El terrorismo, como se ha evidenciado en estos doce años de Revolución Bolivariano, es un mecanismo que ha implementado el oposicionismo en función de justificar su fin, que no es otro sino, salir de Hugo Chávez como Presidente de la República. Podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos, que es un método de hacer política, hacer oposición, perfeccionado por ese sector enfermizo de nuestra sociedad, aunque en alguna oportunidades se disfracen de demócratas, tal cual, como en el cuento de la caperucita roja.
En nuestras universidades, la actuación de ese sector enfermo de nuestra sociedad no es, para nada distinta, de cómo actúan en la realidad política nacional. Recordemos que, en alguna oportunidad, con motivo de elegir el vicerrector administrativo de la UCV, ante la renuncia del Prof. Mariña, quien tuvo severas desavenencias con el rector Giannetto, se presentaron dos opciones, una de las cuales tenía mucha simpatía en el profesorado jubilado. La estrategia del candidato de la derecha fascista fue, en ese entonces, imposibilitar el acceso a la universidad de ese electorado; es así, que aparecieron en escena los famosos “encapuchados”, quienes armaron disturbios en las puertas de accesos a la UCV. El resultado del proceso electoral, fue el planificado, quedó electo el candidato de la derecha fascista. El fin, justifica los medios, dirían los enfermitos oposicionistas.
Más recientemente, pudimos apreciar otros atentados terroristas ocurridos al interior del campo universitario. “El Presidente de la FCU, Ricardo Sánchez, y el consejero universitario, José Manuel Olivares, informaron a Unión Radio que en la madrugada del jueves “un grupo tipo comando” ingresó a la Universidad Central de Venezuela e incendió al edificio sede de la Federación de Centros Universitarios. Sánchez dijo que el grupo ingresó en la universidad y con una actitud hostil, según versiones de seguridad de la UCV, estaban fuertemente armados y se dirigieron a las instalaciones del edificio sede de la Federación de Centros Universitarios (FCU) y con la actitud propia de cualquier piromaníaco prendieron fuego a la oficina de atención social del estudiante ucevista". También incendiaron la oficina de coordinación de pasantía, la de atención del ucevista con discapacidad y la de la presidencia de la FCU."No quedaron máquinas ni documentos", agregó…” (Unión Radio, 18-06-2009). Por ese tiempo, se hablaba en los medios, de exigencias de grupos estudiantiles que planteaban auditar el manejo de las Providencias Estudiantiles Administrativas que, en algunos servicios requieren de la aprobación de esa instancia de representación estudiantil. Por supuesto, estas declaraciones siempre van acompañadas de mucho apoyo mediático, con lo cual, evidentemente, además de la denuncia en sí misma, va aparejada la proyección del afectado, en este caso, Ricardo Sánchez, quien es hoy diputado oposicionista. El fin, justifica los medios…
Las elecciones estudiantiles que hoy 09-12-2011, se efectúan en la UCV, analizándolas en retrospectiva, tienen una importancia vital para las actuales autoridades universitarias y su posible reelección el año próximo. La derecha fascista ucevista, busca asfixiar todos los espacios de participación de la comunidad universitaria, la profesoral, mantener la estudiantil y, cuando se presente la oportunidad, intentar introducirse en el seno de los mecanismos de organización de las/los trabajadores universitarios; es su forma de concebir la “democracia”, en la que la disidencia y el pensar distinto a ellas/ellos no tienen cabida.
El proceso previo a estas elecciones estudiantiles, es muy interesante analizarlo. Un estudiante, Kévin Ávila, con excelentes calificaciones en su proceso de aprendizaje de la profesión del Trabajo Social, se venía proyectando denunciando situaciones que afectan severamente al sector del cual forma parte. Entre esas denuncias, estuvo una referida a la descomposición que viene presentando la administración del comedor universitario. Un hecho, propio de la rebeldía estudiantil, lo conduce a liderar la protesta de usuarios/usuarias del comedor universitario, quienes tienen conocimiento de la presencia, en cavas de dicha dependencia, de cerca de 300 kgs de chuleta de cerdo; la indignación generalizada de usuarios y usuarias los conduce hasta la sala “E”, donde autoridades de dicha universidad realizaban un acto, hasta allá llega la denuncia estudiantil, con la evidencia en sus manos indignadas por la corrupción presente en la administración del comedor universitario. A la derecha fascista no le conmueve la denuncia en sí, sino los términos en que estudiantes la formulan, “irrespeto a la autoridad” claman con dureza; la corrupción en sí misma no les conmueve, sino los términos en que se dirige la masa estudiantil, “irrespetándolas”, pero, ¿quién irrespeta?, quienes pretendieron darle de comer a las/los estudiantes carne podrida y mal administran el comedor, o quienes formulan la denuncia?
De inmediato, la derecha fascista activa sus mecanismos de autodefensa, el primero entre ellos, el factor estudiantil que controla a su antojo: “En horas de la tarde de este martes autoridades de la Universidad Central de Venezuela estuvieron secuestradas por presuntos simpatizantes del Gobierno Nacional. Así lo informó el presidente de la Federación de Centros Universitarios de la UCV, Diego Scharifker. “Autoridades universitarias de la UCV secuestradas en la nueva Sala E a manos de estudiantes revolucionarios violentos”, escribió el estudiante a través de su cuenta en twitter…” (Globovisión, 18-10-11). En dicha universidad, es conocido por todas/todos que esa “dirigencia” no expresa absolutamente nada, si antes no ha consultado a su jefa política, así de secuestrada está la organización estudiantil universitaria.
Se convierte, entonces, para la derecha fascista universitaria en un objetivo, callar la voz de protesta. Kévin Ávila, el estudiante, se convierte en objetivo político a destruir, Para tapar la corrupción, destruyamos al denunciante. El fin, justifica los medios…
Desde esos hechos, se coloca en escena toda una tramoya que condujo a los despreciables hechos de Noviembre pasado. Realizándose el Consejo Universitario, en su sede habitual, en las afueras otros eventos conllevarían a la puesta en escena de un nuevo atentado terrorista: “Este jueves estudiantes y trabajadores revolucionarios rechazaron los hechos de violencia dentro de la universidad. El secretario de asuntos nacionales de la FCU – UCV, Kevin Ávila, rechazó las acciones de violencia que se presentaron ayer y la presunta vinculación del sector revolucionario con estos hechos. "No se justifica la suspensión de actividades, no queremos perder clases (...) Estaremos atentos a los consejos universitarios para defender la pretensión de las autoridades de expulsar a algunos estudiantes sin argumentos", explicó. Denunció que las autoridades están desempolvando expedientes y que no se le ha dado el derecho a la defensa."Lo que quieren es generar miedo en los demás estudiantes revolucionarios", dijo…” (Globovisión, 16-11-11). Dos vehículos quemados era el saldo dejado por un grupo armado que tomó instalaciones de esa universidad, mientras ejecutaban la quema de los vehículos. Los hechos posteriores dan cuenta de los fines de esa acción, se suspenden las actividades, es expulsado el dirigente estudiantil Kévin Ávila, además de iniciarse una agresiva campaña mediática, cuyo único fin no es otro sino desacreditar al denunciante: “Bianco denunció que el bachiller Kevin Ávila ha estado involucrado en varias acciones previas y está grabado por ser líder del M-28. Sin embargo, aclaró que el procedimiento en su contra es motivado por difamaciones contra las autoridades y por una persecución contra la rectora García Arocha…” (Globovisión, 17-11-11).
El representante profesoral en el Consejo Universitario Miguel Alfonso, indaga sobre los supuestos autores del atentado terrorista de ese día: “Aquí (sic) hay muchos intereses de todo el mundo, y están pescando a ver que consiguen. La comunidad universitaria está secuestrada por las autoridades y las mafias de las finanzas de la UCV, están matando el Alma Mater. Una de esos pescadores y posible interés (sic) de mantener suspendidas las actividades es un sector estudiantil de la derecha que NO quiere elecciones el 02 de diciembre para mantenerse en sus cargos, porque saben que van a perder. Esta denuncia la hice en el CU y no hubo replica, ni respuesta, ni miradas, silencio sepulcral. El otro elemento importante, tal como fue informado al colectivo PROYECTO SOCIALISTA UCV la semana anterior, el EXPEDIENTE abierto al estudiante Kevin Avila (sic) presenta muchas debilidades, tantas que el lunes pasado, los decanos le exigieron a la rectora, en una reunión cerrada, que tal expediente no debe ser discutido en ningún (sic) momento en el CU, ya que no votaria (sic) por una sanción para el estudiante. Finalmente, esta suspensión de actividades le interesa a vitico (conocido en los bajos fondos como Victor (sic) marquez) (sic), porque sigue desviando el foco de los ojos de la comunidad universitaria de los problemas reales que tiene la APUCV…” (Correo del citado profesor enviado el 17-11-11). El fin, justifica los medios…
La cayapa derechista contra el joven estudiante conllevó a que el mismísimo Jefe del Estado, el camarada Hugo Chávez, tuviera que entrometerse en el asunto. De inmediato, la derecha fascista que, poco le importan los derechos humanos, ripostó en defensa de la “autonomía”, pero ¿cuál autonomía?, la que viola el derecho a la defensa y el debido proceso y, con ello, desaparecen de facto nuestra Constitución Bolivariana; la que, impide y coarta nuestro derecho a la protesta y a la libertad de expresión, consagrado en la Carta de los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas. Es la autonomía entendida como instrumento de subyugación del contrario, de la disidencia, esa autonomía no es la misma de la que habla nuestra Constitución Bolivariana, esa autonomía es la misma de Betancourt, Carlos Andrés, Caldera, Luis Herrera o Lusinchi, “disparen primero, averigüen después”, es la dictadura mal llamada democracia cuarta republicana. La entrada en escena del camarada Chávez, frenó la ofensiva brutal cuyo fin no era otro sino desacreditar al estudiante revolucionario y su candidatura a la presidencia del órgano de representación de las/los estudiantes ucevistas. Kévin Ávila ya es candidato.
Ahora de lo que se trata es de minimizar sus posibilidades de acceder a la dirección del gremio estudiantil, de nuevo otro atentado: “La rectora de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Cecilia García Arocha, informó que este jueves en la noche encapuchados lanzaron tres bombas lacrimógenas al edificio del Rectorado y quemaron el carro del Secretario de la UCV, Amalio Belmonte. La Rectora se dirigió al Presidente de la República, Hugo Chávez, y al resto de los Poderes Públicos, para que se pronuncien contra la violencia en la UCV. "La UCV no se rinde, no nos vamos a rendir", manifestó…” Globovisión, 08-12-12). Preguntémonos, ¿la abstención a quién beneficiará? y daremos con el autor de los hechos que la rectora pretende adjudicarle al Presidente Chávez. El fin, justifica los medios…
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