El Dr. Manuel Vicente Maya, quien aparece en la historia patria representando a la ciudad de la Grita y su jurisdicción (decimos hoy Táchira) como Diputado ante el Primer Congreso Constituyente , oriundo de San Felipe, Estado Yaracuy, le correspondió tan alto honor, en razón de que la junta organizadora del congreso estudió detenidamente el Acta de Adhesión de la ciudad del Espíritu Santo de la Grita , levantada el 11 de octubre de 1810 , a la causa de Caracas y de Mérida, que defendían los derechos del Rey , por ello, concluyeron asignándole un diputado a esa valiente y patriótica ciudad. Y así como nombraron a Don Francisco de Miranda, diputado por la pequeña población del Pao, también lo hicieron en la persona del Padre Maya, en representación de la Grita.
¿EL legislador que se opuso a la Independencia de Venezuela?
Ahora bien referirnos hoy al padre Manuel Vicente Maya, diputado por la Grita en 1811, implica escuchar o leer: “El diputado que se opuso a la independencia de Venezuela “. Dato histórico que dicho o escrito de esta manera, y por tanto tiempo, es ya una verdad necia, difícil de desmentir. Quedan entonces, solo la posibilidad de contar más o menos como fueron los acontecimientos, y el por qué de la posición del diputado Maya.
Después de los hechos del 19 de abril de 1810, se comenzó a discutir en cabildo y círculos de opinión. La necesidad urgente de integrar la provincia de la capitanía General de Venezuela, a la causa iniciada por Caracas. Por lo que el paso inicial debía ser un congreso con representación de cada una de las provincias. Para ello se redactó un reglamento electoral, y el 2 de Marzo de 1811, se eligió el primer congreso constituyente de Venezuela, bajo el juramento de: “Defender y conservar los derechos de Fernando VII”.
En el padre Manuel Vicente Maya recayó la diputación correspondiente a la Grita, hombre influyente en los círculos políticos y jurídicos, por sus posturas racionales, quien además era un estudioso de la teología y la filosofía, y desde 1792 ejercía la cátedra de Derecho y Ciencias Políticas en la universidad de Caracas.
Por eso cuando se abrió el debate en torno a la necesidad de declarar la Independencia éste hizo escuchar su voz de oposición a semejante proyecto, por considerarlo fuera del contexto histórico. Proponiéndole que primero se debía crear la confederación, al tiempo que argumentaba que su investidura de Diputado ante ese magno congreso, no le facultaba para tomar una decisión como la propuesta, haciendo alusión a que todos los diputados eran representantes del pueblo para: “Defender y conservar los derechos de Fernando VII”. Tal oposición hizo que uno y otro diputado se anotaran en el derecho de palabra con, la única intención de argumentar en favor de la independencia y por supuesto en contra de la intervención del Diputado Maya.
La barra del congreso en su mayoría integrada por la sociedad patriótica, estuvo atenta al desenlace de tan trascendental desición, aplaudiendo y abucheando las posiciones , hasta el extremo que la voz carismática del joven Bolívar , se hizo escuchar el 3 de julio, y entre otras cosas dijo: “Se discute en el congreso lo que debiera estar decidido. ¿Y que dicen? que debemos comenzar por una confederación. Como si todos no estuviéramos confederados contra la tiranía extranjera…. “
Como podemos observar parte de este discurso iba dirigido a desmontar los argumentos del Diputado Manuel Vicente Maya, quien empecinado por el mantenimiento español, batallaba con su lógica política para convencer a un Congreso que mayoritariamente expresaba que había llegado la hora de separarse de la metrópolis colonizadora.
Al usar su derecho de palabra el diputado del Pao, Francisco de Miranda en l sesión del mismo del mismo 3 de julio, catalogó la discusión generada de “Sabia e importante sucedida en América española desde la época de la invasión ocupación y esclavitud “. Puntualizando que los argumentos del Diputado Maya habían sido resueltos por la intervención del señor Yañez, es decir, que la posición del diputado por la Grita “era más sofisticada que exacta “.
Como se puede ver, con buen pie comenzó aquel augusto congreso donde las posiciones divergentes eran debatidas en un tono de altura. El sentido real de la democracia fue evidente.
En medio de aquella fructífera discusión llego el momento decisivo. Se habían agotado todos los argumentos, ahora lo que se trataba era de ponerle el cascabel al gesto iniciado el 19 de abril de 1810. La mayoría estaba dispuesta a dar el si, por la Independencia total y definitiva de la patria. Fue entonces, el 5 de julio de 1811, en su primera intervención cuando el diputado Maya de la Grita, pidió que constara en acta su voto salvado; para más luego, en su segunda intervención, señalar que quedara claro que sus alegatos se basaban en las instrucciones de sus comitentes gritenses “para que no se le creyera personalmente opuesto a la independencia”.
La idea quedó despejada y la postura final del padre Maya, respecto a la independencia fue clara. Los argumentos dados por la mayoría de los diputados habían hecho cambiar de opinión, pero si embargo, no llegó a sentirse con la potestad de decidir sobre algo para lo que según él, no había sido electo.
El congreso en su segunda sesión del mismo 5 de julio decidió redactar un acta proclamatoria de la Independencia, para que quedara fe de aquel significante suceso. Acta que fue aprobada y firmada el 7 de julio y la cual fue rubricada igualmente por Manuel Vicente Maya; su firma está allí como prueba innegable de aquel varón que con su parlamento entre lógico y teológico arrancó argumentos radicales a los rebeldes de La Sociedad Patriótica y al propio Congreso Constituyente
El diputado de la Grita, siguió asistiendo a todas las actividades del congreso, integró comisiones de trabajo y con un léxico y saber jurídico aportó ideas y redacción a nuestra primera Constitución Nacional que fue aprobada el 23 de diciembre de 1811, de la cual hizo su salvedad de no estar de acuerdo con el articulo 180, por arremeter contra el fuero eclesiástico.
La postura de Manuel Vicente Maya, sirvió de inspiración a los artistas de la post-Independencia, quienes plasmaron en murales o lienzos toda la gesta emancipadora. Así en el primer boceto de Martín Tovar y Tovar sobre la firma del Acta de Independencia, destacó “la idea de emancipación encargada en Miranda y la oposición a ella, representada en el padre Maya “.
También en opinión de Juan Vicente González, en su obra biográfica de José Félix Ribas, personificó la oposición de Maya, en los términos siguientes: “…engrandeció con su libertad aquel majestuoso espectáculo… opuso todo el voto de los habitantes de la Grita, sus comitentes. Y el congreso ordenó se escribiera su protesta al pie del acta de Independencia. Tributando así, un homenaje a los derechos de la conciencia. Tomando una venganza digna de Libertad…” La pluma más pugnas del siglo XIX con acierto reivindicó el derecho de disentir que tiene el hombre, y más aún en albores de una socieda deseada y se proponía los iniciadores de la patria y por la que seguimos luchando hoy más que nunca la mayoría del pueblo venezolano.
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(*) Rector de la Universidad Politécnica Territorial “Manuela Sáenz” -Táchira
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