Parece que el escenario universitario de las llamadas universidades autónomas en Venezuela, si revisamos la situación por la que atraviesan el resto de estas instituciones en el mundo, se corresponde a acciones de protestas populares contra otro gobierno neoliberal que, cumpliendo dictamen de los organismos imperialistas, procura acabar con la educación para los pueblos.
Los paros en las universidades tradicionales desde que llegó el Comandante Chávez, han sido unas constantes reacciones de la derecha que se refugió y apoderó del alma mater, tras la conversión de los gremios estudiantiles en entes administrativos de recursos económicos, entiéndase dinero a manos llenas, devenido del discurso antipolítico y neoliberal pregonado en todos los espacios. No escapan los docentes en su mayoría circunstancial, cuales frustrados de no ver satisfechas sus apetencias de intelectuales dadores de fórmulas mágicas, se presentan como los acérrimos enemigos del régimen, para ofrecer proyectos antipueblos a los mercaderes de todo.
Ahora, a pesar de todos las verdades esgrimidas y comprobadas de la real intención de esta derecha universitaria, igual parece mentira que desde el mismo Ministerio del P.P. para la Educación Universitaria, así como las organizaciones estudiantiles y juveniles identificadas con la Revolución Bolivariana, se conformen con declaraciones mediáticas para tratar de contrariar las acciones de paros en las universidades, presentándose dos situaciones dignas de analizar. Por una parte, a última han salido los mismos ministros, después de fijar posición política denunciando los paros como parte de la conspiración, complaciendo las peticiones en acuerdos de viva la universidad: por la otra, siendo una constante, siguen esas mismas universidades sin rendir cuentas a nadie del dinero súper millonario que les da el Gobierno Nacional.
En esta nueva situación de paro y amenaza de paro indefinido, es decir, abandono de los espacios universitarios, se hace propicia la ocasión para la toma popular de las distintas almas mater, con los propios universitarios que comparten el proyecto revolucionario, así como estudiantes liceístas que aspiran estudiar alguna carrera no dada en la UBV o Misión Sucre. Esto seguro traerá una de dos situaciones en las perspectivas de quienes dirigen los gremios: I) De darse cuenta del pelón cometido en los paros y no tener pueblo que los acompañen, no les tocará más remedio que volver con el rabo entre las piernas o patas; y II) De insistir, resolveríamos de una vez la problemática del ingreso a los hijos del pueblo en las carreras y los recursos que el Estado aporta en la educación universitaria y aprovecha solo la derecha, aplicando el abandono voluntario.
Abogado