La Universidad que queremos

Ante la interrogante de cuál es la universidad que queremos, debemos plantearnos en el contexto histórico qué universidad tenemos, cuáles son su vertientes para entender que la crisis actual pasa por una re-definición de conceptos, funciones y principalmente estructuras que hemos denominado dentro de nuestro país un proceso de transformación universitaria. 

Retomemos entonces el concepto de transformación como aquel que permite convertir una situación actual en una deseada, pero para ello la situación deseada debe encaminarse en un proceso dialéctico que permita en palabras de Rigoberto Lanz brindar la posibilidad de que todos los sectores se expresen, conscientes de que el debate debe desarrollarse de manera permanente. 

Allí  uno de los primeros elementos a considerar dentro de la dinámica del debate por la transformación universitaria, ya que la crisis actual de la universidad fue originada por un estancamiento de los propios conceptos y metodologías científicas como si las estructuras de nuestra sociedad fueran las mismas de hace 30, 40 o 50 años, como si la disciplinariedad y el status-quo de los pensum de estudio reinarán en la discusión de la investigación y el enfoque complejo, de constantes cambios por cierto muy acelerados fueran la realidad de otro planeta. 

Si bien es cierto que elementos como las estructuras de redes o la dinámica permanente de las sociedades requieren de un tratamiento especial en la sociedad actual vista desde la Universidad, de forma tal que la Universidad sea una respuesta a los problemas y necesidades de nuestros pueblos, también es cierto que la privatización del conocimiento no ha sido el único obstáculo para la consecución de un nuevo orden en el quehacer universitario, pues la propia definición de conocimiento parece estar dogmatizado y por tanto no refleja en un sentido sistémico la interacción de las estructuras sociales que actúan internamente en relaciones multidimensionales y multidireccionales. 

El enfoque empírico o científico del conocimiento deja un vacío claro, inclusive para el tratamiento de la investigación y desarrollo, o para el propio concepto de innovación, la universidad que queremos debe dar un debate primordial desde los aspectos filosóficos para superar los viejos reformismos pragmáticos que no son más que cambiar todo para no cambiar nada. 

La democratización de la universidad pasa principalmente por la inclusión del entorno social en una relación permanente, pero la inclusión no es suficiente si la misma no se hace en una sociedad libre en el sentido de abordar la democratización del conocimiento; un conocimiento libre que responda a los intereses sociales pero que provenga también de las propias dinámicas sociales. 

Plantearnos aspectos tan polémicos desde el punto de vista filosófico pasa también por ver al conocimiento desde una perspectiva compleja tomando quizás como referencia a Edgar Morín como uno de los principales autores sobre el área, pero en el anhelo de construir una sociedad nueva se requiere superar los esquemas dominantes del sistema capitalista, que es dogmático, egoísta y que poco responde a los problemas sociales.  Nuestra sociedad intelectual hoy en día puede considerar un científico a cualquier investigador que genere una respuesta importante para la economía de mercado, pero no será un científico el campesino que desde su tierra genere procesos de cambio importantes para mejorar el rendimiento de sus cultivos; y eso ocurre porque la universidad abandonó la sociedad desde hace ya mucho tiempo y dejó de ser un centro de transformación a un centro de transferencia de conocimientos aislados. 

Una transformación universitaria debe llevar a la discusión a académicos, estudiantes y demás integrantes de la sociedad, pero esencialmente debe llevar en el núcleo del debate a la sociedad entera, por lo que se requiere superar los viejos esquemas que dividen y por tanto repliegan o aislan la discusión; la revolución Bolivariana reivindica este debate que no sólo será coyuntural sino que será histórico ahora queda un proceso muy difícil pero gratificante que es la construcción de dialéctica de la nueva universidad, la universidad que queremos. 

“ No seas de quienes tienen una carrera, sé de quienes tienen una vida.” Edgar Morín 

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Nelson Ortega

Aprendíz de Socialista, Bolivariano, Investigador, Planificador Ingeniero en Informática, Diplomado en Innovación Tecnológica, Msc. Planificación Global. www.masrevolucion,blogspot.com

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