas de las cuales dichas autoridades deben darle cuenta al país.-
Periodista/ carmentravieso@gmail.com